Por
  • Félix Jordán de Urríes Mur

Piernas, pero también cabeza

La Quebrantahuesos tuvo que suspenderse a causa de la ola de calor.
La Quebrantahuesos tuvo que suspenderse a causa de la ola de calor.
HERALDO

Miles de piernas durante el pasado fin de semana iban a pedalear por las carreteras del Pirineo en la Marcha Cicloturista Internacional Quebrantahuesos y su hermana pequeña, la Treparriscos. 

Pero la cabeza, la coherencia y el sentido común han hecho que la organización de la prueba cicloturista más importante de nuestro país, atendiendo a las recomendaciones sanitarias y de prevención de incendios forestales de las diferentes administraciones, haya tenido que tomar una dura decisión, la de aplazar la celebración de la prueba hasta que se den las condiciones de seguridad suficientes para el correcto transcurso de la misma, para garantizar por un lado la seguridad de los deportistas y por el otro minimizar el riesgo de incendio en el entorno.

Esta ha sido una decisión dura para el organizador, y ya no solo por el participante, cuyo objetivo deportivo era durante meses participar en esta prueba y esto puede generar frustración y enfado, sino también por todo lo que implica una prueba así para el territorio, para la hostelería, el comercio y los servicios.

Las condiciones meteorológicas de estos días, con temperaturas extremas, están desencadenando en una serie de inconvenientes para nuestro día a día en el que el deporte, y en este caso el ciclismo en un entorno natural, se ve también afectado. No se dan las condiciones para un evento de esta envergadura.

El riesgo extremo de incendios hace que grandes aglomeraciones de gente aumenten las probabilidades de estos fenómenos de manera exponencial. Pero tampoco la seguridad del deportista se debe ver comprometida. La organización, a pesar de la dureza de la decisión, ha tomado la carretera correcta.

Probablemente, durante los próximos días las redes sociales se llenarán de juicios de valor y opiniones que se realizarán desde el desconocimiento y lo emocional, pero si nos atenemos a lo racional, los organizadores son los primeros interesados en que la prueba se hubiera llevado a cabo, y así los miles de ciclistas y sus acompañantes habrían disfrutado de nuestras montañas, carreteras, gastronomía, cultura, patrimonio… Pero no podemos arriesgar la salud del deportista y comprometer el desarrollo y el paisaje de los que vivimos en estos increíbles parajes.

El trabajo que hay detrás de la recogida de un dorsal por parte de un participante de una prueba de estas características es ingente. Hay miles de horas de trabajo, de materiales, de voluntarios, de firmas, de marcas, de proveedores, de permisos, de documentaciones, de reuniones… Solo estando dentro de una organización de este tipo te haces a la idea de lo que supone el organizar y ejecutar un evento de estas magnitudes.

Por ello, por un lado quiero lanzar un mensaje de ánimo a los miles de cicloturistas que este sábado pasado soñaban con retarse a sí mismos por nuestras carreteras y ‘cols’ del Pirineo, pero que no se preocupen que seguro que habrá ocasión más adelante; pero sobre todo quiero lanzar unas palabras de ánimo para la dirección de organización de la prueba, para los cientos de voluntarios que forman parte de ella, las firmas, patrocinadoras e instituciones, ya que han tomado la decisión correcta y estoy seguro de que pronto todos volveremos a disfrutar los puertos y carreteras del Alto Gállego, la Jacetania, el Accous y el Aspe. Las bicicletas ya no solo son para el verano, sino que son para todo el año.

Félix Jordán de Urríes Mur es director general de Fundación Deporte Joven del Consejo Superior de Deportes

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