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  • Editorial

Natalia Chueca, candidata

Azcón y Chueca, en el último acto que ha compartido, el pasado día 30, en la presentación de los nuevos autobuses eléctricos de Avanza.
Azcón y Chueca, en la presentación de los nuevos autobuses eléctricos de Avanza.
Francisco Jiménez

Después de unos meses de incertidumbre, Jorge Azcón le ha comunicado a su consejera de Servicios Públicos, Natalia Chueca, que finalmente será ella la cabeza de cartel del PP al Ayuntamiento de Zaragoza. La designación se oficializará hoy en la junta directiva provincial, en la que dará su primer discurso como candidata a la alcaldía y con el que confirmará una meteórica carrera política, que comenzó hace solo cuatro años con la obtención del acta como concejal. El líder autonómico de los ‘populares’ y actual alcalde de Zaragoza completa así la ‘pareja’ del PP para la cita de mayo depositando su confianza en una mujer con una breve carrera política, sin control del partido y con un discurso aún por descubrir. Natalia Chueca ha realizado una meritoria labor en la concejalía de Servicios Públicos; a partir de ahora tiene que demostrar su valía para dirigir la quinta capital de España.

Azcón ha mantenido en vilo a los propios dirigentes de su partido y ha demorado la designación de la candidata con el objetivo de darle el máximo protagonismo. Con ello cumple con Génova, que ha organizado este sábado en Zaragoza la presentación de los doce candidatos autonómicos. El actual alcalde, que conoce bien las interioridades de su partido y del ayuntamiento, actuará como un potente motor de arranque para que su candidata llegue en primer lugar a la meta municipal del 28 de mayo.

La concejal de Servicios Públicos estaba en las quinielas desde que, hace un año, Azcón asumió la presidencia del partido. La diferencia es que entonces era María Navarro la alcaldable y ahora ha sido Chueca la designada. Lo que es seguro es que ella y la socialista Lola Ranera van a protagonizar una apasionada campaña. A ambas hay que pedirles que mantengan la tradición de ser exigentes en el fondo, pero elegantes en las formas. 

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