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Magdalena Lasala: "Goya decía que Teresa de Vallabriga, odiada por Carlos III, era un ángel"

La escritora publica 'Los lirios del sol' (La Esfera de los Libros), una novela centrada en esta ilustrada que dio nombre el Palacio de la Infanta

Cultura . Patio de la Infanta. Entrevista con Magdalena lasala. Publica Los lirios del sol. La Esfera de los Libros / 13-07-2023 / FOTO: GUILLERMO MESTRE[[[FOTOGRAFOS]]]
Magdalena Lasala ante la reproducción del retrato de Goya de María Teresa de Vallabriga, que se expone en el Patio de la Infanta de Ibercaja.
Guillermo Mestre.

Magdalena Lasala (Zaragoza, 1958), Premio de las Letras Aragonesas de 2014 y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, es escritora y columnista de HERALDO. El pasado miércoles aparecía en La Esfera de los Libros su nueva novela: 'Los lirios del sol', una novela centrada en la existencia de María Teresa de Vallabriga, esposa del infante Luis Antonio de Borbón, de la cual el Palacio de la Infanta toma su nombre. La novela aborda diversos asuntos: el lugar de una mujer ilustrada en la España del siglo XVIII y XIX que crea espacios para el debate y la defensa de la educación femenina, el esoterismo y la masonería, entre otras cosas, y los miedos y los odios del poder.

¿‘Los lirios del sol’, que acaba de publicar en La Esfera de los Libros, tendría algo que ver con ‘La casa de los dioses de alabastro’, que publicó Martínez Roca y reeditó Pregunta en 2021?

Son novelas completamente distintas e independientes que tiene en común que presentan a Zaragoza en aspectos muy desconocidos por la historiografía convencional. Zaragoza es una ciudad que guarda una historia secreta que es la que yo he querido desvelar. El renacimiento zaragozano fue una época de un esplendor indiscutible, era el emblema de la riqueza intelectual y económica de los judeoconversos, que hicieron muy grande a la Corona de Aragón, y ‘Los lirios del sol’, habla de la Zaragoza del siglo XVIII, que es otro periodo zaragozano de indiscutible importancia al que no se le había dado valor.

¿Eso cree? ¿El tiempo de Goya, de Pignatelli, de los Bayeu, del Conde de Aranda, de los ilustrados?

El siglo XVIII es un siglo convulso, muy complicado, y en el que en Zaragoza brilla de manera especial también gracias a diferentes personajes que representan una iniciativa intelectual y una postura política y cultural que influyó poderosamente en la Corte española. Y desde luego ahí están algunos de esos nombres. Entonces ‘Los lirios del sol’ gira en torno a la figura de María Teresa de Vallabriga, porque ella representa la evolución de la mujer española, del pensamiento femenino, en el siglo XVIII. Algo que creo que no se había estudiado en profundidad y no teníamos tipificado como tal.

Usted habla de muchas mujeres…

Exacto. En la escritura he invertido un año, pero he destilado en él diez años de pesquisas acerca de lo que eran los principios ilustrados, las relaciones con la masonería, las relaciones de las cortes española y francesa, toda la influencia de lo francés en la corte española y, sobre todo, lo que más me interesa es la importancia que tuvo, insisto, la Ilustración como evolución del pensamiento femenino. La ilustración, después de la Guerra de la Independencia y con todos los avatares, y con la Inquisición, que persiguió a los ilustrados y a los masones porque enarboló la defensa de los principios monárquicos, suscitó muchos recelos. La monarquía española tenía mucho miedo de que aquí ocurriese lo que había sucedido en Francia con la revolución republicana. Realmente la masonería y los principios ilustrados sí que estaban detrás de esas ansias de progreso con generaciones de intelectuales y gentes que querían reformar las instituciones. Los ilustrados querían y abogaron por una reforma de las instituciones. La monarquía no se atrevió, y lo que hizo fue rearmar a la Inquisición como un poder político que perseguía absolutamente a todo lo que fuese un intento de reforma institucional. Y en la novela se ve de distintos modos.

Cultura . Patio de la Infanta. Entrevista con Magdalena lasala. Publica Los lirios del sol. La Esfera de los Libros / 13-07-2023 / FOTO: GUILLERMO MESTRE[[[FOTOGRAFOS]]]
Magdalena Lasala en un espacio que conoce muy bien: el Patio de la Infanta.
Guillermo Mestre.

Vayamos con Teresa de Vallabriga, que de entrada es una víctima que se sobrepone.

En realidad, creo que es una superviviente en un mundo adverso. Nació en Zaragoza y vivió aquí hasta los 14 años. Se fue a Madrid y allí conoció a Luis Antonio de Borbón, que tenía mala fama. Con muy mala fama, sí. Tenía fama de mujeriego y putero, tenía varias amantes y era un problema descomunal para su hermano Carlos III. Lo habían destinado para la carrera eclesiástica y, aún con hábitos, tenía amantes e incluso hijos porque tenía hasta una amante fija, y fue eso lo que desencadenó el miedo brutal en la corte española, de Carlos III, su hermano y monarca.

Tengo la sensación de que no me había caído nunca tan mal Carlos III como en su libro.

Ja ja ja. Es que Carlos III es un rey ambivalente, en efecto, al que hay que comprender: abanderó unos principios ilustrados bajo la enseña de la Benificencia. La Ilustración aportó la preocupación por el ser humano, una idea de progreso mediante la obtención de la libertad de las gentes. Para nada quiere Carlos III que esos principios ilustrados supongan lo que deberían suponer: el cambio filosófico y cultural de una España a la que él quiere sometida a su monarquía absolutista. Cuando él ve que la Ilustración se pasa de la Beneficencia, y que ya está hablando de principios filosóficos, de ideas y de formación de las gentes, y de darles trabajo, y de sacar a los niños de las calles, porque se morían, de procurar oficios, de dar empleo a las mujeres, de incorporarlas al sistema económico, ahí da una frenada tremenda y empieza a sustituir a varios ministros importantes como Floridablanca, que incluso que ni era amenazador, o el Conde de Aranda, que era el hombre que lidera todo este cambio de pensamiento.

Regresemos a Luis Antonio de Borbón. ¿Qué problemas le generaba a su hermano, el rey?

Hablamos de una España que, a principios del siglo XVIII, ha pasado por una guerra de Sucesión donde se dilucidaba si mantener una monarquía de los Austrias, después de que Carlos I hubiera muerto sin descendencia, lo cual creó un problema sucesorio muy grande. O se cedía a las presiones europeas de instaurar en España una monarquía borbónica como era la francesa. La Guerra de Sucesión duró desde 1701 hasta 1713, cuando se firmó el tratado de la Utrecht, y salió vencedora la dinastía borbónica. Eso costó que Felipe V, el primer Borbón afincado en la Corona española, aboliera la Corona de Aragón. Aragón había abogado siempre por mantener a los Austrias, y pagó esa filiación y esa defensa. Fue a Carlos III, hijo de Fernando VI e Isabel de Farnesio, al que le correspondió la sucesión de la Corona, pero no era español de nacimiento, como tampoco lo sería su hijo Carlos IV, y la ley de sucesiones obliga a que los reyes sean nacidos en territorio español. Sin embargo, Luis Antonio de Borbón y Farnesio, que sí había nacido en España, era un tarambana, un mujeriego, no quería dedicarse a la religión, quería vivir como el Príncipe eterno. El que tuviera amantes e hijos clandestinos ponía en ponía en peligro seriamente la ley de sucesión. Se les ocurrió para sosegar esos ‘fuegos corporales’, como se escribe en alguna crónica casarlo. Había un nuevo problema...

"‘Los lirios del sol’ gira en torno a la figura de María Teresa de Vallabriga, porque ella representa la evolución de la mujer española, del pensamiento femenino, en el siglo XVIII"

¿Sí, cuál?

Sí, porque si tenía hijos ese matrimonio hubiera podido optar al trono español. Y le dieron a elegir entre tres damitas de la corte de la altísima burguesía. Y una de ellas era María Teresa de Vallabriga: una mujer muy culta, muy lista, zaragozana. Se había quedado huérfana a los 14 años y se fue a vivir a Madrid con una condesa, tía suya, a Madrid. Tocaba el clavecín, hablaba perfectamente el francés y algunos idiomas más, era bellísima… Era el prototipo de de la mujer culta de alta sociedad porque entonces las mujeres de alta cuna tenían una alta cultura que estaba concebida como ornato de abolengo o de nobleza. Luis Antonio de Borbón se fijó en ella, guapa, clara de piel, y entonces Carlos III aceptó el matrimonio con la condición de que fuera morganático, es decir, se ocultaba todo el linaje importantísimo y la obligaron a firmar documentos donde ella aceptaba las condiciones de que sus hijos no podrían llevar el apellido Borbón ni que ella pisaría la corte.

A Magdalena Lasala no le importa jugar con los espejos y los espejismos del tiempo.
A Magdalena Lasala no le importa jugar con los espejos y los espejismos del tiempo.
Guillermo Mestre.

¿Qué sucedió?

Los alejan de Madrid y los llevan a un exilio dorado, eso sí, una jaula de oro, en Boadilla del Monte, primero, y luego en Arenas de San Pedro. El infante don Luis de Borbón construyó un palacio y creó una corte alternativa, rica en arte y tesoros. Y eso le daba un miedo horroroso a Carlos III. Allí se decía que Teresa de Vallabriga era la verdadera reina de España. Claro, es una corte donde se protegían artistas, desde Boccherini, a Goya, a Luis Paré, a Ana María Mengs; lo que no se sabe es que Teresa de Vallabriga, que entendiendo la cultura como un privilegio, protegía la cultura de las mujeres… Y protegía en su corte, no solo a artistas masculinos, grandes amigos del matrimonio, sobre todo Goya, porque era zaragozano como ella y lo sentía como un hermano mayor. él decía: “Esta mujer es un ángel”.

La pintó cinco veces y quizá con alma de enamorado.

Goya es un formidable pintor de mujeres. Impresionante. Ella administraba las propiedades del matrimonio, la llamaban la Emperatriz por su talante. Esa otra corte de don Luis era la que más cerca estaba de los ideales de renovación de las instituciones… Por allí andaban Mariana de Urriés, directora de pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y profesora de Teresa de Vallabriga en Madrid. Y los Portocarrero, la duquesa de Osuna, una rama de artistas de provenientes de los Pignatelli, la propia Josefa Amar y Borbón, casada con un médico de la corte, muy político. Etc. Son mujeres de raigambre y estirpe aragonesas muy vinculadas con lo italiano. Pero arraigadas aquí en Zaragoza. A Teresa de Vallabriga le interesó mucho la formación femenina y su integración en sociedades, academias, etc.

"María Teresa de Vallabriga: una mujer muy culta, muy lista, zaragozana. Se había quedado huérfana a los 14 años y se fue a vivir a Madrid con una condesa, tía suya, a Madrid. Tocaba el clavecín, hablaba perfectamente el francés y algunos idiomas más, era bellísima…"

Teresa de Vallabriga vivió solo nueve años con ese hombre…

Sí. Cuando se casaron él tenía 49 y ella 16, jovencísima. Le dio tres hijos y todo su esplendor, su belleza, su sexualidad. Y se ocupó de todo su bienestar. Él acabó siendo un viejo niño mimado, que lo tiene todo en la vida, y murió en 1785.

Carlos III no aceptó nunca a Teresa de Vallabriga.

Le tenía un odio visceral porque, precisamente, primero el ser zaragozana pesaba. Zaragoza siempre ha tenido una pátina antimonárquica y encima se enfrentó a los Borbones porque defendió a los Austrias. No le gustaba porque era muy independiente, con un gran carácter y una gran cultura. Y ella aceptó sus condiciones porque era responsable y no volvió a la corte. A ella la mantuvieron eclipsada, y la alejaron de sus hijos. Hizo lo posible por volver a Zaragoza, les escribió a los reyes y al Conde de Aranda. Y al final regresaría en 1892. Amaba la ciudad.

Y habitará la Casa Zaporta.

Sí, el Patio de la Infanta, que le debe su nombre y que lo convirtió en un centro de ideas renovadoras y de defensa de la cultura de la mujer. Cuando ella se instaló, allí vivía Ramón de Pignatelli, que era todo un personaje, difícil, hosco, pero emprendedor; dialogan en la novela. En la novela asistimos a su muerte, también a la del Conde de Aranda, a la de Martín Zapater, el gran amigo de Goya. María Teresa de Vallabriga vivió allí hasta 1808. Luego se fue a Mallorca; regresó en 1814 y murió en 1820. Fue suegra de Manuel Godoy, el protegido durante mucho tiempo de María Luisa de Parma.

La escritora, su personaje y el libro. La decantación de una década de indagaciones.
La escritora, su personaje y el libro. La decantación de una década de indagaciones.
Guillermo Mestre.

¿Existió la logia del título?

Ahí me he tomado alguna libertad de novelista. Existió la de 'Los lirios de la luz' y creo que ella no era ajena del todo a esa organización y a otras, que procedían de Francia. María Teresa fue muy activa y como se ve en la novela tuvo relación con muchos personajes claves de la época y con mujeres que se significarían en Los Sitios. ¿Amores? Se quedó viuda muy joven, llegó a Zaragoza con 33 años, tenía todo un mundo por delante, murió a los 60 años, pero se rumoreaba que había tenido amores con Francisco del Campo concuñado de Goya.

El libro está escrito en tercera persona, en la voz de una alumna, Escarlata, y a través de sus cartas...

Las cartas son una recreación porque su correspondencia es muy abundante. Y las he leído; son accesibles a cualquier lector. Son cartas muy políticas e institucionales: Teresa jugaba el papel de sumisa ante un rey que sabía que la odiaba. Ella jugaba su baza y sus intereses como si fuera alguien a quien no debía temer los reyes o el poder. No le sirvió de nada. Si hubiera querido hubiera podido desencadenar otra Guerra de Sucesión en España.

LA FICHA

'Los lirios del sol'. Magdalena Lasala. La Esfera de los Libros. Novela Histórica. Madrid, 2023. 406 páginas.

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