Nostalgias posmodernas

La vaquilla del nuevo Grand Prix será una persona con un traje "estilo mascota de la NBA"
La vaquilla del nuevo Grand Prix será una persona con un traje "estilo mascota de la NBA"
RTVE

La albanesa Dua Lipa pasó de aspirante a estrella a mito con un disco setentero y dirigido a la pista de baile... justo cuando un virus nos obligaba a estar encerrados en casa. El año en que la covid sigue siendo emergente pero ya no es emergencia –la OMS ‘dixit’–, en el que hemos salido de casa por vacaciones en plan Forrest Gump y sin mirar atrás, hemos convertido en el programa del verano un concurso en el que dos pueblos compiten por que no les pille la vaca y no les explote la patata caliente. Además, la peli del momento, proyectos Manhattan aparte, es la visita al mundo real de una muñeca a la que le sientan bien los años, pero que ya ha cumplido los 60. Mientras tanto, en las plataformas audiovisuales se codean series que adaptan un videojuego lanzado hace más de diez años y nuevas andanzas de las protagonistas de ‘Sexo en Nueva York’.

En un mundo en el que todo va tan rápido que si pestañeas te pierdes una convocatoria electoral, ya estamos echando de menos al pajarillo que se asomaba por nuestra redes –azul, como el gato de Roberto Carlos–, y que ha sido sustituido por una amenazadora equis negra, que bien podría servir de logo a una de las terroríficas distopías de Charlie Brooker en ‘Black mirror’.

El disco referido de Dua Lipa se hacía llamar, muy premonitoriamente, ‘Nostalgia futura’. Porque nadie vio venir que el futuro iba a ser en realidad un pasado remozado, en el que la vaquilla se presenta ahora en versión señor con disfraz mientras la maniquí de la sonrisa eterna y la estilizada figura –a la que por cierto pone banda sonora la señorita Lipa–, también llora, como los ricos en el culebrón de los ochenta.

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