Por
  • Yolanda Gamarra

Neutralidad

Los talibanes montan guardia en Kabul.
'Neutralidad'
Stringer / Efe

Apropósito de los acontecimientos ocurridos en Afganistán, reflexiono sobre una de las instituciones jurídicas más interesantes, pero escasamente analizada como es la neutralidad. 

La lectura del libro de Nasir A. Andisha, embajador de Afganistán ante Naciones Unidas (Ginebra), titulado ‘Neutrality and vulnerable states’, sugiere una serie de cuestiones. Primero, ¿en qué circunstancias se puede aplicar la neutralidad permanente? Segundo, ¿cuáles son los principales elementos del éxito y las causas del fracaso de la institución de la neutralidad?

La neutralidad responde a la cultura política de los Estados y a sus compromisos con la paz y la seguridad internacionales, pero también a las necesidades geopolíticas. Tras la caída del gobierno de Ghani, ¿el nuevo gobierno afgano seguirá manteniendo su política de neutralidad permanente? Al evaluar, comparar y contrastar los dos exitosos casos europeos de Austria y Suiza, y los dos desafiantes casos asiáticos de Afganistán y Laos, quizás se pueda proponer un nuevo marco de análisis para explorar la viabilidad de reformular, adoptar y aplicar una política de neutralidad y reactivar los debates sobre si resulta factible la idea de una ‘nueva neutralidad’. Dado que la neutralidad funcionó con éxito como un instrumento de resolución de conflictos durante la Guerra Fría, quizás una versión reformulada y adaptada también satisfaría las necesidades de la sociedad global del siglo XXI, especialmente en el escenario incierto que se abre con la llegada al gobierno afgano de los talibanes.

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