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La sala Multiusos vuelve a vibrar al son de un FIZ que agota las 4.000 entradas

La 21ª edición del festival de música independiente se convierte en una fiesta gracias a la comunión de un público entusiasta y bandas como Sidonie o Ginebras.

El público, entregado en el concierto de Ginebras.
El público, entregado en el concierto de Ginebras.
José Miguel Marco

Cuando el 6 de octubre de 2001 nació en la sala Multiusos del Auditorio  una incierta aventura llamada Festival Independiente de Zaragoza (FIZ) con un cartel integrado por la banda inglesa Lo Fidelity All Stars y las zaragozanas Telephunken y John Landis Fans, pocos podían imaginar que aquella iniciativa crecería y luciría vigorosa y lozana más de dos décadas después en la misma ubicación.

La apuesta por la música independiente –indexada como indie– ha sido la filosofía que ha alimentado (y sigue alimentando) el proyecto y se ha revelado como extremadamente exitosa. Y es que en este lapso de 22 años –solo dejó de celebrarse en 2020 y 2021 por la pandemia– el festival ha formado parte del inexorable crecimiento de esta escena musical, que en los albores del siglo XXI tenía un alcance reducido y minoritario, y que en los últimos tiempos se ha situado en la cúspide de la pirámide con grupos como Vetusta Morla o Love of Lesbian llenando estadios y pabellones.

La magia ha vuelto a reproducirse este sábado, hasta bien entrada la madrugada, en la vigésimo primera edición del FIZ. Las 4.000 entradas disponibles se agotaron, buena prueba de la vigencia del evento. Fue una velada calurosa tanto en lo climático como en el ambiente que presidió los conciertos. El público, fervoroso y entregado, acudió con mucha sed de fiesta. Botó, coreó y aplaudió a rabiar. Bailaba y se emocionaba incluso con las canciones que sonaban entre actuación y actuación.

Entre la audiencia convivían varias generaciones, desde veinteañeros hasta cuarenta y cincuentañeros, gracias a un equilibrado cartel que combinaba bandas de más reciente creación como Ginebras y Cupido con clásicos forjados el siglo pasado como Sidonie.

Con los espectadores comenzando a ingresar en la sala, la encargada de inaugurar el festejo fue la zaragozana Elem, que confirmó en un escenario ‘grande’ la solvencia de su propuesta.

Al cuarto tema de Ginebras –debutantes en el FIZ–, la Multiusos ya se llenó. En apenas cinco años, este cuarteto madrileño, íntegramente femenino, ha dibujado una imparable carrera con su empoderado pop de guitarras afiladas y coros soleados. Hasta recuperaron su espídica versión del ‘Con altura’ de Rosalía para deleite general. El cielo es su límite. «Lo que estamos viviendo es una locura. No nos queremos despertar nunca», pronunció Magüi, su cantante.

Quienes prorrogan ya por espacio de 26 años su sueño son Marc, Axel y Jes, los integrantes de Sidonie. Volvieron a ser profetas en Zaragoza con un recital en modo apisonadora, desde la inicial ‘Fascinado’ hasta la última gota de sudor. Además, anunciaron en primicia que regresarán a la capital aragonesa en febrero para presentar su nuevo e inminente disco.

Ya no había vuelta atrás. Carlos Sadness prosiguió con el increscendo que culminaron Cupido, Alizzz y, como colofón, los DJs de la casa Face Down Ass Up, elegidos para rematar un nuevo FIZ para enmarcar. Otro para la colección.

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