La linde del cretino
Las obras de Antón García Abril forman parte desde hace décadas de la banda sonora de nuestra vida. Fue el músico turolense un ejemplo de quien hace su trabajo sin estridencias, poniendo su talento al servicio de los demás y contribuyendo a hacernos más llevadera la existencia. Por eso aunque se ha ido deja como legado su torrente creativo para seguir disfrutándolo.
Hubo un tiempo en el que sus melodías ejercían de reclamo a toda la familia para reunirse en torno a la televisión a ver programas memorables como ‘El hombre y la tierra’ o ‘Curro Jiménez’, la primera gran serie española nacida en la Transición.
Era una época en la que podíamos poner el telediario sin sonrojarnos por haber colocado en la tribuna parlamentaria a vocingleros sin escrúpulos. Ahora vivimos en una especie de ‘Show de Truman’ continuo. Y sus artífices tratan de hacerse los interesantes. Pero ni ‘Baron Noir’, ni ‘House of Cards ni ‘Borgen’: esta temporada de la actualidad política española parece inspirada en la serie ‘Vota Juan’. Hay «señorías» que le hacen sombra al protagonista de esta comedia bufa al que encarna con maestría Javier Cámara. Cuenta su guionista que algunas de las escenas que habían rechazado por despiadadas se están haciendo realidad. Así de certero es este retrato de los políticos españoles, con sus puñaladas traperas, sus ambiciones, y sus burdas estrategias.
Lo inexplicable es que se sucedan episodios bochornosos en la esfera pública que rozan lo esperpéntico en medio de una crisis sanitaria aún abierta. Y preparen palomitas, porque cuando el político cretino coge una linde, la linde se acaba y el político cretino sigue.
