LETRAS ARAGONESAS 

“Como poeta me inspiran la vida cotidiana, una gotera, la avería del coche o una vajilla”

Alejandro Alagón gana el premio Artemisa de poesía, de Córdoba, y liga a Bécquer con La Campana de Huesca, el cuadro de Casado del Alisal. 

El escritor y divulgador Alejandro Alagón, que alterna la lírica, la investigación y el arte.
El escritor y divulgador Alejandro Alagón, que alterna la lírica, la investigación y el arte.
Archivo A. Alagón/D.A.

El poeta y divulgador Alejandro Alagón (Huesca, 1969) acaba de ganar el Certamen de Poesía Artemisa 2023, de Córdoba, con su poemario ‘Los gritos diminutos’. El jurado dice que se trata de “un libro que con hábil y sutil mezcla de sensibilidad e ironía nos muestra que, al mismo tiempo, una realidad cotidiana susceptible de poetización. El autor establece un juego casi metafísico entre tiempo pasado y tiempo presente, de ahí esa especie de neohumanismo que justifica las referencias a personajes y términos de la antigüedad grecolatina adquiriendo caleidoscópicas connotaciones a un ritmo ameno, dinámico, musical y creativo”. El autor recibirá el galardón el próximo 21 de noviembre en Córdoba..

Usted hacía una lírica vinculada a veces con la historia y con la leyenda, de metro clásico, ¿sigue ahí o ha cambiado?

He procurado evolucionar, dentro de mi estilo, con un uso de las referencias clásicas e históricas de la Antigüedad y Siglo de Oro, para aplicarlas a la vida cotidiana que nos rodea. Busco darle una trascendencia a las anécdotas y sucesos cotidianos, a través de relaciones insospechadas, con personajes del medievo, con paisajes oníricos. Combino el verso libre con el alejandrino, el endecasílabo y el heptasílabo. Con respecto a libros anteriores en ‘Los gritos diminutos’ hay una mayor presencia del humor y la ironía. Trato de explorar la realidad a través de ese filtro clásico y así surgen versos como: “Alguien sacude la manta con su mopa / y los hijos del cometa Halley/ comienzan a flotar sobre la gente. o En cada reunión de la comunidad de propietarios/ surge una nueva batalla de Lepanto./ Y sigue la Guerra de los Cien Años con la entidad bancaria”.

Alejandro Alagón: "El cuadro 'La Campana de Huesca' podría ser en realidad un homenaje del pintor al poeta, en el décimo aniversario de su fallecimiento, al incluirle como espectador de una de las leyendas medievales que tanto le gustaban"

Es como si hubiera descubierto un estilo posmoderno. ¿Qué temas le obsesionan o le inspiran?

Me inspira la vida cotidiana, desde los sentimientos de la gente, una gotera, la avería del coche, una vajilla, la maleta de Ulises en un hotel de Ítaca, los estorninos que se posan en la antena de televisión, el ascensor, una estatua, la caída de la bandeja de un camarero, el fotomatón, una visita a urgencias, el rey Midas y su declaración de la renta…

Hombre, lo del rey Midas y su declaración de la renta casi parece un chiste o una ironía.¿Quiénes son sus poetas de referencias?

En los últimos años he impartido cursos de literatura del Siglo XX y del Siglo de Oro tanto en la Fundación CAI como en el centro cultural de Ibercaja. Entre los autores que incluía en esas clases figuran escritores de referencia para mí como Pablo Neruda, César Vallejo, Eugenio Montale, T. S. Elliot, Kafka, Juan Rulfo, Osip Mandelstam, Leopold Sedar Senghor, Derek Walcott, Quevedo, Góngora,San Juan de la Cruz, Andrés Fernández de Andrada…

No tiene mal gusto y se ve que mezcla poetas exquisitos, de los mejores de todos los tiempos, con grandes narradores: Quevedo, Góngora, Neruda, Vallejo y San Juan de la Cruz con Kafka y Juan Rulfo. ¿Qué supone para usted este galardón?

Supone una gran ilusión y la oportunidad y el deseo cumplido de publicar un nuevo libro. Siento una gran afinidad con Andalucía y las Islas Canarias. En la localidad de Espiel (Córdoba) se publicó en mi libro ‘Horas Serias’ y gracias al premio de la Casa de Andalucía en Denia se pudo editar ‘Himnos de la amnesia’. En Arucas (Gran Canarias) me editaron ‘Hijos de la Laguna Estigia’. El premio no tiene dotación económica. Consiste en una escultura, un diploma y 25 ejemplares del libro.

El cuadro 'La Campana de Huesca', que pintó Casado del Alisal en 1880, en el que rendiría homenaje a Gustavo Adolfo Bécquer.
El cuadro 'La Campana de Huesca', que pintó Casado del Alisal en 1880, en el que rendiría homenaje a Gustavo Adolfo Bécquer.
Casado del Alisal/Museo de Huesca.

Usted es hiperactivo. ¿En qué momento se encuentra ahora?

Me encuentro en un buen momento creativo. La poesía es uno de las facetas en las que intento aplicar esas inquietudes, también en la investigación y en la escritura de artículos. Pero también me interesa la etnología, en los últimos meses he estado descubriendo secretos de la herrería de Piedramorrera, un lugar vinculado a mis antepasados, en especial a mi abuelo que fue pastor en la zona. Descubrir herraduras con más de cien años de antigüedad ha supuesto una gran emoción.

¿Qué significan para usted algunos mitos oscenses, como La Campana de Huesca, de la que tanto ha escrito? ¿Sigue trabajando la investigación histórica?

A mi regreso de Andorra en el año 1999 y mientras estudiaba un postgrado en educador de museo, comencé a interesarme por las leyendas y mitos oscenses, al tiempo que empezaba a trabajar en la oficina de turismo de Huesca. También presentaba un programa de radio que se llamaba ‘La Huesca Desconocida’. Con esos alicientes, la predisposición por el mundo de los mitos, el turismo, la necesidad de buscar contenidos para el programa de radio y el contacto cotidiano con la leyenda de la Campana de Huesca, al explicar el lienzo de Casado del Alisal, fueron los motivos por los que me interesé por los mitos, en especial por la Campana de Huesca. También me licencié en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza. En ocasiones estudiaba por la mañana en Zaragoza y por la tarde trabajaba en la oficina de turismo en Huesca, que entonces estaba en el Ayuntamiento, y enseñaba el cuadro. En un trabajo para Filología Hispánica supe que Gustavo Adolfo Bécquer había sido muy amigo del pintor del lienzo, José Casado del Alisal.

"Busco darle una trascendencia a las anécdotas y sucesos cotidianos, a través de relaciones insospechadas, con personajes del medievo, con paisajes oníricos"

¿Y qué pasó a partir de ese momento? Creo que ha hecho todo un estudio pormenorizado de la pieza.

Allí comenzó mi estudio por desvelar las identidades de los personajes retratados en el cuadro y llegué a una conclusión. El cuadro podría ser en realidad un homenaje del pintor al poeta, en el décimo aniversario de su fallecimiento, al incluirle como espectador de una de las leyendas medievales que tanto le gustaban. Mi interés como filólogo me llevó a recopilar las interpretaciones literarias que había tenido la Campana de Huesca a lo largo de 600 años. El resultado fue el trabajo de investigación titulado ‘El tema literario de la Campana de Huesca’. En el año 2021 publiqué en la editorial Círculo Rojo el libro ‘La Campana de Huesca y sus misterios’, que reúne mis investigaciones y artículos al respecto.

Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer, gran amigo de Casado del Alisal.
Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer, gran amigo de Casado del Alisal.
Valeriano Bécquer.

Un poema del libro 'Los gritos diminutos'

X. LA MALETA DE ULISES

Quizás alguien recuerde

la maleta de Ulises en un hotel de Ítaca

y las horas de París, las peceras de aceite

que empuja el río Sena hacia la planicie

o el rito perpetuo que eleva

golondrinas sobre los balandros.

Hay cenizas de equinoccios.

Un costillar de tejas cayó desde el castillo.

El telescopio no puede encontrar

el espíritu de cada planeta,

los muebles de Dios,

mientras se ensancha el violonchelo azul de la tormenta

y el granizo aterriza en las carrocerías.

Lo dice el bostezo amarillento del pozo,

donde cruje la pereza antigua de los lápices.

Tartamudea el pararrayos.

Obelisco de esquelas rememora

el combate en el erial de cardos.

Hay titanes marchitos

y aparco mis derrotas

en un garaje de bujías enojadas y pilares salvajes.

—Nada voy a decirte

que no sepas del desierto.

Se entristece la acacia

y las bicis parecen gacelas de celofán,

son ágiles, se alejan por el cielo.

Un rebaño de ñus rebobina la arena buscando el río Mara.

Hay rocas carnívoras, pedregales eternos, familias de tornillos.

Manadas de hienas invasoras olisquean tu bosque.

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