Vicente ​Aranda o el corazón de las tinieblas

Encuadró una y otra vez la memoria de España con sus múltiples paradojas, con sus dolorosas contradicciones.

Vicente Aranda, nacido en Barcelona, ha sido el director de películas como 'Amante' o 'Juana la Loca'.
Vicente Aranda, nacido en Barcelona, ha sido el director de películas como 'Amante' o 'Juana la Loca'.
Toni Galán

Vicente Aranda solía decir que el “escritor muerto es el más cómodo” y que él no aceptaba adaptar ninguna película si no tenía libertad creativa. Una cosa era el cine -intensidad, imagen y sonido- y otra la literatura. Sus versiones de Juan Marsé, que tan crítico ha sido siempre con las adaptaciones de sus novelas, le han acarreado críticas y menosprecio por parte del autor barcelonés, quien, por cierto, nunca puso como condición aquello de que “no me lleve al cine Vicente Aranda, tan escatológico y tan erótico”. Aranda rodó cuatro novelas suyas: 'La muchacha de las bragas de oro', 'Si te dicen que caí', 'El amante bilingüe' y 'Canciones de amor en Lolita's Club'.


Pese a los desaires del autor de los 'aventis' y algún que otro desencuentro con Antonio Gala con motivo de 'La pasión turca', Vicente Aranda es uno de los cineastas españoles que más historias y argumentos encontró en la literatura: además de los títulos citados, hay que recordar 'Asesinato en el Comité Central' de Vázquez Montalbán, 'Los jinetes del alba' de Jesús Fernández Santos, para la tele, 'Tiempo de silencio' de Luis Martín Santos o 'Luna caliente' de Mempo Giardinelle, entre otras.


Aranda quiso ser el cronista de una época. Se atrevía a mirar allí donde latía la sordidez, las tormentas del sexo o la injusticia social: piensen en las dos películas sobre el Lute, en 'Fanny pelopaja', sobre la corrupción policial y un fascinante personaje femenino, o en una de sus mejores aproximaciones a la Guerra Civil como fue 'Libertarias', que convirtió a una parte de Aragón, sobre todo el Bajo Aragón y el Matarraña -Alcañiz, Albalate del Arzobispo, el Mas de Labrador, Calaceite y La Fresneda- en un gran escenario de cine. En 'Libertarias', con un reparto de bellas y famosos, se acercó a las experiencias anarquistas, a partir de un guion de Antonio Rabinad.


El cine de Vicente Aranda tenía algo desapacible: abordaba asuntos extremos, por decirlo así, entre la violencia, el dominio, la aspereza y una sexualidad siempre compleja, oscura y apasionada a la vez; le interesaban esos personajes turbios, que buscan la vida y van contra ella. O que se zambullen en inesperadas encrucijadas donde hay un poco de todo. Un caso inequívoco sería, sin duda, el de los protagonistas de 'Amantes', quizá su película más redonda y la más sombría, las más shakespeariana también. Aranda habla de la inocencia vapuleada, habla del desamparo, de los caminos tortuosos que llevan al crimen. Maribel Verdú hace pensar en las criaturas del autor inglés que caminan, con un candor que desarma, hacia la muerte como Cordelia, Julieta, Desdémona... 'Amantes', dijese lo que dijese Aranda, es su mejor película y cuenta con un excelente argumento, basado en hechos reales de los 50, de Manuel Pérez Merinero y Álvaro del Amo. En ella estaban dos de sus actores fetiche: Victoria Abril, que podía serlo todo: bruja, cándida, dulce, una máquina de amar y de lo otro, y a la vez el demonio de la perversidad. Victoria Abril rodó, tanto en 'El Lute' como en 'Amantes', dos de las mejores escenas de su carrera. Y Jorge Sanz, que dio lo mejor de sí mismo y de un honda mirada con Aranda.


El realizador perteneció a la 'Escuela de Barcelona', pero no tardó en volar.


Otra de sus fijaciones fue el repaso a los grandes asuntos o mitos españoles. Y eso explica películas 'Juana La Loca', 'Carmen' y 'Tirante el Blanco', a las que él les atribuía cierta voluntad didáctica, cierta necesidad para hacer pedagogía de la historia sin temor alguno a meter el dedo en la llaga de los periodos tenebrosos. Quizá la más redonda de las tres sea 'Juana la loca', sobre todo porque ahí Pilar López de Ayala hacía uno de los mejores papeles del cine español de los últimos años. Estaba en auténtico estado de gracia, de una vulnerabilidad tan amorosa como sobrecogedora. Y seguramente algo le debería a Aranda: siempre tuvo buen ojo, perspicacia y determinación para llevar a sus actrices -Victoria Abril, Ana Belén, Ariadna Gil, Maribel Verdú, Ingrid Rubio, Leonor Watling, Paz Vega, incluso Itziar Miranda, a la que desnudó en 'Celos', entre muchas otras...- a latitudes que no dejaban indiferentes a nadie porque la vitalidad y la alegría podían acercarse a lo pecaminoso o la pura exaltación de la carnalidad. Aranda miraba a las mujeres sin complejo alguno, aún a riesgo de parecer rijoso.


Vicente Aranda recibió el premio 'Ciudad de Huesca' en 2002 y fue objeto de un libro de Luis Alegre: 'La vida con encuadre'. Al fin y al cabo, con sentido artesanal y confianza en sus obsesiones, él ha encuadrado una y otra vez la memoria de España con sus múltiples paradojas, con sus dolorosas contradicciones.