El civismo se aprende

Restos de contenedores quemados en el barrio Oliver de Zaragoza.
Restos de contenedores quemados en el barrio Oliver de Zaragoza.
Oliver Duch

Hace unas semanas publicaba HERALDO que desde comienzos de año se han quemado intencionadamente en Zaragoza 43 contenedores. 

Este vandalismo no es nuevo, pero sí que se haya multiplicado en julio. Según esta noticia su reposición ha costado más de 150.000 euros, aunque los daños económicos son mayores, ya que junto a la necesidad de reponer los contenedores se suelen producir otros daños colaterales en las fachadas de los inmuebles próximos o en los vehículos aparcados junto a ellos. Daños que tienen que pagar los causantes del delito, incluso con pena de cárcel, caso de ser declarados culpables.

Ante tan condenables hechos, recuerdo una entrevista a un profesor japonés en la que decía: «La escuela no es solo para estudiar lo que viene en los libros, es aprender a cuidar de uno mismo y del entorno, y así poder convertir al alumno en un miembro valioso para la sociedad». También señalaba que en Japón se enseñan valores considerados fundamentales como los buenos modales, la tolerancia, la limpieza, el respeto a las personas y a la naturaleza, de manera que los alumnos van asumiendo esos códigos de conducta como algo natural.

El civismo se aprende, la vía familiar y la escolar son dos caminos esenciales, pero junto a ellos, la sociedad precisa de códigos y normas reguladores que obliguen a todos a tener un comportamiento de cuidado y respeto a los bienes públicos, a las personas y al medio ambiente, única forma de hacer viable la convivencia.

Aunque parezca mentira que se tenga que decir, habría que publicitar para la gente incívica la existencia de una ordenanza municipal que establece una serie de actuaciones prohibidas en la casa común de quienes vivimos en Zaragoza. Por ejemplo, no se puede: Orinar o escupir en la calle; dejar basura fuera de los contenedores o ensuciar la vía pública; arrojar colillas o pequeños residuos por las calles o plazas desde un vehículo o desde ventanas o terrazas de las propias viviendas; hacer pintadas o grafitis en edificios o mobiliario urbano; incendiar, dañar o volcar contendores; ensuciar la ciudad por actividades de animales o por darles de comer; lavar o limpiar cualquier vehículo en la vía pública; depositar en la calle objetos voluminosos no autorizados…

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