"Con 'Descubriendo a Mosén Bruno' he conseguido realizar uno de mis sueños"

El realizador oscense Maxi Campo acaba de estrenar su nuevo corto rodado en Saravillo.

Maxi Campo
"Con 'Descubriendo a Mosén Bruno' he conseguido realizar uno de mis sueños"

El realizador oscense Maxi Campo estrenó el pasado jueves en el Teatro de las Esquinas 'Descubriendo a Mosén Bruno', un cortometraje sobre la vida de Mosén Bruno, un cura muy peculiar nacido en Barbastro, en 1808, y que ejerció en localidad altoaragonesa de Saravillo casi todo su sacerdocio hasta el fin de sus días, en 1890.


Llenar 500 butacas en el estreno de un cortometraje no es algo que se vea muy menudo en un teatro...

Afortunadamente para nosotros es algo que se nos ha dado bien. En 2011, con el estreno del cortometraje 'Figura', en el Teatro Olimpia de Huesca, colgamos el cartel de "no hay entradas" con 750 butacas; ¡y no eran gratis!. Desde luego, por un lado, es consecuencia de que son proyectos que movilizan a mucha gente y muchos escenarios, por lo que generan muchos focos de atención; y por otro lado, también es fruto de la importancia que desde la puesta en marcha de los mismos le damos a nuestro trabajo, a los compromiso que adquirimos y, por supuesto, a la promoción y a la comunicación. Aunque tener poder de convocatoria y agradar al público en general satisface, como todo trabajo bien hecho, no garantiza nada en absoluto la suerte que corra el cortometraje en el futuro. Eso es capítulo aparte y se escapa de nuestras manos.


¿No se le habrá subido el éxito a la cabeza?

Tras el estreno son todo parabienes. Todo el mundo me da la enhorabuena. Pero ya soy frío como el hielo. O es cansancio, no sé. Yo creo que es un buen trabajo, del que estoy orgulloso. Independientemente de lo que me hubieran dicho o de la suerte que corra. Tengo esa paz.


¿Por qué decidió hacer un corto inspirado en Mosén Bruno?

Soy natural del Sobrarbe y había oído hablar de la leyenda del cura. Mi pasión por el cine, por la ficción, y el deseo de rodar algún día en el Pirineo hizo el resto. Tenía la idea esperando en el cajón hasta que vi 'Para qué sirve un oso', una película española que me gustó mucho, en la que actúa Jesse junto a Javier Cámara y Gonzalo de Castro, y me dije, ¡Ya lo tengo todo, quiero a ese actor!. Con su rostro como referencia me senté a escribir y desarrollar el guión. Casi todos los personajes que aparecen han sido interpretados finalmente por los actores en los que había pensado al crearlos. El caso de Janfri Topera, que interpreta al personaje que refleja lo que sería Mosén Bruno en la actualidad, es divertido, porque cuando lo conocí en persona estaba mucho más delgado.


¿Cómo logró que Jesse Johnson se embarcase en el proyecto?

Creía que Jesse, que me divertía mucho, era un joven actor americano buscándose la vida por España, sin más. El día que me preguntaron en quién había pensado para interpretar el papel les dije el nombre y lo buscamos en Google ¡Oh, Dios mío! 'Photocall', Hollywood... Lo daba por hecho y era el hijo de Don Johnson. Y vivía en California. Ni siquiera me había molestado en investigar. "Juega en otra liga", pensé. No tenía plan B y por eso fuimos a por él. A través de un contacto del productor Javier Moreno pudimos hacerle llegar una copia del guión. No tardó nada en contestar que le había gustado mucho y que le encantaría formar parte del proyecto. Fui a recogerle al aeropuerto y, al terminar el rodaje, lo dejé allí también. Vino de propio para trabajar a lo bestia. Le estaré siempre agradecido, ¡ha hecho a un hombre feliz!


El personaje protagonista, es un director de documentales que tiene mucho que ver con usted…

Con 'Descubriendo a Mosén Bruno' he cerrado unos cuantos círculos de vez. Por un lado he podido hacer lo que más me gusta, rodar ficción, con un equipo técnico y artístico de primer nivel y en la Comarca del Sobrarbe. Era un sueño que tenía y que ya he satisfecho. Por otro lado, la historia da a conocer la figura de una leyenda popular aragonesa y sirve de promoción a un territorio que vive también del turismo, por lo que el trabajo es útil. Además, en el transcurso de la historia quedan reflejados todos los pasos que se siguen a la hora de realizar una obra audiovisual, que es lo que en la realidad estamos haciendo, así que es como el cine dentro del cine; Y otras muchas cosas más personales que no quiero que se sepan.


El filme ha contado con un elevado presupuesto, ¿qué espera conseguir con este corto? 

El cortometraje ya se está en manos de una distribuidora y participará en festivales de todo el mundo. La suerte que corra ya no está en nuestras manos. Contando ya la primera tanda de distribución,el presupuesto ha ascendido a 21.000 euros. La mitad de ese dinero procede de subvenciones de distintos organismos públicos y la otra mitad de empresas privadas y campaña de micromecenazgo. El primer objetivo, no perder mucho dinero en el camino, creo que lo hemos conseguido. El segundo objetivo es que la película, además de dar a conocer la figura de Mosén Bruno y promocionar las montañas y las gentes que tenemos en Aragón, sirva de herramienta de difusión de nuestro trabajo y podamos abordar en el futuro otros proyectos tal vez mayores. Ojalá sea así. Una parte de mi se ha quedado muy tranquila con este cortometraje, he conseguido realizar uno de los sueños que tenía pendientes.


Suele escoger su entorno más próximo para rodar sus cortometrajes, ¿le facilita la labor conocer a fondo el terreno?

Bueno, en este caso el entorno era conocido pero ahora vivo en Zaragoza, por lo que hemos producido todo el asunto a 200 kilómetros de distancia, con el consiguiente coste y dificultades que eso supone, y el traslado de una equipo de más de 20 personas los 5 días de rodaje conjunto. Este caso no es buen ejemplo. Pero sí, al querer compatibilizar esta afición con el trabajo diario, la familia y otros temas, lo más razonable es localizar cerca y contar con gente próxima y con disponibilidad. Durante los siete años que he vivido en Tierz, al lado de Huesca, hice tres proyectos de ficción y los tres los localicé entre las dos poblaciones y su entorno. Y sobre todo con gente de allí, claro.


En el reparto, además de Jesse Johnson, figura Janfri Topera y varios actores aragoneses ¿Cómo se integró el equipo artístico durante el rodaje?

Sintonizaron todos muy bien. El rodaje fue realmente intenso y exigente, no creo que nadie tuviera ganas de complicarse más la vida (risas). El tono de guión es amable, simpático, así que todos entendieron que pasándolo bien el resultado sería mejor. Pero no hubo tiempo para mucho más allá del trabajo. Creo.


En el equipo técnico, ha contado con varios profesionales del ámbito televisivo…

Sí, para mi es un placer conservar buena parte del equipo desde los inicios, en 2008. Tanto David Asensio, director de fotografía mexicano con trayectoria internacional; como Marko Zaragoza, músico y compositor; Elba Mairal, actriz y lo que le pida; o Yolanda Liesa, realizadora de televisión y cine como yo, han estado siempre a mi lado en estas lides. Con 'Descubriendo a Mosén Bruno' hemos necesitado dimensionar el equipo para que el resultado estuviera a la altura, y hemos contado con un equipo de producción y de sonido como nunca antes habíamos tenido: maquillaje, peluquería... y por si fuera poco he contado con la ayuda en la dirección de dos amigos realizadores de televisión: Iván Ara y Álex Calderón, sin los cuales no hubiera podido hacer frente a un rodaje de ese calibre.


¿Ya piensa en su próximo trabajo cinematográfico?

Sí, claro. Mi mente es ya futuro. No me gusta recrearme en lo hecho o mirarme el ombligo. 'Descubriendo a Mosén Bruno' vuela ya libre, ¡que viva su vida mientras pueda permitírselo!. Es lo más sano y lo que deseaba con ganas ya hace un tiempo, pasar página y pensar en otra cosa. Ojalá un día pueda abordar un proyecto cinematográfico en exclusiva, a tiempo completo, por encargo. O formar parte de un proyecto de ficción de envergadura. Esa experiencia sí me gustaría vivirla. Mientras tanto me sentaré otra vez a escribir en mis ratos libres para tener algo en la recámara, por si necesito volver a pelear.


Ha realizado incursiones en el ámbito del documental pero, ¿se plantea pasar al largo en un futuro?

Alguno de mis amigos del equipo me insiste en eso. Todos los cortometrajes de ficción que he emprendido van de los veinte a los treinta minutos. Con este ya van cuatro. Pienso historias con estructuras de largometraje, muchos personajes, escenas, complicaciones, cosas que nunca he hecho... pero las ajusto a la duración del corto. Ese estilo, aunque te quede bien, no se lleva mucho. No es rentable ni efectivo de cara a festivales. Yo lo sé, pero no me importa. Lo que no se puede negar es que es la mejor escuela para abordar un día el largometraje, para tener recursos. Yo, desde luego, quiero hacerlo. Y ya me siento preparado.