El profesor Lozano dice que hay que investigar qué obras atribuidas a Goya en la colección de la Económica son suyas

El Patio de la Infanta ha acogido una conferencia sobre 'La Económica y su socio más universal: Goya'.

El profesor de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, Juan Carlos Lozano, ha sostenido que es preciso "hacer una labor de investigación" para saber la autenticidad de las más de doce obras atribuidas a Francisco de Goya de la colección de pinturas de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. 


En declaraciones a Europa Press, antes de pronunciar la conferencia 'La Económica y su socio más universal: Francisco de Goya', que, en el Patio de la Infanta de Ibercaja de Zaragoza, ha iniciado el ciclo 'El legado de la Económica', el profesor ha opinado que "de todas las que hasta ahora se le han atribuido, hay dos que sí pueden ser de Goya con bastante claridad". 


Se trata de las que "representan a Esopo y Menipo", dos pinturas "de mucha calidad en las que vamos a seguir investigando". Lozano ha estimado que las piezas que aparecen en el primer catálogo de la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, que data de 1828, fecha en la que falleció Goya, "son las que tienen más probabilidades de ser realmente" del artista aragonés. 


El profesor ha explicado que el pintor aragonés fue socio de mérito de la Económica desde el 22 de octubre de 1790, año en que el artista había venido "de improviso" a participar en las Fiestas del Pilar de Zaragoza. 


Según ha relatado, la Económica se creó 1776, su escuela de dibujo empezó en 1784 y la Academia de San Luis comenzó 1792, mientras que Goya vivía en Madrid desde 1775, si bien "esporádicamente se desplazaba a otros lugares", como a Zaragoza, donde 1781 pintó la cúpula 'Regina Martyrum' de la Basílica del Pilar y en 1790 acudió a la ciudad, "dando una sorpresa a su amigo Martín Zapater" porque llevaba nueve años sin estar en las Fiestas del Pilar, cuando "le gustaban mucho".Relación anterior

Lozano ha apuntado que la relación de Goya con la Económica es anterior a su nombramiento como socio de la misma, "de forma indirecta, y a través de amigos", si bien a partir de ese momento se "se producen varias colaboraciones entre la institución y el artista". Así, la Económica "conserva algunas cartas enviadas por Goya" ya que "hubo una relación epistolar". 


Además, "en un momento determinado, la Económica le pidió a Goya, igual que a Francisco Bayeu, que acogiera en su taller de Madrid a un estudiante, en este caso un grabador aragonés, Mariano Latasa, que tenía que formarse allí para luego volver a Zaragoza a dar clase de grabado en la Academia de San Luis y Goya se ofreció a proteger de alguna manera a este artista". 


Asimismo, "se piensa que la Económica solicitó a varias instituciones y algunos particulares y artistas que les facilitasen dibujos, grabados, esculturas y pinturas para ayudar a la formación de los jóvenes que estaban en la Academia de San Luis, y anteriormente, en la escuela de dibujo que organizó la Económica". 


Por eso, "se supone, ya que no hay testimonio documental, que Goya pudo colaborar, igual que lo hicieron los Bayeu, enviando algunas obras para esta finalidad", si bien "el problema está en discernir exactamente hasta qué punto las atribuciones que se han dado a obras de Goya en la colección de la Económica son ciertas o no", un "terreno a veces problemático". 


Lozano ha sostenido que "el espíritu de la Económica era ilustrado, abierto, de modernización" y "encaja bien con el talante y espíritu de Goya" por lo que "había una sintonía y comunión de intereses entre la sociedad y el pintor".Restos mortales de Goya

El profesor ha comentado que la relación entre la Económica y el artista "no se terminó con la muerte de Goya porque unos cuantos años después", un grupo de socios de esta sociedad, entre ellos Francisco Zapater y Gómez, sobrino nieto de Martín Zapater, emprendieron una campaña en 1863 para traer a Zaragoza los restos del pintor, que descansaban en el cementerio de Burdeos, ciudad francesa donde falleció. 


"Hubo varios intentos y muchas instituciones que se incorporaron a esta iniciativa", pero, "al final no pudo ser" y "los restos de Goya fueron a parar a Madrid", que "se nos había adelantado" y cuya "influencia y "poderío" como capital impidió que los restos del artista descansaran en la Basílica del Pilar de Zaragoza, ha concluido Lozano.