Los usuarios de la A-68 y Nacional 232, que une Zaragoza con el Bajo Aragón y el Mediterráneo, hemos recibido con esperanza el anuncio del futuro túnel que salvará el enlace con la Z-40, el cuarto cinturón de la capital aragonesa. 

Esa glorieta tiene un intenso tráfico, casi 28.500 vehículos de media diaria, lo que produce retenciones y siniestros. Tiene puestos los carteles de aviso de ‘Tramo de concentración de accidentes’.

El reciente Informe Eurocap señalaba que Aragón es la región española con más tramos peligrosos. Ese enlace de la A-68 es uno de ellos. Vecinos de los pueblos y trabajadores de los diversos polígonos industriales de esa zona formaron una plataforma para la solución del problema.

La construcción de ese túnel costará 13,1 millones de euros y la obra se licitaría a inicios de 2022. Contando con un año y medio de obras, podría terminarse a finales de 2023. Esto siendo muy optimistas, ya que depende de que la ministra responsable de las carreteras recoja ese compromiso en los Presupuestos Generales del Estado. De hecho, ya un partido político, la CHA, ha pedido que esa cantidad se consigne en las cuentas de 2022. En este, como en otros muchos temas, Aragón tendrá que hacer fuerza ante el Gobierno central para que se lleve a cabo cuanto antes un proyecto que es muy necesario.

Los diversos proyectos de la A-68 han tenido una ejecución de una lentitud asombrosa. En obras está el tramo que unirá El Burgo y Fuentes. Se espera que en 2023 se pueda circular, dando continuidad, 19 años después, a los once kilómetros que transcurren desde el cuarto cinturón de Zaragoza. El siguiente paso ha sido la adjudicación de la redacción del proyecto para el tramo, de Fuentes de Ebro a Quinto, que tiene una longitud de 15 kilómetros. El tramo de la A-68 entre el Regallo y Alcañiz no se ha sacado todavía a concurso. A este ritmo de ejecución, es difícil que una buena parte de los actuales usuarios de esta infraestructura la vean terminada.

En el otro sentido de la A-68, de Zaragoza hacia Navarra, recientemente se inauguró el tramo entre Figueruelas y Gallur. Se espera que se terminen a finales de 2022 los otros 14 kilómetros pendientes hasta Mallén. En esos tramos de la Nacional 232 han fallecido 30 habitantes de los pueblos de esa zona desde el año 2009.