La inmortal obra de la literatura española escrita por Zorilla, 'Don Juan', es la última osadía (dicha en el mejor sentido de la palabra) de Víctor Jiménez, el incansable director de la compañía LaMov. Su estreno, el pasado jueves en el Teatro Principal de Zaragoza, no dejó impasible a nadie.

Este ballet sobre 'Don Juan' está centrado en el amor y sus diferentes expresiones, como muestran las distintas personalidades de los personajes. La parte musical está basada en la obra de José Sarnago, en un 'collage' con cambios bastante fuertes, pero bien escogidos.

En una escenografía en la que prima el negro, la primera aparición del grupo ya impone su energía al público, con un estilo muy actual. A partir de aquí, la trama se va desarrollando a través de variaciones bien atractivas, en las que se destilan las diferentes formas de amar que ofrecen hombres y mujeres.

El primer paso a dos de doña Inés y don Juan está muy logrado. Es precioso musical y coreográficamente. Además, en el expresivo 'solo' de Inés, su caída por las escaleras ¡es magnífica!

La variación en la que todo el elenco va apareciendo, luciéndose en su momento del espectáculo, alternando subidas y dúos, es realmente rica y bella. Hay grandes dosis de estética en este 'Don Juan', creado sobre músicas muy variadas en las que se aprecia mejor que en otras ocasiones el trabajo de Sarnago, regalando muchas más posibilidades de danza y ritmo. Quizá si desaparecieran algunas pequeñas estridencias en el sonido y se añadiera un poco de luz en las necesarias sombras, el espectador disfrutaría todavía más.

En todo caso, es de esos ballets que apetece ver más veces para poder captar más cosas… hay mucho a lo que prestar atención y disfrutar. Se recomienda al espectador repetir para no perderse nada.