Arturo Elena, ilustrador: "Arte es pintar al óleo sobre lienzo o con rotuladores en una cartulina"

Arturo Elena (Teruel, 1958) es el autor de las seis láminas de moda que HERALDO ofrecerá a sus lectores todos los sábados a partir del 3 de junio.

Arturo Elena, ilustrador de moda.
Arturo Elena, ilustrador de moda.
María Natali

A partir de este sábado, 3 de junio, HERALDO ofrece a sus lectores una selección de sus láminas de moda. ¿Cómo fue decidir cuáles sí, cuáles no?Se trata de seis láminas seleccionadas a partir de varios tipos de encargos, tanto de editorial de moda como de imagen de marcas con las que he colaborado. En la preselección eran doce, y si para una madre es difícil decidir a cuál de sus hijos quiere más, imagine lo que me supuso descartar seis. Además, una de ellas tiene una conexión con Aragón: hace poco hice una selección para la revista ‘Telva’, que celebró sus 60 años con un evento en Zaragoza. Compusimos imágenes con el Pilar de fondo, y una de ellas está entre las seleccionadas.

¿En quién, o en qué se inspira cuando trabaja?El personaje que reflejo en la imagen y su enfoque vienen marcados, en la mayoría de las ocasiones, por el cliente, que me da parámetros o directrices: qué clase de chica, qué actitud tiene, qué tipo de pelo o vestimenta prefiere… Por ejemplo: Vitorio y Lucchino quiere una imagen para sus escaparates, así que me dicen qué buscan, aunque me dan libertad para trabajar. Los personajes son irreales, no existe ese tipo de mujeres, pero yo parto de una imagen real que luego distorsiono. Busco la composición, la pose, la perspectiva, el perfil o el contraperfil, la cara…

¿Prefiere esa libertad, más que estar encorsetado a lo que quiera el cliente?Me gusta poder aportar algo, sí. Para eso está el boceto previo de cualquier encargo. Pero si Loewe me pide una imagen tal o cual, yo ya sé lo que puedo ofrecerle dependiendo del estilo de la colección, de la ropa que haya que reflejar; conozco el tipo de personaje, la postura, la actitud inherente a la marca, lo que va con su estilo. A veces, las marcas me dictan directrices, pero yo les ofrezco otros caminos que las saquen de su idea inicial por si les pueden gustar, porque creo que pueden ir en línea con lo que me están pidiendo. Aunque casi se trabaja más seguro teniendo directrices que sabes que, si cumples, vas a satisfacer al cliente. Si te dejan total libertad, que por supuesto se agradece, de algún modo no sabes si tirar por aquí o por allá, porque no estás seguro de si le va a gustar tal o cual estilo. Tienes toda la libertad, pero también toda la duda.

Algunas de las ilustraciones de Arturo Elena.
Algunas de las ilustraciones de Arturo Elena.
Arturo Elena

La duda también obstaculiza.Sí, pero después de tantos años de trabajo tengo una intuición de por dónde sé que puedo acertar… La duda me la puedo permitir un rato, pero trabajo por encargo y tengo unas fechas de entrega. Puedo crear un excelente producto pero no servirlo al cliente cuando éste lo necesita, así que no me puedo demorar en dudar por dónde tiro. A veces empiezo con una idea y luego me doy cuenta de que no funciona y me lanzo a otra que había descartado y resulta que funciona mejor. No puedes quedarte a esperar la inspiración eternamente.

¿Qué busca Arturo Elena cuando crea una ilustración?Sobre todo, satisfacerme a mí mismo. Si no estoy satisfecho con lo que estoy haciendo, mal. Empecé a dibujar desde muy pequeño y ya me cabreaba si algo no me salía como quería. Ahora, como profesional, busco sobre todo mi satisfacción personal, y también la del cliente, claro.

"Algo que siempre me ha gustado de los pintores clásicos es que con un pincel y el óleo lograban que pudieras ‘tocar’ las sedas, los terciopelos... Conseguirlo con rotuladores es un reto conmigo mismo"

¿Siempre ha dibujado moda?Es lo que más me gusta. De pequeño dibujaba pitufos y personajes de cómic, pero cuando tomé conciencia del cuerpo, cuando me empezó a interesar la estética y cómo vestir, pasarme a la moda fue una transición natural. Empecé a hacer bocetos por mi cuenta, algunos diseños, pero tras hacer mis pinitos como asistente en firmas de moda, me di cuenta de que el momento en el que más disfrutaba era cuando ya estaba el modelo completamente definido y había que plasmarlo en el catálogo de la colección, y para ello había que dibujarlo. Es el trabajo de un ilustrador de moda: dibujar la moda de otros más que dibujar la suya propia.

Con tantas herramientas a su alcance como hay en el mundo del diseño, usted sigue usando sus rotuladores. ¿Es una declaración de intenciones?Puede ser. La opción de trabajar con herramienta digital tiene de bueno que si te equivocas, puedes dar un paso atrás. Sé que las herramientas están allí, pero sigo con mis rotuladores porque me siento más satisfecho creando una imagen física que sale de mis manos. Pero es que yo vivo de este trabajo y hasta que el cliente no me da el aprobado, yo no cobro. Lo que me ha traído el prestigio que pueda tener como profesional es que busco siempre la perfección en un acabado: lograr que una seda parezca una seda, un terciopelo parezca un terciopelo… Es algo que siempre me ha gustado de los pintores clásicos, que con un pincel y el óleo lograban que pudieras ‘tocar’ esas telas. Conseguirlo con rotuladores también es un reto conmigo mismo.

¿Es la ilustración un arte menor o ya se la reconoce como merece?A mí me da igual la herramienta utilizada para crear arte. Puede ser pintando al óleo con un pincel sobre un lienzo o con rotuladores de diferentes texturas sobre una cartulina. Nunca hablaría de arte mayor o de arte menor. Hablaría de arte, y punto. La herramienta no le concede el rango a una obra de arte, sino cómo la usas y lo que sale de su uso. Un simple carboncillo de Dalí sobre un papel, o de Picasso sobre la servilleta de un restaurante, son obras de arte igual que las Meninas. No hay rangos de arte, hay arte o no lo hay.

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