Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Un país en busca de su rol

Un país en busca de su rol
Un país en busca de su rol
Fiorella Balladares

Pocos líderes definen la época en la que gobiernan. Sin embargo, entre 1979 y 1990, ese fue el excepcional logro de Margaret Thatcher. Como primera ministra del Reino Unido, se liberó de las cadenas que habían constreñido a sus predecesores, en concreto de la nostalgia por las glorias imperiales perdidas y la eterna decepción por el declive nacional". 

Así glosa Henry Kissinger a la ‘Dama de hierro’ en su último libro, ‘Liderazgo. Seis estudios sobre estrategia mundial’ (2023). No obstante, tampoco ella fue capaz de resolver el célebre dilema que en 1962 planteó Dean Acheson, el antiguo secretario de Estado norteamericano: el Reino Unido "ha perdido un imperio, pero todavía no ha encontrado un papel".

En el plano de la ideología, durante los 250 años posteriores a la Revolución Gloriosa (1688), Gran Bretaña atrajo a los liberales de toda Europa, desde España hasta Rusia, por su atrayente combinación de libertad y buenos modales. A partir de 1945, los norteamericanos ofrecieron una versión menos clasista del liberalismo, mientras que los británicos daban la imagen de quererse encerrar malhumoradamente en su terruño insular. De hecho, la actual decadencia de sus instituciones políticas viene de lejos, aunque se ha difuminado debido a figuras de la talla de Churchill, a la victoria sobre el nazismo o a sus iconos culturales.

El Reino Unido corona hoy a un rey de 74 años y poco apreciado, pero este es
el menor de sus problemas

Desde la lógica de las relaciones internacionales, Gran Bretaña es uno de los mejores ejemplos de transformación del ‘poder duro’ (militar, colonial) en ‘poder blando’ (Joseph Nye) por el atractivo de sus tradiciones y su cultura popular. La seducción que genera lo ‘british’ le ha dado al país una gran capacidad de influir en la escena global, sea con la saga Harry Potter, con la BBC, con las películas de James Bond, las novelas de John Le Carré o la música de los Rolling Stones.

Desde la óptica geopolítica, el protagonismo incuestionable del imperio más extenso, rico y poderoso de la historia ha quedado reducido hoy a un papel secundario de potencia en declive. En su esplendor, durante el reinado de la reina Victoria, uno de cada cuatro habitantes del planeta eran súbditos suyos. Cuando Isabel II ascendió al trono en 1952, fue proclamada soberana del Reino Unido "y de otros reinos y territorios", que, formalmente, seguían sumando más de cincuenta. Sin embargo, el legado colonial acumulado por sus ancestros ya había vivido en 1948 el momento álgido de su descomposición con la independencia de la India, la ‘joya de la Corona’. La monarca se volcó en mantener vivos los rescoldos imperiales a través de la Commonwealth, sin embargo, los británicos no hicieron las inversiones adecuadas en su isla. El resultado es que Alemania, que perdió la Segunda Guerra Mundial, es hoy la locomotora de Europa, mientras que la nación que la ganó está fuera de la UE y con una economía en declive.

Desde hace ya seis décadas, el dilema del país es
encontrar su lugar en el mundo después de haber sido el mayor imperio global       

En el contexto económico, Gran Bretaña tiene el menor crecimiento del G-7 tres años después de abandonar la UE. Frente a las mentiras de los tabloides sensacionalistas, que alimentaron el voto en el referéndum del ‘brexit’ augurando que el país volvería a ser una potencia global con un crecimiento envidiable, tiene el índice de productividad más bajo desde la revolución industrial, un PIB inferior al de India y una renta per cápita que este año se verá superada por la de Eslovenia.

Carlos III es coronado este sábado cuando Londres sigue digiriendo su divorcio de la UE, Escocia amenaza con el secesionismo, Irlanda del Norte resucita sus reyertas y en la Commonwealth quieren desvincularse de la antigua metrópoli. El futuro es incierto y pareciera que Gran Bretaña va a seguir ensimismada en la misma tarea que le ocupa desde mediados del siglo XX: encontrar su rol.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Javier Rueda)

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