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Carmen Gracia Tesán, la soprano que cedió su rostro a la Virgen de la Cama de La Puebla de Híjar

La revista 'Turolenses' recuerda a la también actriz turolense, fallecida hace dos décadas, cuyos restos reposan en el cementerio de la localidad

Una de las imágenes más conocidas de Carmen Gracia Tesán, que actuó en el Metropolitan de Nueva York y la Scala de Milán.
Una de las imágenes más conocidas de Carmen Gracia Tesán, que actuó en el Metropolitan de Nueva York y la Scala de Milán, como Rosina en 'El barbero de Sevilla'.
TUROLENSES

El bel canto en Aragón ha tenido valiosas figuras: James Joyce cita a Antonio Aramburo, de Erla; Elvira de Hidalgo, de Valderrobres, triunfó a lo grande y luego fue la maestra de canto de Maria Callas; Miguel Fleta, de Albalate de Cinca, fue durante casi una década uno de las mejores voces del mundo; Pilar Lorengar, de Zaragoza, triunfó durante 30 años en el Teatro de la Ópera de Berlín. Y la lista, como han documentado y rastreado Javier Barreiro, Juan Villalba, Miguel Ángel Santolaria, Alejandro Martínez, Sergio Castillo, Rafael Castillejo o Lola Campos, entre otros, sería más extensa. Otra cantante y maestra de canto como Pilar Andrés, en su estudio de la calle Mayor, ya reivindicaba en los años 90 la figura de Carmen Gracia Tesán, soprano coloratura y actriz de una película, ‘La doncella de la duquesa’ (1941. Dirección de Gonzalo Delgrás), que nació en La Puebla de Híjar en 1914 y falleció en Ginebra en 2003, hace ahora veinte años. La recuerda ahora la estudiosa Ana Asión, realizadora y experta en el cine español de la tercera vía, en la revista ‘Turolenses’.

No se conocen muchos datos de su infancia en La Puebla de Híjar, y en todos los lugares se suele decir que desde niña destacó por la calidad de su voz y su atractivo, y pronto se trasladó a Barcelona. Su padre, Jesús Gracia Polo, era ferroviario y su madre, Encarnación Tesán, ama de casa. Carmen era la mayor de cuatro hermanos: Pilar, Paco y Encarna. No debió perder jamás el contacto ni con su pueblo ni con Zaragoza: una vez que tenía clara su vocación y que se había inclinado por la lírica, la Diputación de Zaragoza le concedió una beca de ampliación y perfeccionamiento de estudios y, tal como recuerdan Ana Asión y otros especialistas, en las fiestas del Pilar de 1940 “interpretó el personaje protagonista de ‘Lucia de Lamermoor’ en la función de gala organizada por la Comisión de Festejos en el Teatro Principal de Zaragoza”.

Su pareja era el barítono Pau Vidal, con quien hizo también ‘El barbero de Sevilla’ de Rossini. Aquella representación fue la antesala de su debut, en el Día de Navidad de ese mismo año, en el Teatro del Liceo, en la ópera ‘Rigoletto’, donde bordó uno de sus papeles predilectos, Gilda. En la crónica de ‘La Vanguardia’ se elogiaba su trabajo, se decía que “revalidó su éxito de entonces” y que había sido aplaudida por el público y por “los plácemes de sus compañeros”. Se subrayaron la belleza de su voz, la seguridad en las notas, su hechizo personal y su aparente naturalidad en escena. En 1941, la soprano turolense volvió con esa misma ópera al Principal y también participó en una fiesta de exaltación del folclore aragonés con unas canciones que había compuesto el músico Ángel Mingote (1891-1961), padre del dibujante Antonio Mingote.

Carmen Gracia Tesán durante la representación de 'Lucia de Lamermoor' en su época de máximo esplendor.
Carmen Gracia Tesán durante la representación de 'Lucia de Lamermoor' en su época de máximo esplendor.
Archivo Turolenses.

Está claro que no había llegado ahí de la nada. Había tenido varias profesoras como Italia Cantieri y Andrea Fornells y el repertorista Napoleone Annovazzi. Más tarde, también se formó con Toti del Monte, quien dijo ante sus registros: “¿Si será la tierra aragonesa la que da este color de voz?”. Tuvo una intensa trayectoria que la llevó a actuar en los grandes teatros españoles y del mundo, y fue una asidua del Teatro del Liceo, donde encarnó a Leila en ‘Los pescadores de perlas’; a Micaela en ‘Carmen’; la ya citada Gilda en ‘Rigoletto’, probablemente su mejor papel; a Constanza en ‘El rapto del serrallo’; a la Reina de la Noche en ‘La flauta mágica’. Y suma y sigue.

En 1941, fue la protagonista de la película ‘La doncella de la duquesa’, interpretaba varias canciones, y compañera del actor Luis Peña, donde ella cantaba varias canciones. Ana Asión dice que “se enmarcaría dentro del conjunto de comedias rosas realizadas durante la posguerra”. “Carmen Gracia Tesán tuvo una valiosa e importante carrera. Tengo cerrada su biografía pero aún no la entregado a ningún editor; he podido hablar con su hija, que fue muy amable y exquisita. Carmen era muy hermosa y fotogénica, tenía una voz muy bonita, y actuó en algunos de los escenarios más importantes del mundo como La Scala de Milán o el Metropolitan de Nueva York”, dice Juan Villalba, biógrafo de Elvira de Hidalgo, Andrés Marín o Juan García, entre otros

Juan Villalba: "Cuando se instaló la escultura de la Virgen de la Cama, del taller de Albareda, porque la anterior se quemó en la Guerra Civil, fue ella quien la regaló al pueblo. Y la cara de la Virgen es la imagen de la propia soprano”

En 1943, se presentó en el Teatro Calderón con la obra ‘Elixir de amor’ de Donizetti, en el papel de Adina, compartiendo cartel con el célebre tenor Tito Schipa, que diría de su talento: “Puede llegar a ser una figura mundial”. Ramón Salanova, cronista de ‘El Noticiero’, estuvo en el estreno y escribió: “Carmen Gracia Tesán ha triunfado en la prueba más difícil que se le podía ofrecer. Y ha triunfado plenamente”.

Ana Asión en su artículo de ‘Turolenses’ recupera una crítica publicada en el diario ‘ABC’, del 23 de febrero de 1944, tras una actuación en Madrid. “El papel de Gilda tuvo en Carmen Gracia una fidelísima intérprete. Preciosa voz, mucho sentimiento y gran entusiasmo, que culminaron en el ‘Caro homme’, dicho con justeza, regulando perfectamente la difícil melodía y atacando los agudos sin esfuerzo y con vigor. Fue muy aplaudida y con razón puede apuntarse en su haber artístico el sincero triunfo alcanzado esta noche”.

Un retrato menos conocido de Carmen Gracia Tesán.
Un retrato menos conocido de Carmen Gracia Tesán.
Archivo HA.

Uno de los momentos más importantes de su carrera, si no el más determinante, fue en 1948 en la gira que hizo por Estados Unidos: actuó en el Metropolitan de Nueva York con ‘El barbero de Sevilla’ de Rossini y en ‘Rigoletto’ de Verdi. Y volvió al año siguiente con otra de las óperas en las que se sentía especialmente cómoda: ‘Lucia de Lamermoor’ de Donizetti. Se estableció en Nueva York un tiempo y compatibilizó el escenario con sus clases como profesora en el Conservatorio de Nueva York. A la calidad y finura de su voz, a su dominio de la escena y a su hermosura, resaltada en muchas críticas y crónicas, añadía otro don personal: la capacidad de transmitir emoción a sus personajes, emoción, sentimiento y entrega. La soprano catalana Mercedes Capsir (1897-1969) dijo que poseía “la mejor voz de su generación”.

En la estancia americana vivió una de sus historias personales más conmovedoras: se enamoró del tenor italiano Ferruccio Tagliavini, de quien tuvo una hija. La relación se complicó y, al parecer, fue uno de los motivos de su retirada de la escena. Más tarde, se instalaría en Ginebra, donde se dedicó a su otra gran pasión: las clases de canto.

A la calidad y finura de su voz, a su dominio de la escena y a su hermosura, resaltada en muchas críticas y crónicas, añadía otro don personal: la capacidad de transmitir emoción a sus personajes, emoción, sentimiento y entrega

“Era una mujer suave, con mucho encanto pero también tenía cáracter. Una de las cosas que más llama la atención de ella es que jamás renunció a su condición de aragonesa ni se olvidó de su pueblo de origen: La Puebla de Híjar. Solía venir a menudo, especialmente para las fiestas patronales -dice Juan Villalba, que ha seguido su rastro-. Y una de las cosas más bonitas es que cuando se instaló la escultura de la Virgen de la Cama, del taller de Albareda, porque la anterior se quemó en la Guerra Civil, fue ella quien la regaló al pueblo. Y la cara de la Virgen es la imagen de la propia soprano”.

En La Puebla de Híjar (Teruel), Carmen Gracia Tesán es muy recordada. Vicenta, pariente suya y auxiliar del Ayuntamiento, explica: “La recuerdo muy bien a ella y a su familia. Imponía por lo guapa que iba y por lo elegante que iba siempre. Era una auténtica diva, una 'estrellaza', y se le notaba. Yo era muy niña y no hacía mucho caso de las cosas que ella contaba y que se contaban, pero todos sabíamos que había tenido una gran carrera”, explica. Va algo más allá: Aquí cantó en varias ocasiones en la iglesia. En la casa donde nació, en la calle Mayor, hay una placa que la recuerda. Y sus restos descansan en el cementerio en una lápida con notas musicales y algún instrumento. Su memoria está muy viva en La Puebla de Híjar”, concluye con exquisita amabilidad.

Cartel de la película que protagonizó con Luis Peña en 1941: 'La doncella de la duquesa'.
Cartel de la película que protagonizó con Luis Peña en 1941: 'La doncella de la duquesa'.
Archivo Turolenses.
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