Por
  • José Luis Moreu Ballonga

Lauterpacht, Lemkin y el nazismo

Censo de los judíos de Budapest elaborado durante el nazismo
Censo de los judíos de Budapest elaborado durante el nazismo

Hersch Lauterpacht y Rafael Lemkin fueron dos juristas judíos cuyas vidas resume una atípica novela y obra de investigación, escrita por Philippe Sands, profesor de Derecho internacional en el University College de Londres: ‘Calle Este-Oeste’.

Lauterpacht (1897-1960) nació en una pequeña localidad cercana a la ciudad, hoy ucraniana, de Leópolis. La ciudad ha cambiado varias veces de manos o de país, y de nombre. Se ha llamado Lemberg, Lviv, Lvov y Lwów. Hersch fue el segundo hijo de Aron y Deborah, entre sus hermanos David y Sabina. Estudió Derecho, destacando en ello, en la Facultad de Lviv. Continuó estudios en Viena recibiendo docencia allí de Hans Kelsen. Lauterpacht se doctoró en 1922 y le atrajo la política, siendo ese año elegido presidente de la Unión Mundial de Estudiantes Judíos, con Albert Einstein como presidente honorario. En 1923, se casó en Viena con Rachel Steinberg, trasladándose ambos al Reino Unido, donde tuvieron un hijo, Elihu. En 1937 alcanzó Lauterpacht una cátedra de Derecho internacional en la Universidad de Cambridge. En 1944 propuso en un libro una Declaración Internacional de Derechos del Hombre. Su idea era poner al individuo en el centro del Derecho constitucional y penal internacional. Cuando el presidente Roosevelt nombró, para preparar el Estatuto del futuro Juicio de Núremberg a los principales dirigentes nazis, al Fiscal General Robert Jackson (que continuó también con el presidente Truman), este contactó con Lauterpacht, para preparar ese Estatuto y pactarlo con las otras potencias aliadas. Entre otras aportaciones, Lauterpacht introdujo en ese Estatuto, y de paso en el Derecho internacional futuro, la noción de ‘crímenes contra la humanidad’.

Rafael Lemkin, nació (1900) en una pequeña aldea, polaca o rusa según la época, y hoy de Bielorrusia, en una familia judía humilde. Fue hijo de Josef y Bella y tuvo dos hermanos. Casi todo lo que sabemos de este jurista se lo debemos al libro de Philippe Sands, ya que Lemkin escribió de mayor (ya pobre y enfermo, y solo, puesto que no se casó ni tuvo hijos) en Estados Unidos una autobiografía, pero no encontró editor, aunque Sands logró encontrarla mecanografiada en la Biblioteca Pública de Nueva York y la resume en su obra. Lemkin estudió en la misma Facultad de Derecho de Lviv que Lauterpacht fue durante siete años Fiscal de Polonia, hasta 1934, fase en la que trató a muchos juristas; y elaboró con esmero una colección de decretos nazis donde se ordenaban los pasos sucesivos del exterminio de otras razas "inferiores" a la alemana y "aria" y de minorías, sobre todo de los judíos. Cuando en 1939 los alemanes se acercaban ya a Varsovia, huyó en un largo viaje, a través de Suecia, la URSS y Japón, hacia EE. UU., donde en Carolina del Norte un profesor, que había traducido al inglés un libro suyo, le había ofrecido un puesto docente en la Universidad Duke. Llegó allí en abril de 1941. En Estados Unidos, Lemkin, conocedor de los planes siniestros del nazismo, hizo grandes esfuerzos, infructuosos y vistos con escepticismo, para convencer de su peligro a los universitarios, militares y políticos del país, incluso con una propuesta concreta, no aceptada, al presidente Roosevelt. Al final, ideó escribir un libro, que tituló ‘El dominio del Eje en la Europa ocupada’, terminado en 1943 y que publicó en noviembre de 1944, algo tarde, cuando ya se estaban descubriendo los millones de asesinatos cometidos por los nazis en Europa. Lemkin aportó al Estatuto del Juicio de Núremberg, y al Derecho internacional futuro, su creación del término ‘genocidio’. Lo formó con el término griego ‘genos’ (tribu o raza) y el latino ‘cidio’ (cidere: matar). Colaboró también en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio adoptada el 9 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de la ONU.

En el verano de 1941, Zolkiew y Lviv cayeron en manos alemanas. Lauterpacht y Lemkin, que vivieron angustiados desde 1939, hacia 1946 supieron ya que sus padres y el resto de sus familiares habían sido asesinados. Solo se salvaron una sobrina del primero, siendo niña y en circunstancias muy penosas, y un hermano del segundo y su hijo, por un viaje casual a la URSS. También se salvaron, con bastante fortuna y por ayudas recibidas, los abuelos maternos (León y Regina) y la madre (Ruth) de Philippe Sands, los tres judíos, aunque no el resto de sus familiares. Al menos, juristas e historiadores estamos en deuda con el singular y soberbio libro del profesor Sands.

José Luis Moreu Ballonga es catedrático de Derecho jubilado

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