Recurrente, inestable, inesperado tiempo
Estrenamos verano con lluvias persistentes tras la primavera más cálida y seca que la Agencia Estatal de Meteorología registra en Aragón en los últimos 62 años. Los expertos nos vaticinan próximas olas de calor y una sucesión de episodios tormentosos, en un festival meteorológico que va a hacer las delicias de las conversaciones.
Y no solo de quienes coincidan en un ascensor, sino de todos los que contemplamos estos cambios con admiración y curiosidad, pendientes de cómo influye el cambio climático y si todo lo que está pasando es su consecuencia incipiente. De la aridez severa de hace cuatro días a las briosas torrenteras de hoy.
¡Oh, el tiempo! Cuánto da de sí. Tan recurrente como inestable e inesperado. Tanto que ni la ciencia ni los algoritmos aplicados a los pronósticos pueden predecir con la exactitud que el agricultor reclama dónde caerá exactamente la próxima granizada.
¿Quién no se ha maravillado estos días con esas nubes negras, esos truenos, esos rayos, esas tormentas apocalípticas cuyos ecos apenas recordábamos? Un espectáculo caprichoso no exento de peligros y daños que la naturaleza nos ha hurtado hasta ahora. Gratificante además ha sido recuperar la sensación de calarte de nuevo con la lluvia. Apartar el paraguas, sentir cómo se mojan los cabellos y se refresca tu piel, incapaz de sortear el charco en el que se ha convertido la calle. Añorada lluvia que ha dejado a más de uno chipiado, pero contento, consciente de que cada gota es oro puro en esta sequía.
Encaramos pues un estío húmedo que va a poner a prueba acuíferos y barrancos. Ahí está el espectacular río subterráneo que ha inundado esta semana la Cueva de las Güixas de Villanúa y ha obligado a cerrarla unos días a las visitas. O las súbitas crecidas en los barrancos de la sierra de Guara, donde un joven francés falleció el martes al quedar atrapado en un sifón. Dos advertencias serias que reclaman un plus de prudencia para disfrutar con seguridad las actividades al aire libre en este verano de calor y tormentas que se nos avecina.
