Por
  • Juan Domínguez Lasierra

Hogueras y Crisis

Fotos de las hogueras de San Juan en los barrios de Zaragoza
Fotos de las hogueras de San Juan en los barrios de Zaragoza
Heraldo.es

Pues sí, hubo hogueras. El Parque del Tío Jorge reunió a un montón de vecinos, que incluso se llevaron sus comandas para prolongar después del fuego el formidable buen tiempo de aquella noche. Ni lluvias, ni viento, ni frío. Una formidable noche de San Juan. 

La hoguerita, vigilada por el cuerpo de Bomberos, ardió espléndidamente con los troncos arbóreos que allí se habían acumulado. Las llamas bailoteaban a sus anchas, lanzando cenizas al aire.

Como ya anuncié la pasada semana, estuve acompañado de Manolo, aunque en realidad fue Manolo quien estuvo acompañado por mí, pues de Manolo fue la idea de ir a ver los fuegos. Ya había casi renunciado a ir a ver los fuegos, porque nos fallaron algunos amigos, pero al final nos cogimos un taxi y nos plantamos en el parque. Fue una buena decisión porque la noche, como digo, fue estupenda y tuvo un formidable colofón con la cena que nos sirvieron en un chiringuito cercano. Espaguetis con gambas, ensalada y pulpo a la brasa. Nada menos.

Como, afortunadamente, nadie tuvo la osadía de saltar sobre las llamas, no hubo necesidad de que actuaran los bomberos, que cuando el fuego se extinguió, volvieron a sus cuarteles.

Pero la semana tuvo otro lugar caliente. La presentación de la revista ‘Crisis’, que sacaba a la luz su último número, el 23, con una dedicación especial a nuestro recordado amigo y colaborador Francisco J. Ruiz, que fue embajador de la cultura sueca en España y de la cultura española en el mundo. Se nos van los amigos y nos queda recordarlos. El acto tuvo lugar en el Teatro Principal zaragozano.

En este número se presentaba la entrevista en profundidad de nuestro gran pintor Jorge Gay Molíns. Ahí es nada. Y analizaron el número José Tomás Martín, Eugenio Mateo Otto, María Carmen Gascón Baquero y Fernando Morlanes, el director de ‘Crisis’. Como firma invitada, la bióloga María Pilar Catalán Rodríguez.

A Jorge Gay solo me atreví a preguntarle, que si había dejado en su taller muchos esbozos de obras maestras, y me dijo que por supuesto, con la ironía que le caracteriza. Pero a su lado, su compañera de vida lo confirmó. No destriparé aquí la entrevista que le dedico en ‘Crisis’, ‘Los párpados permanentes’, pero sí subrayaré su título: "Pinté desde muy niño, llevado por un entusiasmo que me ha acompañado siempre". Jorge conserva su espíritu infantil, es decir, imaginativo y visionario que corresponde a la infancia.

Para cerrar la noche sanjuanera, nos acercamos al Ragtime, el café cantante de la calle García Galdeano, donde como siempre estaba Domingo, deleitándonos en su piano, y sus compañeros músicos con sus timbales, su guitarra, su saxofón. Y los cantantes improvisados o menos improvisados. Todos me felicitaron por mi onomástica, incluso los que se acababan de enterar de que lo era. Entre ellos su propietario, Jesús, y nuestro artista Gregorio Reales, que enriquece el patrimonio dibujístico del Ragtime con sus acuarelas en vivo y en directo.

Las manos de Domingo, entre tanto, encendían en Ragtime otro tipo de llamas.

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