El genio de Alfamén
Seymour Cray es el padre de la supercomputación. Por eso lleva su nombre el premio que está considerado el Nobel de la ingeniería informática, que se entrega desde 1997 y reconoce a quienes contribuyen con ideas innovadoras a los sistemas informáticos de alto rendimiento que ejemplifican su espíritu creativo. Y el primer europeo en conseguir tan distinguido galardón fue, en 2015, un aragonés, de Alfamén para más señas, que asegura que no sabe hacer la ‘O’ con un canuto. Por eso, porque no tenía dotes para el dibujo, decidió meterse a ‘teleco’.
Con su inteligencia natural, Mateo Valero maneja las riendas del Centro Nacional de Supercomputación sin despeinarse. Este aragonés que vuelve a su pueblo, Alfamén, siempre que puede para recargar pilas es el alma mater del Marenostrum 5 y tiene ante sí desafíos como la creación, por vía digital, de un hermano gemelo de la Tierra o dar respuesta a retos médicos para salvar vidas. Eso sí que es Inteligencia Artificial con mayúsculas.
Como se recordaba el domingo pasado en estas páginas, más de 800 científicos de 54 países trabajan en el centro que dirige con el supercomputador más potente de Europa, que ocupará unos 800 metros cuadrados, un gigantesco ordenador capaz de hacer 314.000 billones de operaciones por segundo.
Con su humor somarda, se define tozudo como buen aragonés y amenaza con aplicar esta cualidad para auspiciar el diseño y la fabricación de potentes ‘chips’ para los procesadores y aceleradores y así evitar la dependencia actual de los mercados ajenos.
Así que no es extraño que el escritor Dan Brown, autor de ‘El código Da Vinci’ y 'Ángeles y demonios', cite a Mateo Valero en su novela de 2017 ‘Origen’: es difícil encontrar un genio con tanta rasmia.
