El Morico y el Boticario conversan con Don Quijote y el Chino

Una exposición en los Antiguos Depósitos Pignatelli presenta la antigua Comparsa de Gigantes y Cabezudos zaragozanos tras su restauración

Hubo un tiempo en el que Zaragoza tenía solo cuatro gigantes y otros tantos cabezudos, y otro en el que al Forano se le llamaba Cochero y al Robaculeros, que en realidad representaba a Sancho Panza, se le gritaba Pirulí. Estos son algunos de los datos que asaltan al visitante de la exposición 'Gigantes y Cabezudos. la Comparsa de 1964', que se puede visitar desde este jueves en los Antiguos Depósitos Pignatelli de Zaragoza. Pero, además de los datos que se descubren, el visitante de la exposición sale de ella tras haberse dado un monumental baño de nostalgia. No en vano tras esa comparsa, que estuvo vigente entre 1964 y 1999, han corrido varias generaciones de zaragozanos. 

La muestra se incluye dentro de una de las líneas de trabajo emprendidas por el Ayuntamiento zaragozano, la de ir dando a conocer su rico patrimonio e historia. En esa línea se enmarca también 'Adorno y honor. Maceros, timbales y clarines de Zaragoza', que puede verse hasta finales de enero en el Centro de Historias.

La exposición en los Antiguos Depósitos Pignatelli incluye los ocho cabezudos realizados en 1964 por el artista fallero valenciano Modesto González y los diez gigantes que hizo el escultor Armando Ruiz. La comparsa se encargó para sustituir a la anterior, de Félix Oroz, que se remontaba a finales del siglo XIX y estaba muy deteriorada. El relevo tuvo carácter de acto oficial. Se presentó la nueva comparse en la plaza del Pilar el 7 de octubre de 1964, en un tablado construido ante la basílica. Y allí danzó por última vez, antes de que se prendiera fuego a los viejos gigantes que estaban repletos de cohetes. La nueva comparsa hizo su entrada oficial en la plaza, iniciando su primer baile junto a varios grupos de jota.

Los gigantes del 64 han acompañado a los zaragozanos en todas las festividades durante 33 años, y fueron susitituidos a su vez por la comparsa actual. Gigantes y cabezudos, maltrechos, se retiraron al Centro de Patrimonio Cultural. Se repararon primero los cabezudos, y el año pasado la Unidad Técnica de Restauración acometió la recuperación de los diez gigantes, que representan a Don Quijote, Dulcinea, el Duque, la Duquesa, el Rey, la Reina, el Chino, la Negra, Gastón de Bearn y la Dama Bearnesa. "Han llevado mucho trasiego hasta 1999 y estaban muy deteriorados -señalaba este jueves Margarita Vela, técnica de la Unidad de Patrimonio-. Los cabezudos se restauraron ya en 2005 y ahora se ha acometido el trabajo con los gigantes, que ha sido muy delicado porque se ha restaurado todo, desde las pelucas a los trajes, tarea en la que ha sido muy importante Ana Sanagustín. Se ha trabajado con todo el cuidado y cariño, como corresponde a la comparsa que nos ha acompañado en los principales acontecimientos de la ciudad". 

Los cabezudos son también protagonistas de la exposición
Los cabezudos son también protagonistas de la exposición
José Miguel Marco

Alberto Moreno, de la Unidad de Restauración municipal, ha participado en los trabajos. Tiene un conocimiento muy íntimo de la comparsa, por dentro y por fuera, por haber formado parte de ella y por haberla cuidado físicamente. "Todas las figuras estaban bastante destrozadas, hasta el punto de que se consideraban irrecuperables -señalaba este jueves-. Como han tenido mucho uso, se les han ido haciendo reparaciones, una de las más importantes en 1989, cuando se sustituyó el armazón interno de los gigantes, una estructura de madera, por otra de metal. Las cabezas eran de cartón piedra y había que recuperar formas y colores originales". 

El equipo que ha trabajado en la comparsa no se ha permitido licencias; quizá, la única, reconstruir el olifante de Gastón de Bearn. Aunque para ello tenían una 'ayuda' clave. Y es que la pieza original se conserva en la catedral de la Seo. 

La piezas originales están en perfecto estado de revista y podrían incluso volver a desfilar con alguna pequeña intervención. De momento se ha descartado porque ello supondría hacer nuevos agujeros a algunas piezas, coser las mangas a los vestidos para sujetar las manos... labores que supondrían nuevas agresiones a las figuras. Sí están, en cambio, preparadas para su exposición permanente en algun lugar público. Por su número y dimensiones, el primer edificio que se perfila como opción es el propio ayuntamiento, en su sede de la plaza del Pilar. "Esta es una exposición muy emocionante para todos los zaragozanos y, lógicamente, hay que pensar si la comparsa pueda estar expuesta permanentemente -señalaba este jueves la concejal de Cultura, Sara Fernández- Tenemos de tiempo hasta abril, cuando se clausure, para decidir su mejor destino final".

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