entrevista / comisaria en el Departamento de Egipto y Sudán en el museo británico

Marie Vandenbeusch: "Aún hay muchos enigmas del antiguo Egipto por descubrir"

Vandenbeusch (Ginebra, 43 años) ha comisariado la exposiciones ‘Faraón. Rey de Egipto’ y la que actualmente puede verse en el Caixaforum de Zaragoza, ‘Momias de Egipto: redescubriendo seis vidas’.

Vandenbeusch, el pasado martes, en el Caixaforum de Zaragoza
Vandenbeusch, el pasado martes, en el Caixaforum de Zaragoza
Oliver Duch

De una colección tan importante como la que alberga el Museo Británico, ¿qué porcentaje se exhibe al público?

No lo sé exactamente, pero es bastante bajo. Por eso organizamos exposiciones como la que se puede ver ahora en Zaragoza sobre el antiguo Egipto, para poder compartir más información sobre nuevas investigaciones y mostrar parte de la colección a todas aquellas personas que no puedan venir al museo.

¿Cuál es su rincón favorito del museo londinense?

Estoy a cargo de las galerías funerarias y es fascinante todo el nivel de historias que se pueden encontrar allí. Yo diría que sigue siendo mi parte favorita del museo porque ahí, a través de las creencias funerarias, puedes establecer vínculos. Es una temática común por la que todos tenemos que atravesar y me parece fascinante ver ese tipo de creencias que han ido cambiando con el paso de los milenios. En realidad, esto nos permite reflexionar acerca de nuestras vidas.

Hemos evolucionado mucho desde entonces, pero, ¿somos tan distintos de quienes vivían en el antiguo Egipto?

Somos más parecidos de lo que creemos. Y es lo que nos hace humanos, a fin de cuentas. Espero que sea uno de los mensajes que consigamos trasladar en esta exposición.

A grandes rasgos, para quien visite por primera vez la muestra ‘Momias de Egipto: redescubriendo seis vidas’, ¿qué valor aporta el estudio de estos restos?

Toda la información que encontramos en ella es nueva. No sabíamos ni quiénes eran estas personas en algunos casos. Conocíamos sus nombres porque habíamos leído ya los textos en las tumbas, pero la tecnología aplicada recientemente ha revelado nuevos detalles sobre cómo vivían, las enfermedades que padecían... todo esto cambia por completo la percepción sobre cómo fueron sus vidas. Vemos que hay muchísima información nueva sobre cómo se momificaba a las personas. Cada vez que hacemos un tac (tomografía axial computarizada) de un nuevo individuo los resultados ofrecen muchas capas distintas de entendimiento y de información.

¿Debemos decir momias o restos momificados?

Depende del contexto. Muchas veces hablo de individuos momificados para hacer hincapié en que eran personas que tuvieron una vida. No soy de ese grupo que dice que no tendríamos que utilizar el término momia en absoluto, pero sí que es verdad que me parece que es muy importante asegurarnos de que se comprenda que no son objetos y que estamos hablando de personas.

Su muerte explica su vida...

En el antiguo Egipto veían la muerte como una continuación de la vida. A veces nos puede dar la impresión de que solamente se centraban en eso, pero en realidad sabían cómo vivir, y al mismo tiempo se preparaban para tener algo que fuese eterno para esa vida del más allá.

¿Qué papel juega la tecnología en su trabajo?

Es esencial. Hace veinte años no hubiéramos podido hacer esta exposición. Queríamos utilizar la tecnología, pero tampoco que la muestra girase en torno a ella. La utilizamos en el nivel adecuado para que nos sirva de herramienta para poder comprender mejor la vida de estas personas.

La exposición explica la idea de la momificación y el concepto del más allá. ¿Contribuye a que el visitante entienda mejor la historia y destierre algunos mitos?

Hay muchísimos misterios sobre el antiguo Egipto, pero aquí no los tratamos, nos centramos en la vida normal y cotidiana de las personas. En ese sentido, hemos querido cambiar la narrativa.

¿Queda mucho por investigar acerca de esta civilización?

Aún hay muchos enigmas del antiguo Egipto por descubrir. Es increíble pensar en lo poco que sabemos. Se necesita investigar más, pero también debemos ser pacientes, de algún modo, y esperar a que llegue la tecnología adecuada. En el Museo Británico hemos tenido la suerte de que en todo este tiempo no se hubieran desenvuelto las momias que ahora mostramos en Zaragoza, y eso ha permitido tenerlas en muy buen estado. Por tanto, es imprescindible saber hacer las preguntas correctas y disponer de la tecnología adecuada.

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