Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Isabel Esaín: "La ceremonia de los Nobel emociona, pone los pelos de punta"

La joven investigadora aragonesa que asistió a todos los actos de los premios en Estocolmo vuelve a Cambridge

Isabel Esaín, momentos antes de iniciarse la ceremonia de entrega de los galardones en la Casa de Conciertos de Estocolmo.
Isabel Esaín, momentos antes de iniciarse la ceremonia de entrega de los galardones en la Casa de Conciertos de Estocolmo.
Heraldo.es

Isabel Esaín, la joven investigadora zaragozana que ha sido elegida este año por la Universidad de Cambridge para que la represente en la ceremonia de los Nobel, está ya de vuelta al Reino Unido. Desde el aeropuerto donde en la mañana de este lunes esperaba su vuelo, la joven confesaba sentirse "emocionada" por todo lo vivido en las últimas horas. "La ceremonia de los Nobel es espectacular, pone los pelos de punta", aseguraba.

Isabel Esaín nació en Zaragoza en 1998 y ha completado sus dos carreras en Londres (Bioquímica en el Imperial College) y Música (en el Royal College of Music, es intérprete de viola de gamba). La Universidad de Cambridge le ofreció realizar allí el doctorado, y en ello está en la actualidad, trabajando en torno a las estructuras del ADN humano, en una investigación que dirige el profesor Shankar Balasubramanian.

Las 18 universidades más prestigiosas más del mundo eligen cada año a uno de sus estudiantes para que los represente en la ceremonia. Isabel Esaín ha sido la elegida este año por Cambridge, y llegó a la capital sueca el pasado 2 de diciembre. 

"A partir del día 4, y hasta la ceremonia del domingo, participamos en el SIYSS (Stockholm International Youth Science Seminar), que está considerado el acto más prestigioso del mundo para jóvenes científicos. Presentamos nuestras investigaciones, debatimos con premios Nobel, asistimos a las 'Nobel lectures' de medicina, física y química...".

El domingo todos asisten a la gala. "Es un acto muy protocolario, en el que todo está medido al milímetro y pensado para que sea espectacular -relata-. Horas antes de la gala se cierran ya las calles aledañas a la Konserthuset (Sala de conciertos) de Estocolmo. Los códigos de vestimenta son estrictos. Para los hombres se trata de un 'white tie event', o acto de corbata blanca (frac y pantalón negros con una camisa blanca, un chaleco, generalmente de algodón piqué y pajarita o corbatín). Para las mujeres, vestido largo, guantes...". Isabel Esaín llevaba un vestido rosa y un chal de pelo que adquirió en Cambridge. 

En el escenario del teatro se sentaron, como es tradicional, la Familia Real, los representantes de la Academia de Ciencias sueca y los galardonados. La joven aragonesa, como intérprete de viola de gamba y concertista, estuvo muy atenta al apartado musical de la ceremonia.

Los invitados a la cena, en el Ayuntamiento, esperando la llegada del Rey de Suecia.
Los invitados a la cena, en el Ayuntamiento, esperando la llegada del Rey de Suecia.
Heraldo.es

"Las intervenciones musicales en la ceremonia corrieron a cargo de la Orquesta Filarmónica Sueca y una soprano, que interpretaron el himno nacional sueco y diversas piezas musicales, algunas de su país y otras de compositores clásicos, como Berlioz. La ceremonia no se hace larga, en parte también porque a los premiados no se les da la oportunidad de hablar, Simplemente reciben su medalla, saludan al Rey, a la Academia y al público, pero es muy emocionante". Todo está marcado por el protocolo: cuando el rey está de pie, todo el mundo lo está también, y nadie se sienta hasta que él lo hace.

Tras la ceremonia, 1.250 de los invitados se desplazan en autobuses hasta el Ayuntamiento de Estocolmo, donde se les da una cena. Isabel Esaín era uno de ellos. "La llegada fue espectacular porque el edificio estaba completamente a oscuras, únicamente iluminado por antorchas, y eso, unido a la nieve, creaba un efecto luminoso especial. Hubo una pequeña recepción a la entrada y de ahí pasamos al salón. El menú del banquete se mantiene en secreto hasta el último momento. Este año, un chef se ocupó de los dos primeros platos, Jacob Holmström, con tres estrellas Michelin, y otro del postre, Annie Hesselstad, también súper famosa. Es un menú único, que no se ha hecho antes y no se vuelve a hacer después".

De primer plato tuvieron remolacha amarilla asada con algas y crema de algas de la costa oeste, servida con suero de leche, semillas de eneldo y huevas de esturión Strömsnäsbruk. De segundo, lomo de bacalao relleno de cangrejo real, con un rollito de colinabo y una albóndiga de patata rellena de bacalao y cangrejo real, acompañada de cebollas encurtidas con verduras de verano. El postre (el momento más teatral de la noche, con la sala a oscuras y antorchas en las bandejas en las que era servido) era una crema de chocolate al horno con compota de arándanos aromatizada con sirope de resina de pino; servida con galleta de chocolate y un suave bombón de arándanos. 

Actuación musical durante la cena de los Nobel.
Discurso de Katalin Karikó, premio Nobel de Medicina, durante la cena de los Nobel.
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La cena, en sí, es también una especie de espectáculo teatral. "Aunque hay una leve luz de fondo, se desarrolla a la luz de las velas y en un ambiente mágico -relata Isabel Esaín-. Todo está sincronizado, se prepara con un año de antelación. Cada plato se presenta previamente con una actuación musical y se tocan varios estilos, del jazz a la clásica, pasando por el rock o el blues. Desde el punto de vista musical, la cena es excepcional. A los postres, ahí sí, los premiados tienen la oportunidad de pronunciar unas palabras. El discurso que más me gustó fue el de la francesa Anne L’Huillier, que destacó que era la quinta mujer que gana el Nobel de Física en los 122 años de historia del galardón, Y recordó que la primera fue Marie Curie en 1903. Destacó la importancia de que las mujeres se dediquen a la investigación". 

Tras la intervención de los premiados y del rey de Suecia se celebra todos los años un baile en la Sala Dorada del Ayuntamiento, que dura un par de horas más y al que asiste también la Familia Real sueca. "Es el mejor momento de la noche para conversar con todo el mundo", apunta Isabel Esaín. Pero no acaba ahí la noche, porque luego está programado el secreto mejor guardado de los premios, la  Students' Nobel NightCap. "Es una fiesta que organizan los propios estudiantes suecos y que cada año se celebra en una universidad diferente. Este año era en la Politécnica de Estocolmo y dura el resto de la noche, hasta el amanecer. Es a puerta cerrada, solo se accede por invitación". Isabel Esaín no permaneció en ella mucho tiempo porque tenía que regresar a Cambridge, donde este lunes tiene reunión con el director de su investigación y cena con el equipo de su laboratorio. "Voy a tardar en asimilar la experiencia que he vivido -asegura-, ha sido una semana intensa, en la que he conocido a científicos muy importantes y he podido compartir conocimientos, experiencias e investigaciones con especialistas de fama mundial". 

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