Kings League: ¿ha llegado la brecha generacional (también) al fútbol?

El llenazo del domingo en el Camp Nou para ver la pachanga creada por Piqué e Ibai Llanos abre nuevos horizontes en el modelo de negocio de este deporte.

Un momento de la final de la Kings League, el domingo, en el Camp Nou.
Un momento de la final de la Kings League, el domingo, en el Camp Nou.
Marta Pérez/EFE

No solo es la música, con el advenimiento del reguetón que tantos detractores tiene, ahora es también un deporte tan tradicional e implantado en la vida de los españoles como el fútbol el que está marcando distancias generacionales.

Este domingo, el éxito de una nueva manera de entenderlo a nivel competitivo y empresarial se escenificó con un práctico llenazo en el Camp Nou para asistir a la final de la Kings League, creada por el famosísimo 'streamer' Ibai Llanos y el exfutbolista Gerard Piqué a través de su productora Kosmos. Se transmite en su totalidad por 'streaming' (Twitch, Tik Tok y Youtube) y en su origen está la idea que hace unas semanas apuntaba su CEO, Oriol Querol, en 'El País': “Nació de una reflexión sobre cómo el fútbol tradicional ha ido perdiendo interés para una serie de consumidores”.

La Kings League consiste básicamente en una pachanga de Fútbol 7 que ha logrado adquirir proporciones descomunales gracias a las nuevas formas de comunicación del siglo XXI, desarrolladas sobre todo a través de las redes sociales. Se establece así una relación directa y tremendamente participativa con los aficionados. En la Kings League, el espectáculo va mucho más allá del puramente futbolístico y apela a una enorme número de seguidores que operan como una comunidad, pendiente de cada novedad o 'cebo' que lanzan sus caras más visibles.

Para tener una idea del éxito a estas alturas de la propuesta, baste decir que el domingo 92.522 espectadores de pago asistieron a los partidos. Son doscientos menos de los que vieron en directo el último clásico de La Liga (95.745 el pasado 19 de marzo). El aforo máximo del estadio barcelonés en la actualidad es de 95.877 personas. Hay que señalar a este respecto también que la Kings League ha establecido una política de precios populares. Las entradas más accesibles tenían un precio de 10 euros y las más costosas, de 55, muy por debajo en general de lo que cuesta un encuentro cualquiera de Primera División. En las gradas se vio, sobre todo, gente joven y muchas familias: los mayores acuden arrastrados por sus hijos.

Aparte de los que acudieron presencialmente al evento, en los diferentes canales por 'streaming' se dieron cita hasta 2.163.069 de espectadores, de los cuales la mayoría son personas jóvenes para los que el medio es casi tan importante como el mensaje. Son nativos digitales a los que la televisión -ya sea de pago o generalista-, la principal vía de ingresos del fútbol tradicional, les es prácticamente ajena.

Rizando el rizo, la Kings League está planteada de tal manera que lo de menos parece ser el resultado (en este caso la victoria en la final de El Barrio frente a los Aniquiladores por 3-0). Todo lo que rodea a la competición es tan importante o más que los partidos.

¿Y qué es todo lo que rodea a los partidos? Un espectáculo en el que se mezclan actuaciones, retos virales, mucho humor, rostros muy populares entre la chavalería, sin dejar no obstante de lado la influencia y el interés que aún atesoran viejas glorias del fútbol.

Con ellos, la Kings League tiene un gigante polo de atracción, con  su propio impulsor, Ibai Llanos, a la cabeza. Pero hay muchos más, que ejercen de presidentes de los doce equipos participantes: TheGrefg, Gerard Romero, Perxitaa, JuanSGuarnizo, Rivers, Spursito, Adri Contreras, XBuyer y DjMaRiio. A los que se suman nombres 'clasicos' del fútbol, como Iker Casillas o el Kun Agüero

Cada uno de ellos formó su equipo de 10 jugadores tras celebrarse un casting de 11.000 personas. Se añadió un 'jugador 11', que eligió cada presidente, y un 'jugador 12', que puede cambiar cada jornada.

 La Kings League genera un interés constante entre los seguidores, ávidos por conocer la identidad de ese duodécimo contendiente. Corren cada semana mil rumores al respecto, animando la conversación en las redes. Hasta la fecha, entre otros, por la Kings League han pasado en virtud de este personaje sorpresa Chicharito, Saviola, Capdevila, De la Red, Orellana, Alberto Bueno el exzaragocista Nano Mesa.

Todo es presentado con los ritmos frenéticos del entretenimiento del siglo XXI, adaptados a espectadores poco dados a mantener una atención de la larga duración y, paralelamente, capaces de estar pendientes de varias pantallas a la vez.

En esta atmósfera informal, podría decirse que iconoclasta con respecto a las normas del fútbol, las reglas de la Kings Leage tienen cierto componente aleatorio (son muy 'random', como dirían ahora los chavales). Vayan algunos ejemplos: los partidos solo duran 40 minutos (divididos en dos partes), no hay prórrogas (se decide todo en los penaltis), se pueden hacer cambios de jugadores de manera ilimitada, hay exclusiones (como en el balonmano). Para hacerlo todo aún más 'loco', cada equipo se reserva 'armas secretas', desde penaltis porque sí a robos de cartas. 

Desde este punto de vista, la Kings League tiene las maneras libres y sencillas de un juego de niños, de un divertimento, pero, ojo, que a estas alturas se ha convertido en un negocio realmente serio.

En este sentido, si en La Liga la principal fuente de ingresos son los derechos televisivos, en el caso de la Kings League lo son los patrocinios y la venta de entradas. El portal de búsqueda de empleo Infojobs fue el primero en ver las posibilidades de la competición. Después de únicamente tres partidos, se sumaron más empresas: Grefusa, Simyo, Adidas, Mahou, Shukran, Imagin e IQ Option.

A patrocinadores, 'streamers' y jugadores conocidos se unen artistas y famosos, a ambos lados del océano, que completan el espectáculo. El domingo, por ejemplo, actuaron los cantantes argentinos Tiago Pzk y Laly Expósito, mientras que los 'freestylers' Chuty, Gazir, Skone y Bnet protagonizaron una 'batalla de gallos'. También en la cita se batió un récord Guinness de espectadores con caretas en un estadio, que estaba en poder de un evento en Filipinas, que llegó a reunir a 30.000 espectadores. En Barcelona se triplicó la cifra.

A todo asistieron desde el palco el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, junto con el del Barcelona, Joan Laporta, y el concejal de deportes del ayuntamiento barcelonés, David Escudé.

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