Planes de paz y ruido de virus

Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping.
Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping.
EVGENIA NOVOZHENINA

Lo que va a decidirse en los campos de batalla de Ucrania no es quién ganará la guerra –ninguno de los dos bandos puede ganarla–, sino en qué condiciones se negociará –cuando toque– la paz. O algo que se parezca a la paz, aunque sea solo el silencio de los cañones, que ya es mucho. 

China ha presentado lo que llama un ‘plan de paz’, pero sus doce puntos en realidad no componen un plan, sino que son una serie de principios generales con los que, tal vez, quizá, quién sabe, se podría armar un plan de paz. Xi Jinping quiere demostrar buena voluntad o al menos aparentarla. Pero si de verdad piensa que deben respetarse la soberanía y la integridad territorial de las naciones y los principios de la Carta de la ONU, como dice su documento, entonces lo que debería hacer es decirle a su amigo Putin que retire las tropas de Ucrania. En fin, todavía es posible que el plan chino sirva para algo. En las próximas semanas van a viajar a Pekín Alexánder Lukashenko, aliado de Putin, y Emmanuel Macron, aliado de Ucrania, a ver si de esas visitas sale algo esperanzador. Ojalá. Entre tanto, en Washington acusan a China de preparar el envío de armas a Rusia y, puede que para chinchar un poco más a su adversario estratégico, han resucitado el asunto del origen del virus de la covid-19. El Departamento de Energía ha hecho saber que, en función de nuevos datos no especificados, considera que el virus se escapó de un laboratorio de Wuhan, pero a la vez se filtra que a esa conclusión se ha llegado con un ‘bajo nivel de confianza’. Así que nos quedamos como antes, pero con un poco más de ruido.

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