Lu de López: "Leer a Proust es compatible con ver ‘La isla de las tentaciones’"

n Laura López Rodríguez (Zaragoza, 1993) exhibe cerca de 70 obras de pintura, grabado y dibujo en el Espacio Joven Fundación Ibercaja hasta el 23 de marzo.

La artista, especialista en conceptualización y diseño gráfico, junto a un par de sus obras.
La artista, especialista en conceptualización y diseño gráfico, junto a un par de sus obras.
Oliver Duch

‘Estados, estancias y otros menesteres’. Vaya título para una exposición...

La muestra reúne obras desde el 2018 a la actualidad y creo que todas tiene algo en común: las estancias –como espacios en los que dejamos nuestra impronta– y los estados de ánimo. Creo que se filtra algo de ‘Especies de espacios’, el libro del escritor francés Georges Perec, y de mi interés por la psicología.

Hay temas tristes pero, a la vez, colores intensos y alegres.

Creo que soy más productiva cuando estoy en periodos bajos y uso la creación como método de introspección: creo imágenes para lo que no soy capaz de expresar con palabras. La paleta cromática es singular: para mí el rosa es tristeza, el azul se va más a lo onírico y el verde lo relaciono con la enfermedad mental.

También se perciben no pocos guiños a la cultura pop.

Quizá por eso conecte mejor con los ‘millennial’ y los ‘gen Z’ porque hay referencias a ‘memes’ y a las redes sociales. La imagen del catálogo es un camiseta de Pryca, hay también lacitos del tema de ‘coquette’, pero combinados con el ‘petit suisse’, que en jerga de los podcast viene a significar suicidio. Todo tiene esa dualidad, parecen cuadros dulces pero habla del deseo de la muerte.

¿De qué se nutre su microcosmos tan particular?

Por un lado, me apasiona la historia del arte: rastreando los cuadros se ven referencias a la Escuela de Atenas o la Santa Cecilia de Stefano Maderno. Es una imagen muy potente de una mártir que me sirve de símil sobre cómo uno se tortura a sí mismo. Por otro lado, las referencia más cercanas y modernas: de internet, de canciones o de series, como cuando dejan a Carrie Bradshaw con un ‘post it’ en ‘Sexo en Nueva York’.

Veo que no se le caen los anillos por fusionar la –digamos– cultura de altura y la popular

No hay prejuicios a la hora de mezclar todo. Proust es más elevado que ‘La isla de las tentaciones’, pero ambas referencias son compatibles y ambas me nutren porque soy pura dualidad. Ahora estoy leyendo un libro sobre el ‘trash’ pero también veo ‘realities’ y tengo una parte más cultureta.

¿Qué comenta el público que se acerca a ver su exposición?

Se quedan con que todas las piezas son muy diferentes entre sí, pero yo creo que eso es por la evolución de estos años. En la música, además, se premia mucho que se arriesgue y que los discos no repitan las mismas fórmulas ni suenen todos igual. Aquí creo que sucede parecido, los cuadros hablan de cómo varían las emociones y cómo te ves a ti mismo con el paso de los años.

Usa muy diversas técnicas, ¿cuál cree que sería su fuerte?

Trabajo mucho de forma artesanal, las imágenes siempre las aboceto en papel, aunque si hago ilustración me apoyo en la tablet. Adoro el trabajo manual del óleo y el grabado, y siempre confío en mis libretas como as de guía.

¿Y en qué apartado artístico se siente más insegura?

Mi mayor problema es que no confío mucho en mí misma, pero estoy trabajando en mejorar eso...

No me diga que tiene síndrome del impostor o algo parecido... 

No, no, pero sí es cierto que me imponga una excesiva autoexigencia y que me suelo comparar mucho con los demás. Nunca estoy contenta al 100% con lo que hago.

Estudió en Teruel y de aquella facultad de Bellas Artes ha salido una generación de mucho talento.

Joel Rico, Daniel Berges, Dani Vera... La suerte es que todos nos llevamos muy bien y lejos de haber rencillas siempre estamos colaborando. También con El Gato 500 Euros, Héctor Vacui, Ana Montserrat, Maiky Maik...

¿Cuáles son sus sueños de artista? ¿Dónde le gustaría exponer?

Creo que en el mundo del arte el 50% es técnica y obra, pero el otro 50% saber moverse y tener contactos. Mi sueño es que me fiche una galería y me lleve a ferias como Art Basel o la Bienal de Venecia. También me encantaría hacer algún ‘workshop’ en Berlín una temporada...

¿Qué obras le han marcado?

Siempre me ha interesado cómo Velázquez trata las figuras. También me he obsesionado con las pinturas negras de Goya, aunque suene muy manido. Y me encanta cómo Francis Bacon encerraba a las personas de forma dramática en espacios.

¿Cuál es su museo favorito?

Adoro el Prado. Sobre todo, las salas de romanticismo, con sus cuadros enormes como la Juana la Loca de Pradilla o el fusilamiento de Torrijos, de Antonio Gisbert. También suelo visitar el Tate o el Museo de Orsay.

¿Viaja mucho?

Es una de mis aficiones. En verano estuve en Alemania (Múnich, Frankfurt, Hamburgo...) y me encantaría quedarme en Berlín una temporada. Ahora, en la Cincomarzada, me escapo a Praga. Lo primero que hago cuando voy a otra ciudad es ir a visitar museos, tanto los antiguos como los contemporáneos.

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