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José Manuel Broto: "La pintura me mantiene con vida y es mi vida"

Premio Aragón-Goya y Premio Nacional de Bellas Artes, el pintor reabrió el Museo Salvador Victoria, que celebra dos décadas de existencia 

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José Manuel Broto, el pasado sábado en Rubielos de Mora, poco antes de inaugurar su exposición 'Pinturas, 2003-2023'.
A. C.

«La naturaleza me da tranquilidad. Las estaciones son un espectáculo maravilloso. Me he vuelto más contemplativo», dice José Manuel Broto (Zaragoza, 1949). El sábado inauguraba la exposición ‘Pinturas (2003-2023)’ en el Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora, que cumple 20 años y acaba de ser remodelado.

Le iba a preguntar cómo se halla como artista y ser humano.

Como ser humano ya soy alguien que tiene una cierta edad, casi 74 años, y no me podía haber imaginado llegar a estas edades y ser capaz de hacer algo todavía. Para mí es casi un milagro. Aun tengo proyectos.

¿Y como pintor, cómo se ve, dónde está?

No voy a decir que al final, pero tampoco estoy al principio. Sigo trabajando, sigo revisando mi obra y sigo haciendo cosas nuevas. Antes iba más de prisa, ahora avanzo desde la lentitud y ya no muevo los mismos pesos ni los mismos formatos. Tengo que adaptarme a mi propia capacidad física.

¿Sigue teniendo la música en la cabeza, experimentando y apostando por el color?

Podría decirle sí a todo. Sigo apostando por el color y por la pintura abstracta. La pintura abstracta fue un buen paso adelante en la historia de la pintura por que la liberó de la mímesis y de la valoración por el parecido. Amplió infinitamente el espacio de la pintura. Y con el color me sucede algo semejante: se reduce a algo decorativo, más de relleno; antes se dibujaba y luego se rellenaba con el color, pero para mí no. El color es protagonista y es estructural.

¿Tiene una poética o una mecánica del color?

Intento que sean colores brillantes y a veces lo que quiero es hacer armonías un poco difíciles, como poner dos colores que se sabe que realmente no armonizan bien, pero trato de forzar eso hasta que vea que la lucha queda en paz o la gano yo.

Usted hace como una sinfonía cromática de ritmos. ¿Le marca de algún modo la música?

La música me gusta y tengo una gran pasión por ella porque es un arte abstracto también. La música es como el arte más abstracto que produce las emociones más concretas. Me hubiera gustado ser músico. Tengo amigos que son compositores y les tengo mucha envidia. He trabajado con músicos como José Manuel López López.

Y con poetas como Andrés Sánchez Robayna.

Lo conocí hace muchos años en Barcelona, y teníamos referentes comunes como Tàpies, al que visitaba. Luego se fue a Canarias; él ha seguido su camino y es extraordinario. Es un gran poeta y albacea del poeta José Ángel Valente, al que conocí en París; yo lo admiraba mucho.

Broto resume dos décadas de su obra en el Museo Salvador Victoria.
Broto resume dos décadas de su obra en el Museo Salvador Victoria.
A. C.

Ya que lo ha citado usted, ¿qué le debe a Tàpies?

Nunca me olvido de él. Por ejemplo, me enseñó su extraordinaria libertad para elegir los materiales de la pintura. O para integrar en ella materiales que nunca se habían integrado. O aspectos de la pintura o del dibujo, el vacío, por ejemplo, que en él tenían una gran importancia. En mi obra, a veces hay superficies que están muy vacías, están presentes y activas dentro del propio cuadro.

Eso sucede, quizá, con su mural del Teatro Principal, que pertenece a una pintura más gestual y matérica, con más relieve…

Lo pinté en París, en el suelo, incluso pisando encima de él. Me vincula con la ciudad. Lo he hecho con gratitud y entrega. Zaragoza y Aragón son importantes para mí. Siempre me he sentido muy querido y muy bien tratado.

¿Qué significa para Broto exponer aquí? Han pasado veinte años de su inauguración...

Es un placer estar en este museo. Salvador Victoria fue un artista que ya era muy reconocido cuando yo estaba empezando a pintar. Era un magnífico artista. Para mí es un honor: está en un lugar tan especial como Rubielos de Mora y en esta zona de Aragón que es tan pintoresca, agradable, llamativa y tan importante, además. He traído cuadros de diversos formatos que se realizaron durante la propia biografía del museo.

Es todo un detalle...

No es una antológica pero con Lola Durán y Ricardo García Prats hemos elegido un conjunto que da una buena idea de lo que he llevado entre manos en esos años: color, imaginación, poesía y pasión por la vida.

¿Le han marcado algunos autores aragoneses?

Tuve la suerte de conocer, en el Instituto Goya, a José Miguel Alcrudo, hijo de Pepe Alcrudo, el hombre que había sido capital en la fundación del grupo Pórtico, ya sabe Lagunas, Laguardia y Aguayo. No es que el grupo me influyese directamente, pero sí fue una referencia permanente. No solo para mi generación sino para todo el país. Y luego, durante un tiempo, el pintor Luis Berdejo vivió en mi misma casa.

¿Qué le da la pintura?

Me mantiene con vida y es mi vida: yo la he elegido y por fortuna no me ha ido mal.

Un espacio que alumbra la creación

El Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora se inauguró hace 20 años, en mayo de 2003. El sábado se reabría ese espacio, que dirige Ricardo García Prats, con una muestra de José Manuel Broto, con diversas novedades. Se ha reformado el vestíbulo y la recepción, la sala de exposiciones temporales (donde se ha colgado la obra de Broto), la iluminación, los peines de almacenamiento de las obras de arte, son muy modernos y en ellos puede verse por ejemplo un espléndido autorretrato de Salvador Victoria, y la climatización.

En la tercera planta se han ampliado y ordenado unos más que valiosos fondos de pintores españoles desde la posguerra hasta hoy, desde Amalia Avia o Lucio Muñoz hasta Diego Arribas, pongamos por caso, que fue director de ese espacio, pero la nómina es muy completa. El consejero de Educación, Cultura y Deporte Felipe Faci se desplazó hasta el Museo, que reunió a casi un centenar de personas, entre ellas Marie Claire Decay, viuda de Salvador Victoria, y señaló que en un día como el sábado no podía estar en otro sitio. 

Explicó que debía estar en Rubielos por el Museo, que cumple dos décadas; por Salvador Victoria, ung ran artista, por Broto, por Rubielos de Mora y su alcalde Ángel Gracia y por la cultura en sí misma. "El binomio Salvador Victoria-José Manuel Broto es esencial para celebrar el 20 aniversario de este museo, que ha sabido vertebrar el territorio a través de la cultura», dijo Felipe Faci. 

Broto ante la fachada del Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora.
Broto ante la fachada del Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora.
A. C.

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