Nada comparable

Fans le ofrecen flores a Sinead O'Connor después de su muerte.
Fans le ofrecen flores a Sinead O'Connor después de su muerte.
Bryan Meade / Efe

Ya han pasado quince días y siete horas desde que te largaste y te llevaste tu amor. 

Con esta sencilla y doliente frase de desesperación ante una ruptura, y una lágrima mirando a cámara fijamente, una joven Sinead O’Connor se ponía en el centro mundial como la nueva ‘next best thing’, la última maravilla musical. Un hecho que no podía ser fortuito porque esa voz, unida a su imagen radical con su pelo rapado, debía ser descubierta y compartida. Pero quizá el éxito masivo no fue el mejor aliado de una chica irlandesa que cargaba, junto a sus números uno y a sus discos de oro, con muchos fantasmas.

La intérprete de ‘Nothing compares 2U’ era capaz de jugar con su garganta de manera que podía mostrarse susurrante -cuando daba las gracias a su público, en forma de canción, por escucharla- o amenazante -en ese fuego de Babilonia con el que denunciaba los abusos que sufrió a manos de su madre-. Pero decidió utilizar la fama más como plataforma política que como un medio para mantenerse en el estrellato.

Y era militante en esta actitud. Hace casi diez años, HERALDO la entrevistó con motivo de un concierto que iba a ofrecer en Zaragoza en las fiestas del Pilar. Las respuestas a un cuestionario enviado por email previamente fueron calcadas a las que había dado a otros medios en los meses anteriores, lo que hacía sospechar que ni estaba por la labor de hacer promoción… ni se había encargado personalmente de contestar. Su activismo debía ser el protagonista y no ella. Quizá por eso, unas horas después, se subía al escenario de la Multiusos y regalaba un recital extraordinario para un público expectante pero, desgraciadamente, muy escaso.

Y ahora que han pasado ya quince días y más de siete horas desde que ella se ha marchado y se ha llevado su voz para siempre, ya es tarde para decir lo injusto que fue dejar de seguirle la pista musical por su rebeldía, sus extravagancias y su vehemencia contra la pederastia, el abuso o el machismo. Y lo injusta que fue con ella misma, también. Porque desde luego, ante un micrófono y con una guitarra, nada era comparable a ella.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión