LETRAS ESPAÑOLAS. OCIO Y CULTURA

Fernando Aramburu: "Escribo desde la herida y en la herida, y así lo he hecho siempre"

El autor de 'Patria' presentó en Zaragoza, en el Paraninfo, su nueva novela: 'El niño' (Tusquets), una novela del duelo, de la pareja y de la familia

Fernando Aramburu reveló que oyó la noticia de la explosión de Ortuella, donde murieron 50 niños y tres profesores, la oyó en Zaragoza en 1980, cuando estudiaba aquí.
Fernando Aramburu reveló que oyó la noticia de la explosión de Ortuella, donde murieron 50 niños y tres profesores, la oyó en Zaragoza en 1980, cuando estudiaba aquí.
Toni Galán.

«¿Si me siento vasco, como alguien pregunta en el libro? Yo soy vasco. No necesito pintarme rayas para parecer vasco pero yo soy un hombre centrífugo. Cuestiono esto que se llama la identidad y con cada libro que leo y con cada viaje que hago y con cada conversación que sostengo procuro ampliar mi horizonte, salir de mí. Nací allí, está bien haber nacido allí…», dice Fernando Aramburu que presentaba el jueves, en el Paraninfo, su nueva novela:‘El niño’ (Tusquets, 2024), en diálogo con Eva Cosculluela.

La serie donde integra la novela se llama ‘Gentes vascas’.

Sí, porque va de gentes normales y corrientes, que son personales, que no protagonizan la Historia con mayúscula o la historia colectiva pero la padecen, o la historia colectiva repercute en ellos. Esa es la idea del proyecto, y por eso puse el título en plural: ‘Gentes vascas’, porque me parece que los vascos, como cualquier otra comunidad, son muy diversos.

Este tema, la explosión del 23 de octubre de 1980 en Ortuella, ¿lo tenía reservado en una carpeta, se documentó con los años…?

No, no. En este caso, yo llevaba un recuerdo muy vivo en este hecho y ahora sé por qué. He estado indagando en mí, me enteré en Zaragoza al poco tiempo de ocurrir. Fue a mediodía de un día de octubre, en mi primer año de estudiante aquí, andaría por la cocina. Solía escuchar la radio, una emisora local, no recuerdo cuál, donde ponían jotas… Me gustaba mucho a esa hora, y no es que fuera un apasionado de la jota, pero llego a un sitio y me gusta empaparme del ambiente, de los hábitos, de los usos lingüísticos. E interrumpieron la emisión para contar que en un pueblo de Vizcaya, Ortuella, se había producido la explosión. Luego fuimos sabiendo más.

¡Y tanto!

Vaya tragedia. Ya sabe: 50 niños y tres profesores muertos. Entonces ocurrían algunas catástrofes: acuérdese del incendio del Corona de Aragón el año antes en Zaragoza; del accidente de un autobús, con colegiales muertos, que cayo al río Órbigo.

¿Por qué eligió este accidente?

Porque ocurrió en mi tierra natal y me resultaba cercano, pero sobre todo porque yo he sido maestro de niños también, durante 24 años. Algunas veces me venía este recuerdo, estaba en clase con los chavalillos… Y no sé, era como una fijación, como una herida en mi memoria, y luego, claro, al emprender este grupo de novelas, me interpelaba directamente y me parecía que era pintiparado para introducirlo en esta serie.

"Vaya tragedia. Ya sabe: 50 niños y tres profesores muertos. Entonces ocurrían algunas catástrofes: acuérdese del incendio del Corona de Aragón el año antes en Zaragoza; del accidente de un autobús, con colegiales muertos, que cayo al río Órbigo"

Podía haber hecho una novela más coral; sin embargo, lo que ha hecho es convertir a una familia en símbolo de las 50 familias con víctimas.

Lo tuve muy claro desde el principio. El elenco de protagonistas sería pequeño y un tanto prototípico: familia humilde, trabajadora, de origen inmigrante, como tantas de Euskadi, y estos días me ha dado un poco de reparo.

¿Qué le dado reparo?

Algún periodista me ha preguntado si existieron realmente… No. No. No he conversado con ninguna familia, lo que pasa es que me he documentado exhaustivamente pero no me apetecía conocer ninguna historia concreta porque pensé que luego interferiría en mi trabajo. Estaría siempre presente lo que me habían contado. Y, por no repetir lo mismo, me iría por las ramas. Yo tenía mi propia historia, situada en un contexto real, documentado y verificable.

Si me permite: ‘El niño’ es un libro sobre el duelo, la familia, la pareja, y es...

... una novela sobre los fantasmas que cada uno lleva encima, como se recuerda en un determinado momento. No siempre lo he tenido tan claro, pero se fue haciendo así, poco a poco; se fue decantando a partir de unos estímulos que son puramente visuales. Lo que yo decidí de antemano es todo lo que tiene que ver con la estructura, el registro lingüístico, precisamente para que cuando iniciase la tarea de escritura me pudiera concentrar en lo sustancial narrativo: los personajes, lo que les pasa, lo que dicen, lo que piensan… Elegí un elenco reducido porque quería detallar de la psicología de sus comportamientos y de sus estrategias vitales.

Fernando Aramburu ha escrito un libro lleno de compasión, ceñido y respetuoso, sobre un hecho histórico.
Fernando Aramburu ha escrito un libro lleno de compasión, ceñido y respetuoso, sobre un hecho histórico.
Antón Castro.

Afloran muchos asuntos a raíz de la tragedia.

Desde luego. Asuntos que afectan a su relación conyugal. Durante la redacción encuentro muchas cosas que al principio no estaban porque cuando empiezo una novela lo que menos me interesa es la historia en sí, la trama.Me preocupan más el camino por el que luego va a transcurrir la trama, el argumento, porque además, por experiencia y por un poco de oficio que uno ya tiene, sé que si las decisiones formales previas son adecuadas, después el trabajo discurrirá mucho mejor, con mayor fluidez.

"Creo un personaje en el que he puesto mucho de mí: no conocí a mis abuelos y Nicasio, el abuelo del texto, es uno de los personajes más humanos que he hecho. El autor sarcástico habla de sí. El tema era complicado"

Casi acaba creando una novela de intriga.

Sí, sí. Pasa de ser una novela sobre el duelo, nunca deja de serlo, y añado un elemento de intriga.

¿Ha escogido un lenguaje de total contención?

Por supuesto. Tengo claro que estas historias de vascos trabajadores exigen un estilo escueto, directo, sin florituras, nada intrincado, sintácticamente simple, lo cual requiere bastante trabajo, pero es un trabajo de fotografía lingüística. Yo intento que mis personajes sean creíbles, que sean auténticos, de ese lugar y de esa época, y eso venía incentivado por mi voluntad de mostrar respeto por aquellas criaturas que murieron en una explosión.

Respeto y más cosas.

Sí, claro, una historia de amor y desamor, de pareja, la de Mariaje y José Miguel, padres del niño muerto. Y creo un personaje en el que he puesto mucho de mí: no conocí a mis abuelos y Nicasio, el abuelo del texto, es uno de los personajes más humanos que he hecho. El autor sarcástico habla de sí. El tema era complicado.

"Yo intento que mis personajes sean creíbles, que sean auténticos, de ese lugar y de esa época, y eso venía incentivado por mi voluntad de mostrar respeto por aquellas criaturas que murieron en una explosión"

Siempre se mete en charcos, ¿no le parece?

Sí, porque para escribir me tengo que meter en charcos. Me preocupaba herir a nadie pero por otra parte intento ser valiente: escribo desde la herida y en la herida. Lo he hecho siempre y lo seguiré haciendo. Además, me parece que la novela pide eso.

Fernando Aramburu recuerda que oyó la noticia de la explosión de Ortuella, en 1980, en su casa de Zaragoza cuando estudiaba aquí.
Fernando Aramburu conversó el pasado jueves con Eva Cosculluela en el Paraninfo.
Toni Galán.
Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión