Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Ese oscuro objeto del deseo

Marina Sevilla, Elena Allué y Xavier de Pedro, este jueves en la sede del PAR.
Marina Sevilla, Elena Allué y Xavier de Pedro, en la sede del PAR.
Javier Belver

El espacio del centro político en Aragón se asemeja estos días a una pecera. Es como un tanque de cristal, rebosante de agua, en la que se desliza una bandada multicolor de pececillos. La límpida armonía del acuario invita a pensar que, como son de la misma procedencia, lograrán convivir a gusto. Sin embargo, si se les deja solos unos días, la concordia deja paso a la discordia y, más tarde, incluso al canibalismo.

Aunque los ejemplares de acuario parezcan tan apacibles, su genético sentido de supervivencia les lleva a zamparse a sus congéneres en caso de necesidad. En realidad, ‘el pez es un tiburón para el pez’, del mismo modo que ‘el hombre es un lobo para el hombre’. Está ya muy estudiado que la disputa por el mismo hábitat hace que las peleas entre semejantes resulten más sangrientas que las que se producen entre animales de distinta especie.

El centro político aragonés es hoy ese oscuro objeto del deseo por el que muchos pugnan. En sus aguas aletean espasmódicamente Aliaga y Elena Allué, Pérez Calvo y Sara Fernández, Soro y Guitarte. La presencia de grandes escualos (Lambán o Azcón) es el recordatorio de la eterna ley de los mares: el pez grande se come al chico.

En Aragón también persiste el viejo axioma de la politología española: el poder está en manos de quien ocupa la mayor parte del centro. Por eso, como ocurre en la pecera, Ciudadanos y el PAR empiezan a sufrir desgarradoras dentelladas mientras señoriales tiburones nadan a su alrededor.

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