música

El huracán David Bisbal sigue arrasando 22 años después

Más de 7.000 personas bailan al son que marca el cantante almeriense en un entregado pabellón Príncipe Felipe.

David Bisbal, enérgico al inicio de su concierto en Zaragoza.
David Bisbal, enérgico al inicio de su concierto en Zaragoza.
Francisco Jiménez

Han transcurrido 22 años desde que un joven almeriense, curtido en la dura pero eficaz escuela de las orquestas de baile, emergió cual meteorito en la primera edición de ‘Operación Triunfo’. Pese a no proclamarse vencedor del concurso televisivo –Rosa López fue la agraciada–, resultó el gran e incontestable ganador. Su naturalidad, su carisma y su energía infinita supusieron su pasaporte a la fama, a los titulares y a las giras mundiales. Allí había un artista con mayúsculas.

Más de dos décadas después, el tiempo ha dado la razón a quienes apostaron por esos rizos dorados. Mientras la mayoría de sus compañeros de aventura catódica han languidecido en sus aspiraciones musicales, David Bisbal ha tejido una carrera sólida y triunfal.

Este miércoles lo ha vuelto a corroborar en su comparecencia en el pabellón Príncipe Felipe. Más de 7.000 personas saciaron la sed de un ídolo que no visitaba la capital aragonesa desde hacía un lustro, cuando cantó en el Espacio Zity en las fiestas de 2018.

Vestía chaqueta y pantalón rojo eléctrico, el atuendo ideal para una velada frenética, sin espacio para el respiro y la pausa; puro nervio, puro Bisbal.

El envoltorio era espectacular y generoso, con cinco enormes pantallas, dos laterales y tres en el centro del escenario. Una ambición a la altura del viaje que el intérprete propuso y ejecutó durante casi dos horas.

"¡Qué ganas tenía de estar aquí, en las Fiestas del Pilar! Tengo muchos recuerdos de este maravilloso lugar que es Zaragoza. En los principios de mi carrera fue una de las ciudades que me dio la oportunidad de conseguir esta historia que hemos escrito juntos", compartió tras poner en pie a la audiencia con su ‘hit’ ‘Quién me iba a decir’. Y prometió: "En este concierto no vamos a perder el tiempo. No vamos a descansar, ni siquiera en las baladas. ¿Quién quiere bailar y cantar con nosotros? Os quiero".

Dicho y hecho. El huracán Bisbal sopló con la virulencia acostumbrada. A sus 44 años, el ímpetu y el hambre de gloria todavía repiquetean en su cabeza. No es de extrañar que su último disco lleve por título ‘Me siento vivo’.

Acometió un emotivo itinerario que incluyó 29 canciones, fiel reflejo de todo lo vivido en las dos últimas décadas. Arrancó con ‘Ajedrez’, un himno con escasos meses de vida, al que siguió la arábiga ‘Torre de Babel’ de 2006. La fiesta se disparó con ‘Lloraré las penas’, con todo el auditorio en pie, incluidos los que habían adquirido las localidades de asiento.

‘Culpable’, ‘Dígale’, ‘Esclavo de sus besos’ y ‘Si tú la quieres’, entre otras, prolongaron la escalada hacia la apotesosis final, una mano ganadora e imbatible: ‘Corazón latino’, ‘Bulería’ y ‘Ave María’.

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