MÚSICA ARAGONESA. OCIO Y CULTURA

O’Carolan ofreció 30 años de sonidos y de magia célticoaragonesa en la Mozart

El quinteto conquistó a 1.500 espectadores en un concierto brillante en el que se acompañó del Cuarteto Concuerda y de la Orquesta de Cuerdas de EMMDZ.

El quinteto O'Carolan saluda al público; detrás está el cuarteto Concuerda y la Orquesta de Cuerda de la Escuela de Música Municipal de Zaragoza.
El quinteto O'Carolan saluda al público; detrás está el cuarteto Concuerda y la Orquesta de Cuerda de la Escuela de Música Municipal de Zaragoza.
A. C. /Heraldo.

O’Carolan celebraba este domingo por la mañana sus 30 años en un concierto del 44 Ciclo de Introducción a la Música en la sala Mozart. Habría entre 1.500 y 1.600 personas al menos. A nadie se le negaba que era un día especial: el grupo de elaborado folk, que mezcla los sones de Irlanda (heredados de Turlough O’Carolan, 1670-1738) con los de Aragón, es un quinteto primoroso, delicado, capaz de transitar por las suavidades, la melodía, la fantasía y por la vehemencia, el vértigo, la danza, el puro ritmo.

O’Carolan ofreció un concierto en dos partes: en la primera solo tocaron ellos -Susana Arregui, Julián Ansuategui, Ernesto Cossío, Pilar Gonzalvo y Miguel Ángel Fraile-, y se les sumó Jesús Acero, tras la presentación de Alberto Turón, más genérica, y una más específica, poética y onírica de Jesús Pescador, que aludió al compositor irlandés. Durante casi una hora repasaron temas clásicos, de aromas célticos, y del ámbito aragonés, retocados por ellos, y mostraron su habilidad, su compromiso, su dominio de muchos instrumentos. Sonaron piezas como ‘El sueño de O’Carolan’, ‘Marboré’, con esa aceleración final, o tres piezas que explican los sonidos, la inspiración y las querencias rítmicas y melódicas del grupo: ‘Cardeluna’, ‘La hora azul’, tan breve como evocadora, tan sutil como envolvente (esa hora antes de la noche, ese instante antes del alba…: el lapso de las magias inefables), y ‘Caleidoscopio’, el tema que da título a su último disco.

Con leves presentaciones de Fraile y Arregui, el concierto fue una carta de registros de O’Carolan: había belleza, evocación, paseos por las bosques, hadas, ninfas y duendes en pleno plenilunio, diálogos con la tierra y sus limos, y los instrumentistas conectaron con el público. Había gozo, deseos de agradar y de seducir a los espectadores con una propuesta tan exquisita como sólida. En algunas piezas, los débitos con la música clásica fueron ostensibles y el público de los domingos de eso sabe lo suyo.

“Me gustó mucho la primera parte, pero aún mucho más la segunda. Emocionante, movida, con mucha más marcha. Qué maravilla”, decía al salir una espectadora

Tras un descanso de diez o quince minutos, llegó la segunda parte, repleta de sorpresas (ya había habido alguna, desde luego: ese tema que Jesús Acero y Pilar Gonzalvo tocaron con zanfona o zanfoña, por ejemplo), y con dos grupos de invitados. Primero el cuarteto Concuerda (Antonio Uriel, contrabajo; Cecilia Grilló, viola; Noelia Gracia, violín; Jorge Marco, violonchelo) y luego entraría la Orquesta de Cuerdas de la Escuela Municipal de Música de Zaragoza, con instrumentistas que deben ir desde los diez años a algo más de 60, tal vez, bajo la dirección de Adoración Sánchez. Volvió a sumarse en algún instante Jesús Acero.

Si la primera parte fue primorosa, casi una presentación de un grupo que no lo necesita, que ha presentado sus discos en la sala Galve, la segunda fue impresionante. Honda, melancólica, gozosa, festiva, clásica, tradicional y moderna. O’Carolan se entendía a la perfección con sus nuevos acompañantes y ofrecieron un concierto espléndido, lleno de emoción, de plasticidad, de paleta de sonidos. Tocaron, entre otras piezas, ‘La sirena de piedra’, ‘Rosariera’, ‘Nota de paso’ (uno de los temas más hermosos del quinteto), ‘La taberna del holandés’ y se despidieron con ‘Morgan Magan’, un homenaje a su mentor, un poeta ciego del siglo XVII y XVIII.

Entregados, tanto como un público que les dedicó largos aplausos y muchos bravos -era muy emocionante ver a los jóvenes virtuosos moverse como un oleaje sincronizado: la pasión de la música escrita en el pentagrama pero sentida en el alma, en las manos, en los ojos, incluso en el nerviosismo-, los cinco componentes de O’Carolan ofrecieron varios bises. Y dieron, a todos, sencillamente las ‘Gracias’. A los técnicos de sonido, como Kike Cruz, al público, entusiasta y generoso, a los acompañantes, a todos, y también a las gentes del “Mejor Auditorio de España”, como dijo Miguel Ángel Fraile.

Fue una mañana espléndida: con ellos, con su música, con su inspiración, con su sentido del oficio, con su vocación por emocionar, pulir, empastar, crear pura hermosura, con O’Carolan las nieblas dieron paso al sol. Y, en cierto modo, el Auditorio fue el mar del arpa, de la música, la caja de sonidos del tiempo capaz de anudar tradiciones y pueblos. Una señora que salía del palco impar dijo: “Me gustó mucho la primera parte, pero aún mucho más la segunda. Emocionante, movida, con mucha más marcha. Qué maravilla”.

LA FICHA

‘O’CAROLAN. 30 ANIVERSARIO’. O’Carolan. Cuarteto Concuerda y Orquesta de Cuerdas de la Escuela Municipal de Música de Zaragoza y Jesús Acero. Actor: Jesús Pescador. 44 Ciclo de Introducción a la Música. Auditorio de Zaragoza: Sala Mozart. Domingo, 4 de febrero de 2024. Más de 1500 espectadores.

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