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Spider-Man 2 (PS5), análisis: el doble de spidermans, el doble de diversión

La combinación de Peter Parker y Miles Morales ofrece una experiencia de juego llena de acción y espectacularidad.

Desde el momento en el que Peter se calza el traje negro, la brutalidad y la diversión se multiplican
Desde el momento en el que Peter se calza el traje negro, la brutalidad y la diversión se multiplican
Heraldo.es

Primero fue Peter Parker, el clásico, el que ofreció a millones de jugadores de PlayStation la posibilidad de balancearse entre los rascacielos de la gran manzana en un mundo abierto con una historia cargada de espectacularidad. Luego llegó Miles Morales, encargado de estrenar las posibilidades gráficas y jugables de la nueva generación de consolas y dar un giro eléctrico a la saga.

Ahora, en un giro emocionante, llegan los dos juntos para demostrar lo que es un ‘AAA’ de libro, una superproducción del mundo de los videojuegos, que no innova nada pero que satisfará sin lugar a dudas a todos los fans de la saga. ‘Spider-Man 2’ es, probablemente, el mejor videojuego de superhéroes y logra este trono sin inventar nada nuevo, apoyándose en un legado de excelencia.

El apartado gráfico es apabullante. El ‘ray tracing’ cobra un nuevo sentido en cada charco del suelo en el que se reflejan las luces de neón de una atracción o en el detalle del reflejo de la silueta de nuestro arácnido protagonista en la superficie de un colorido globo. El balanceo de nuestros superhéroes es ahora más rápido y satisfactorio que nunca y, por si fuera poco, ahora pueden volar o, más bien, planear por un mapa más grande y detallado.

Esta secuela eleva la barra en términos de diseño de mundo y narrativa, tejiendo una trama que entrelaza las vidas de ambos protagonistas de manera magistral. Los desafíos son más complejos, y la Ciudad de Nueva York nunca se había sentido tan viva, tan vibrante y tan peligrosa. Cada esquina, cada rascacielos es un potencial campo de batalla, un escenario para realizar hazañas heroicas.

El combate es divertido y excelente. Espectacular a cada minuto y adrenalínico en cada puñetazo. Blanco, sin sangre, pero emocionante y más oscuro, gracias a la aparición del traje de simbionte, que carga de brutalidad las peleas. La acción es fluida, las animaciones son detalladas y cada golpe se siente poderoso y preciso.

La historia recuerda a las anteriores entregas y a la saga ‘Uncharted’ en el modo de contarla. Nada nuevo, pero no está mal tampoco. Los diálogos son agudos y a menudo emotivos, con la capacidad de arrancar una sonrisa o una lágrima en los momentos más inesperados. La química entre los personajes es palpable, y la narrativa se desarrolla con un ritmo que mantiene al jugador pegado al mando, ansioso por descubrir qué les depara el destino a nuestros héroes.

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