Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

Por
  • Javier López Clemente

'La comedia sin título': Alejarse de Lorca

'La comedia sin título', en el Teatro Principal de Zaragoza.
'La comedia sin título', en el Teatro Principal de Zaragoza.
T. P. Z.

El asesinato de Lorca truncó la evolución de su proyecto dramático que había plasmado en la función inacabada ‘Comedia sin título’ Los cambios formales como la ruptura de la cuarta pared, acciones metateatrales y la intertextualidad necesaria para conversar con la obra de Shakespeare tenían dos objetivos principales: derribar los muros del teatro para formar parte de la realidad externa, y dejar que la verdad resplandezca en escena. La producción de La Libélula Teatro se aleja definitivamente de este espíritu lorquiano.

La dramaturgia está avispada cuando modifica o elimina partes del texto original y es capaz de entrelazarlos con pasajes y personajes nuevos. Es una manera muy eficaz de adaptación porque permite introducir acontecimientos documentados y situaciones de ficción para conseguir un relato coherente y veracidad en la peripecia. La sobriedad de la puesta en escena se ve sobresaltada por el uso de imágenes de escaso interés proyectadas por videomapping para aparentar preocuparse por la buena orientación del público. 

Ahora estamos en las estancias de una casa, después en el despacho de la autoridad, y de vez en cuando un dibujo nos advierte de la presencia de versos recitados. La dirección olvida el nuevo rumbo de un Lorca que quería eliminar poesía, ritmo o literatura hasta crear un teatro situado en mitad de la calle, con un escenario al que no se subiera actores sino hombres y mujeres de carne. 

'LA COMEDIA SIN TÍTULO' **
Dramaturgia y dirección:Emilio Ruiz Barrachina, a partir de un texto de Federico García Lorca. 
Reparto:Reparto: Juanma Díez Diego, Alberto Closas, Valentín Paredes, Bárbara Caffarel, César Lucendo, Enrique Simón, Alfonso Torregrosa, Ángel Héctor Sánchez, Juan Pedro Schwartz, Dani Neck, Rebecca Arrosse, Miguelo García
Producción:La Libélula Teatro.

Esta apuesta por la naturalidad se sustituye por el artificio impostado del actor que utiliza el exceso gestual para subrayar frases que, susurradas, gritadas o impostadas, brotan de las cuerdas vocales sin pasar por las tripas o el corazón, una querencia que disminuye en intensidad conforme avanza el drama, y no se aprecia en el trabajo de Ángel Héctor Sánchez y Dani Neck.

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