FOTOGRAFIA. OCIO Y CULTURA

José Manuel Ballester presenta ‘De arboris perennis’ en el Jardín Botánico de Madrid

La zaragozana Lola Durán es la comisaria de esta muestra de PhotoEspaña del artista, Premio Nacional de Fotografía, que trabaja los grandes formatos.

Una de las piezas del artista madrileño: 'Primavera', 2015.
Una de las piezas del artista madrileño: 'Primavera', 2015.
José Manuel Ballester/PhotoEspaña.

Desde hace varios años, la historiadora del arte y comisaria de exposiciones Dolores Durán Úcar (Zaragoza, 1965) trabaja y colabora con uno de los grandes fotógrafos españoles: José Manuel Ballester (Madrid, 1960), que ha realizado numerosos trabajos sobre naturaleza, arquitectura y el arte. Dentro de la programación de PhotoEspaña, se ha inaugurado en el Jardín Botánico de Madrid, al lado del Museo del Prado, en el Pabellón Villanueva, la exposición ‘De arboris perennis’ de Ballester, coordinada por Lola Durán. 

Consta de 38 obras, datadas entre 2007 y 2023, de gran formato y en la muestra el fotógrafo, que posee una inclinación absoluta hacia la belleza y sus atmósferas, propone un paseo por los árboles del recinto seleccionados por el autor, con una novedad: Carlos del Amor, periodista de RTVE e historiador del arte (ganador del premio Espasa de Ensayo de 2020), recita un puñado de los poemas favoritos de Ballester que pueden ser oídos al lado de los árboles mediante los códigos QR.

Cuentan Ballester, que recibió el IV Premio Trayectoria de Fundación Enaire, y la comisaria zaragozana que este proyecto, evocador y lleno de elementos mágicos, nace “de una intensa búsqueda interior, de una infinita curiosidad” que le lleva a Ballester a captar con su cámara “aquellos elementos que le rodean y le conmueven, que conectan con su mundo íntimo”.

‘De arboris perennis’ cuenta con varias series: arranca con sus ‘espacios ocultos’, que son imágenes de obras maestras de la pintura. “Son ambientes en los que la presencia humana humana no es visible, ha desaparecido, creando un vacío enigmático y lleno de posibilidades”. Además, en la propuesta de recorrido, hay numerosas imágenes: elevadas alturas de Nueva York, templos de Sichuan, salidas de metro de urbes, del mundo, parques de París o Roma, selvas de Brasil, jardines y huertos. Y hay siempre un elemento real y simbólico: el árbol. 

Dice Lola Durán en el catálogo: “Encarna la metáfora de la relación del ser humano con la naturaleza. El árbol como elemento protector, el árbol como testigo del tiempo, como seña de identidad y como patrimonio cultural”. Añade que la muestra “quiere ser un homenaje, una muestra de respeto, un reencuentro con la naturaleza. Es una propuesta con la que el artista busca llamar la atención sobre nuestra relación con el medio ambiente. Y lo hace a través de distintos escenarios”.

José Manuel Ballester recuerda que había trabajado anteriormente con obras de grandes maestros como Rubens o Tiziano, por citar alguno. Y aquí domina una pieza fantástica, de gran espectacularidad: ‘El bosque de Giotto’. “Con la serie que he titulado ‘El bosque de Giotto’ -dice José Manuel Ballester- he creado un grupo de composiciones nuevas basadas en la factura, el color y el claroscuro del artista. El resultado es una serie de obras digitales que, partiendo de un material fotográfico, se reencuentran con la pintura en un claro homenaje a la figura de un artista tan importante en los inicios del Renacimiento como es Giotto”.

Una de las piezas más espectaculares que se exponen en el Pabellón Villanueva.
Una de las piezas más espectaculares que se exponen en el Pabellón Villanueva.
José Manuel Ballester/PhotoEspaña.

Para la muestra se ha editado un catálogo de 80 páginas con textos de Lola Durán, José Manuel Ballester y el citado Carlos del Amor, que escribe: “El árbol es el principio de muchas cosas, un lugar sin árboles es un niño sin imaginación. Un árbol mutilado es una derrota, una cicatriz, una oportunidad perdida, una historia que ya no se contará, un lugar menos donde trepar y donde buscar refugio. (…) Rosseau no había viajado mucho y fue capaz de pintar junglas remotas habitadas por extraños animales. Un niño pequeño, sin moverse de casa, dibujará un árbol con los ojos cerrados. Seamos Rosseau durante un rato en esta exposición, seamos niños de nuevo. Escondámonos por el jardín”.

Entre los textos seleccionados por José Manuel Ballester pueden leerse en el catálogo y oírse en la voz de Del Amor piezas como este haiku: “Cielo otoñal / un árbol gigantesco / lo corta en dos”, de Kawahigashi Hekigodô; “En un rincón, las flores del ciruelo se ríen con la luna / ¿Para qué buscar el poema sobre el puente del río Ba?”, un fragmento de ‘Sobre un sauce, la tarde’ de Zhang Kejiu. También se oye el ‘Poema del árbol’ de  Antonio Machado, que finaliza así: “Soñaré en otra almohada el mismo sueño / y daré el mismo beso en otra boca. / Y, en cordial semejanza, / buen árbol, quizá pronto te recuerde, / cuando brote en mi vida una esperanza / que se parezca un poco a tu hoja verde...”.

“Con la serie que he titulado ‘El bosque de Giotto’ he creado un grupo de composiciones nuevas basadas en la factura, el color y el claroscuro del artista"

Lola Durán también ha coordinado, con Ricardo García Prats, la muestra de José Manuel Broto, ‘Pinturas, 2003-2023’, en el Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora (Teruel).

Una pieza muy sugerente: 'Paisaje invernal', 2007.
Una pieza muy sugerente: 'Paisaje invernal', 2007.
José Manuel Ballester/PhotoEspaña.
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