El reparto de caramelos

Yolanda Díaz, en un acto del Partido Comunista en Madrid.
Yolanda Díaz, en un acto del Partido Comunista en Madrid.
Ricardo Rubio / Europa Press

Estamos en tiempo de dádivas y regalos. Pero no los traen los Reyes Magos ni Papá Noel, sino los políticos en campaña. 

Pedro Sánchez, con las más de cien mil viviendas asequibles que ya nos lleva prometidas, ha dejado el listón muy alto, pero cada uno hace lo que puede o lo que se le ocurre. Por aquí, un candidato ha ofrecido regar los Pirineos con 250 millones de euros y otro desempolva la idea de los Juegos Olímpicos, que también dejarían un buen pico en las montañas. Otros, más modestos, prometen una línea de tranvía o, con más timidez aún, autobuses gratis para los zaragozanos, ¡pero solo los fines de semana! ¡Dónde vamos con eso! Todos los días, por favor, ¡qué menos! Aunque me parece que quien se va a llevar la palma en el reparto de caramelos electorales va a ser la estrella rutilante de la actualidad política española, Yolanda Díaz. Entre las propuestas que anda considerando la plataforma Sumar, para la no lejana campaña de las elecciones generales, está la de una ‘herencia universal’: al cumplir 18 años, todos los jóvenes españoles recibirían, de parte del Estado, una ‘herencia’ de 20.000 euros. Ya se sabe que el Presupuesto se estira como el chicle, pero ¿de dónde saldría tanta generosidad? Pues ya se lo puede uno imaginar, de los ricos, a los que Díaz les pondría impuestos reforzados para hacer así feliz a la juventud. No sé si habrá en España ricos suficientes, lo que es seguro es que los comunistas de antes tenían un poco más de sentido común. Sabían al menos que, aunque el dinero pueda caer del cielo, generar riqueza de verdad requiere poner a funcionar capital y trabajo. Lo demás es magia, o sea, cuentos.

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