Descubiertos tres retratos de hace casi 2.000 años entre las pinturas murales de Bilbilis

Carmen Guiral y Lara Íñiguez estudian desde 2014 los miles de fragmentos recuperados en el yacimiento.

La representación pintada de la pareja, tal y como Carmen Guiral y Lara Íñiguez la han podido reconstruir.
La representación pintada de la pareja, tal y como Carmen Guiral y Lara Íñiguez la han podido reconstruir.
Proyecto Pictor

Los romanos eran aficionados al retrato. En escultura, sobre todo, pero también en pintura de caballete, con cuadros que colgaban en las paredes de sus casas y villas. Lo que era mucho más infrecuente (o al menos hasta ahora no se había documentado) es que los dueños de una vivienda, al encargar su decoración, pidieran a los pintores que los retrataran directamente en la pared. Las arqueólogas e historiadoras aragonesas Carmen Guiral y Lara Íñiguez acaban de encontrar la representación de una pareja de bilbilitanos de hace casi 2.000 años entre los restos de la pintura mural descubierta en el yacimiento de Bilbilis, Calatayud.

"Creemos que la familia que habitó la casa, posiblemente una de las más importantes de la ciudad, estuvo representada en una pared, concretamente un matrimonio y un pariente suyo. Aunque queremos ser prudentes, no se conocen paralelos en pintura romana, al menos no como el caso bilbilitano", asegura Íñiguez.

"Ha sido una sorpresa mayúscula –añade Carmen Guiral–. En el repertorio ornamental que estamos estudiando nos ha aparecido también la representación de un cuadro, con su marco de madera, dentro de la propia pintura mural. Y en él está el busto de una mujer". Sería, posiblemente, familiar de la pareja. Las investigadoras creen que se trata de personas que habitaron la casa. "Hemos mostrado el hallazgo recientemente en un congreso en Sicilia y los colegas piensan lo mismo. Los representados van vestidos con la ‘dignitas’, querían reivindicar su origen itálico", afirma Íñiguez. Pero no se descarta que, en lugar de ser representaciones de los dueños de la casa, lo sean de sus antepasados.

Aunque Bilbilis está a la espera de un plan director que elabora el Ministerio de Cultura y ya hace cuatro veranos que no se realizan en él excavaciones (dirigidas por Carlos Sáenz y Manuel Martín-Bueno), la investigación sobre el enclave no se ha detenido. Carmen Guiral y Lara Íñiguez, por ejemplo, trabajan desde 2014 en el Proyecto Pictor estudiando los conjuntos pictóricos encontrados allí. Un rompecabezas tan enorme que ni siquiera se atreven a cuantificar el número de sus piezas. La reconstrucción se está haciendo en el laboratorio-almacén municipal de Bilbilis. "De las excavaciones que se han realizado hasta ahora se conservan más de 4.000 cajas llenas de material –añade Guiral–. Así que, según se avance en su estudio, irá dando buenas noticias". De hecho. las cajas donde han aparecido los retratos corresponden a las excavaciones que realizó la Escuela Taller de Restauración de Bilbilis en el año 2008. En la actualidad, Íñiguez y Guiral están analizando la pintura mural de la llamada Casa del Larario, una de las más suntuosas del conjunto. Pero gracias al proyecto Pictor (Ministerio de Economía y Competitividad/Fondos Next Generation de la UE) van a ampliar el foco a otros puntos de la península con vestigios de este tipo. "Estudiaremos restos de pintura encontrados en Alfaro, Vitoria o Astorga –añade Guiral– porque hemos detectado que hubo un taller del siglo II que pintó en varios puntos y la moda que introdujo subió por el valle del Ebro".

Retrato femenino incluido en la decoración mural de la Casa del Larario de Bilbilis.
Retrato femenino incluido en la decoración mural de la Casa del Larario de Bilbilis.
Proyecto Pictor

El repertorio ornamental de la Casa del Larario no solo incluye los retratos. Las investigadoras han recompuesto una decoración a base de máscaras teatrales (identificando ocho modelos distintos), y motivos de origen egipcio como hipogrifos, serpientes y figuras antropomorfas.

Los restos de pintura donde estaban los retratos aparecieron como material de relleno de una habitación. En algún momento los dueños de la casa hicieron reformas, picaron la decoración mural del cubículo donde estaba y usaron los cascotes como relleno de otra estancia. Las arqueólogas, al reconstruir ahora el puzzle con las piezas, han averiguado las dimensiones del cubículo en el que estaban y, cotejándolas con las de los muros aparecidos en las excavaciones, han logrado establecer su emplazamiento original. 

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