De virus, jueces y gobiernos

Como en ocasiones anteriores, Aragón ha sido y sigue siendo una de las regiones más azotadas por esta séptima ola de la pandemia. 

Tenemos el peor porcentaje de ocupación hospitalaria por enfermos de covid, con el 20,34% de las camas frente al 14% de la media nacional. Somos los segundos con más plazas de uci asignadas a estos pacientes, con más del 32%, solo por detrás del País Vasco. Y en cuanto a contagios, nuestra incidencia a catorce días sobrepasa de lejos la del conjunto de España y únicamente la superan el País Vasco y Navarra. Durante la pandemia, en nuestra Comunidad han muerto de covid, oficialmente, 316 personas por cada cien mil, mientras que en todo el país han sido 195 por cada cien mil.

Pero eso sí, el Gobierno autonómico lo ha hecho todo bien. O eso nos dice. Y, si creemos a la consejera de Sanidad, ni siquiera en esta desbordante séptima ola habría pecado de improvisación o de falta de previsión. ¿Será verdad? ¿Qué rayos y centellas no estaríamos viendo, qué mareas no estarían rugiendo en las calles, si, en parecidas circunstancias, un gobierno de derechas hubiese recortado el presupuesto de Sanidad y hubiera finiquitado los contratos de sanitarios de refuerzo? Pues el cuatripartito lo ha hecho. ¿No es eso falta de previsión? ¿No obliga ahora a improvisar?

La tarea de las consejerías de Sanidad es en estos tiempos, hay que reconocerlo, dura y difícil, quizás titánica. Pero no, los jueces que tutelan los derechos de todos no tienen la culpa de lo que nos pasa. Y sí, hay cosas que se podrían haber hecho mejor.