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Teruel, el legado costumbrista del fotógrafo de Mauthausen

Francisco Boix, testigo de cargo en los juicios de Nuremberg, dejó una colección de fotografías de la retaguardia en las Cuencas Mineras durante la Guerra Civil.

Un anciano mira a la cámara en una calle de Martín del Río.
Un anciano mira a la cámara en una calle de Martín del Río.
Francisco Boix/Arxiu Nacional de Catalunya

El fotógrafo del campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria) Francisco Boix, único protagonista español en los juicios de Núremberg (Alemania) que sentaron en el banquillo a los jerarcas hitlerianos, dejó una valiosa serie de fotos costumbristas de la provincia de Teruel que muestran la vida cotidiana en localidades de la retaguardia republicana, como Martín del Río, Rillo o Pancrudo, donde Boix estuvo destinado como integrante de la 30 División, la misma unidad a la que perteneció el escritor Joan Sales, autor de 'Incierta gloria'.

Las imágenes, captadas en Teruel entre los años 1937 y 1938, reflejan a campesinos en una calle, a una anciana cosiendo en un portal o a un grupo de hombres durante la cosecha del cereal, contrastan con el marco bélico en el que fueron tomadas y con las trágicas imágenes del presidio austriaco que dieron fama mundial al fotógrafo catalán, cuya vida fue recreada recientemente en la película 'El fotógrafo de Mauthausen', protagonizada por Mario Casas.

En torno a medio centenar de fotos en blanco y negro dejan constancia del día a día en varios pueblos de las Cuencas Mineras y el Jiloca a través de la mirada de un joven de 17 años que se alistó como fotógrafo. Josep Cruanyes, experto en la obra de Francisco Boix, destaca el interés de sus instantáneas por "estar tomadas desde el punto de vista del soldado, en contraste con las captadas por los fotógrafos de prensa que se interesan por hechos bélicos concretos".

En cambio, en la serie turolense de Boix no aparecen combates, solo los pueblos y sus gentes. La gran mayoría de los trabajos costumbristas de este autor están ambientados en Teruel y, como el resto del fondo fotográfico de Boix, están depositados en el Arxiu Nacional de Catalunya.

Campesinos y soldados siegan el cereal en Pancrudo, que aparece al fondo.
Campesinos y soldados siegan el cereal en Pancrudo, que aparece al fondo.
F. Boix/Arxiu Nacional de Catalunya

La imágenes de la provincia corresponden a Martín del Río, Rillo y Pancrudo -varias instantáneas muestran a un grupo de soldados y civiles siega del cereal con el pueblo al fondo-. Las fotos de Martín del Río son más dispares, con vistas del pueblo y retratos de una anciana vestida de negro que cose en la puerta de su casa y de un hombre mayor ataviado con la típica indumentaria aragonesa en una calle mientras dos niñas observan la escena desde el fondo.

Un niño, en Rillo.
Un niño, en Rillo.
F. B./A. N. C.

El historiador Alfonso Casas, experto en la Guerra Civil en tierras turolenses, cuenta en su reciente libro 'Lugares de la guerra. Teruel' cómo Francisco Boix se incorporó a la columna Macià Companys y con ella llegó desde Barcelona a las Cuencas Mineras, para pasar, tras la militarización de las milicias, a la Brigada 146. Casas atribuye el carácter apacible de las fotos tomadas en la provincia a corresponder a un frente "estabilizado" desde los primeros compases de la contienda hasta que, en la primavera de 1938, el empuje franquista arrolló las defensas republicanas, entre ellas la 30 División.

Un amigo y compañero de Boix en la 146 Brigada Mixta, Miguel Morera, cuenta a sus 103 años que durante la estancia de ambos en las Cuencas Mineras de Teruel mantuvieron "muy buena relación con la gente de los pueblos", una circunstancia que el fotógrafo mostró en sus fotos. Morera define al fotógrafo de Mauthausen como "un joven muy espabilado y muy activo, con una capacidad de trabajo extrema". Entre sus funciones, destacaba la de recopilar los contenidos e imprimir el boletín informativo de la 30 División, ‘Combate’, además de "distribuirlo por las trincheras".

"Las fotos tomadas en Teruel plasman la vida pacífica de la inmediata retaguardia republicana", resume Casas. Reflejan una situación muy distinta de la tragedia que el mismo Boix captó durante su estancia en el campo de concentración austriaco, un trabajo que le convirtió en un "personaje destacado" de la posguerra de la II Guerra Mundial. Las fotos que sacó a escondidas de Mauthausen –con la ayuda del turolense Jesús Grau, entre otros– fueron decisivas para condenar a algunos jerifaltes nazis.

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