El factor humano se vislumbra entre las almenas

Torres y almenas en el castillo de la Aljafería.
Torres y almenas en el castillo de la Aljafería.
Guillermo Mestre

Entre las cosas que me están resultando más interesantes de esta campaña electoral se encuentran las entrevistas que nuestro compañero Christian Peribáñez les está haciendo a los candidatos en las almenas, los adarves y los fosos del castillo de la Aljafería. 

Se publican bajo el epígrafe ‘No me hable de política’, que de por sí ya resulta reconfortante, porque en estas apretadas fechas de esprint electoral la parte más política de la política puede llegar a agobiar. Por eso está muy bien dejar al descubierto un poco del carácter particular y la vida cotidiana de quienes aspiran a gobernarnos o, al menos, a ‘legislarnos’.

De momento han pasado por las manos de Peribáñez Tomás Guitarte, Álvaro Sanz, Alberto Izquierdo, Alejandro Nolasco y -lo tienen ustedes en la página siguiente- José Luis Soro. Me imagino que seguirán Maruja Díaz, Carlos Ortas, Jorge Azcón y Javier Lambán, manteniendo el orden inverso a su representación en las Cortes de la última legislatura. Y me doy cuenta de que, en realidad, votamos a ciegas, que no sabemos a quién votamos, porque como mucho conocemos sus discursos y declaraciones oficiales, su cara política, pero lo ignoramos casi todo sobre el factor humano. Esto es inevitable, o casi, en sociedades tan numerosas y complejas como las actuales, pero por eso mismo está bien levantar un poco el velo.

Y en esas pequeñas charlas con el periodista han salido a relucir algunas ideas que me han llamado la atención. Por ejemplo, Sanz, candidato de Izquierda Unida, hablando de las redes sociales ha dicho que «vivimos un momento de ocultación por hiperpresencia: hay demasiado ruido». Ese oxímoron de la ‘ocultación por hiperpresencia’ me parece todo un hallazgo conceptual y una gran verdad: entre tanto alboroto no es ya que no se distingan ‘las voces de los ecos’, es que no se entiende nada. Me lo apunto.

Y me gustó también una frase del candidato de Vox, Nolasco: «Hay gente que solo está bien donde no está, pero yo creo que uno tiene que estar bien consigo mismo». Me recordó, aunque como dándole la vuelta al calcetín, lo que le dice el guardagujas al Principito de Saint-Exupéry: «Nadie está nunca contento donde está». Esa insatisfacción, ese querer estar siempre en otro sitio, quizás es también una de las características de nuestro tiempo. O de todos los tiempos, quién sabe.

De Izquierdo (PAR) me gustó esa defensa del autónomo a capa y espada: «También se puede ser feliz con un negocio propio»; y lo dice un fan de AC/DC. De Tomás Guitarte (Aragón Existe) me quedo con ganas de saber más sobre lo que piensa de «la calidad media de la arquitectura en España», porque coincido en que «eso importa». Y de Soro (CHA) me encanta que le gusten los «ejercicios de equilibrio y armonía», que no solo van bien, supongo, para hacer cócteles, sino también para forjar coaliciones. En fin, estas entrevistas nos permiten al menos entrever a la persona por detrás del político y confieso que hasta ahora todos me han caído bien. Como personas. Iremos viendo.

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