Sillares y otros restos romanos a la intemperie en el derribo de la Universidad Laboral

El almacén que será su destino final aún no ha recibido la licencia de obras para que se construya

Los restos, tal y como se encontraban este lunes en el solar de la Universidad Laboral.
Los restos, tal y como se encontraban este lunes en el solar de la Universidad Laboral.
Guillermo Mestre

El derribo de lo poco que queda ya de la Universidad Laboral de Zaragoza se realiza a escasos metros de piedras de la antigua muralla romana y de otros elementos antiguos que están a la intemperie. Los vestigios estaban hasta ahora almacenados dentro de las instalaciones pero no se han trasladado aún a un lugar seguro. Son restos que no sufren excesivamente: también están al aire libre la muralla romana de Zaragoza o los elementos arqueológicos que se exponen en la plaza mayor del barrio de San José. Pero contrasta esta situación con la que tenían semanas atrás, convenientemente conservados en un lugar cerrado. ¿Cómo se ha llegado a este punto?

El problema parece administrativo y se remonta a algunos meses atrás. A principios de 2022 el Gobierno de Aragón ya tenía planes para el solar de la Universidad Laboral y ordenó a sus funcionarios que revisaran los materiales que departamentos como Educación y Cultura, Sanidad, Vivienda o Turismo habían depositado allí. Se trataba de seleccionar los bienes útiles para trasladarlos a otro lugar porque se esperaba iniciar el derribo de los edificios en la primavera de este 2023. Ese otro lugar, según se anunció también el año pasado, era una nave que se construiría con tres áreas acondicionadas especialmente para guardar allí, por separado, los objetos, la documentación histórica y de la administración, y algunos bienes arqueológicos procedentes del Museo de Zaragoza. El coste de esa nave se incluyó como pago en especie a descontar del precio total de compraventa de los terrenos, acordada con la empresa Montepino. El anterior equipo de gobierno de la DGA, internamente, se felicitaba de que el nuevo almacén no le iba a costar ni un euro.

Pero finalmente no ha sido así. Ha habido que alquilar naves para conservar en condiciones óptimas los bienes y pagar el traslado de lo que se quería conservar, pero no todo. Un número indeterminado de sillares y elementos decorativos romanos (también los hay de épocas más modernas) permanece en la explanada a la espera de que se aclare su futuro. Su traslado, por volumen y peso, requerirá medidas especiales.

Fuentes conocedoras de la operación de compraventa de los terrenos de la antigua Universidad Laboral señalan que el problema en realidad reside en que Montepino no ha recibido la licencia de obras para construir la nave prometida, y que la documentación pertinente (el proyecto básico y de ejecución, y la solicitud) "se presentó ya hace varios meses, antes de que se iniciara el derribo de los edificios". Esta tarea comenzó en abril pasado.

Y así lo confirmaban ayer fuentes de la promotora a HERALDO. "La nave se construirá cuando nos concedan la licencia, no antes. Está previsto que se haga en un solar del Parque Tecnológico de Reciclado, y se construirá no solo para acoger lo que hasta ahora se conservaba en la Universidad Laboral, sino que tendrá una capacidad bastante superior. No sabemos si todavía quedan allí o no bienes de la DGA, eso lo gestionan ellos". Hay que recordar que a finales de 2022 y principios de 2023, DGA y Ayuntamiento de Zaragoza habían entrado en colisión por el futuro del solar. El municipio presentó alegaciones al plan de la DGA y Lambán acusó a Azcón de "intentar bloquear el proyecto con fines electorales".

Los comicios han creado una nueva situación institucional pero la licencia aún no ha llegado, el derribo está casi completado y los restos arqueológicos romanos esperan su traslado.

La nave que Montepino construirá en el Parque Tecnológico de Reciclado tendrá más de 6.000 metros cuadrados de planta y se levantará en un terreno de 30.000, que se dejará convenientemente acondicionado para que puedan realizarse ampliaciones en el futuro. Se estima que la construcción podría tener una vida útil de una década: es decir, que antes de requerir la citada ampliación, podría acoger objetos y documentación administrativa por al menos 10 años más. El coste de dicha nave se estima en unos 5 millones de euros, cantidad que se descontará de los 23,6 millones del precio de venta de la Laboral. Su construcción durará cuatro meses pero, cuando se termine, habrá que afrontar un segundo traslado y llevar allí los bienes desde las naves alquiladas donde se guardan ahora.

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