El país en el que Boris Johnson invita a vivir

Son miles, personas procedentes de Irak, Irán, Afganistán, Siria y distintos puntos de África.

Atraviesan medio mundo para cruzar el Canal de la Mancha camino del Reino Unido. Buscan trabajo, libertad y paz.

Visto el problema, Reino Unido ha decidido innovar en la solución. Directamente los deportará a Ruanda, un pequeño país africano sin salida al mar, conocido por sus reservas de gorilas y que pasó a la historia negra del mundo por el genocidio que vivió en los años 90.

Ruanda, la tierra de las mil colinas, es uno de los territorios con mayor densidad de población del mundo. Y sus recursos económicos se limitan al té, el café y el turismo. Bueno, pues a partir de ya, quienes busquen refugio en el Reino Unido serán trasladados al corazón de África, donde esperarán respuesta a su solicitud de asilo. De ser aprobada, podrán permanecer en Ruanda y comenzarán allí una nueva vida. Cómo será esa vida es lo que no se especifica. Pero en uno de los territorios más racistas de ese continente, la existencia de cualquier extranjero será más que difícil. Eso sin entrar en el abismo cultural y en que es uno de los países con peor calidad de vida del mundo. A cambio, Londres pagará a Kigali una asignación de 144 millones de euros por absorber su problema.

Esto es como las emisiones de CO2. Pagamos a los países tercermundistas por sus derechos contaminantes para poder contaminar nosotros más. Ahora empezamos a pagarles por quitarnos de en medio la inmigración no deseada. Humo o personas, qué más da.