Santiago Posteguillo: "César creó su mito en base a las mujeres con las que convivió"

Traído a la actualidad, "César es ese individuo que cambia la historia y que podría ser un Zelenski como en Ucrania, una persona que nadie imaginaba. Ni los propios rusos", dice el escritor. 

Santiago Posteguillo, en el Gran Hotel de Zaragoza
Santiago Posteguillo, en el Gran Hotel de Zaragoza, en una imagen de archivo
Guillermo Mestre

La nueva novela del escritor Santiago Posteguillo, 'Roma soy yo', tiene como protagonista a un Julio César que creó su mito y leyenda en base a las mujeres con las que convivió y en la que el personaje femenino adquiere una equilibrada atención respecto a los masculinos.

Posteguillo, quien ha presentado su libro en Zaragoza, afirma que busca con sus obras "entender si el fin justifica a los medios". Asegura que, a pesar de que Julio César se autoproclamara dictador, "no sometía a sus contrarios de manera brutal como ahora y perdonó a sus enemigos políticos en la Guerra Civil", por lo que "no es un dictador como los de ahora, ya que si lo fuera no lo habrían asesinado".

¿Qué legado conservamos de Julio César en la actualidad?

 Julio César genera la nueva Roma que emergerá tras su paso por la vida política. Es la cuna de nuestra civilización. César es la figura en torno a la cual pivota la civilización occidental. Se le debe mucho. Se dan muchas cosas en la historia por primera vez con César; con él cambia por fin el sistema político en Roma. No se convierte solo en un imperio, sino que hay una transformación por la cual la oligarquía senatorial pierde privilegios respecto al pueblo.

Fue durante el confinamiento cuando tomó la decisión de escribir una saga sobre él. ¿Cómo ha afrontado el comienzo de lo que considera su mayor desafío literario?

Lo que busco es explicar el ser humano que hay detrás del personaje histórico. También he querido explicar desde un ángulo desconocido lo que creemos saber de César o lo que ni siquiera conocemos, como que era un joven abogado que luchaba contra la corrupción.

La novela arranca en el año 77 a.C. con el juicio de Dolabela, el mayor enemigo de Julio César. ¿Cómo ha sido reconstruido este episodio a priori desconocido?

Este juicio tenía una gran relevancia histórica. Sin embargo, no había sido novelado o destacado de forma suficiente. Es el evento con el que el joven Julio César es conocido para la mayor parte del pueblo de Roma. También se dan a conocer sus ideales políticos y su oratoria. Para documentarlo he tenido que trabajar mucho, ya que quería reconstruir el suceso con detalle. Conocíamos quién era juzgado, por qué se le juzgaba, quién lo denunciaba, quién lo defendía, los abogados que tenía o quién fue el fiscal. En cambio, el relato del juicio en sí mismo estaba perdido. Para ello, he contado con el catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Valencia, Alejandro Valiño, quien me ha documentado cómo sería un juicio en esta época bajo las leyes de Cornelio Sila, quien había establecido un nuevo sistema legal en Roma unos años antes. Después he intentado contarlo de la manera más cinematográfica y entretenida posible.

¿Influye en su proceso de creación literaria la obra 'Julio César' de Shakespeare?

Sí, considero que cuando acometes la recreación de un personaje sobre el que tantos han escrito te tienes que dejar impregnar. De él me interesa ese gran dilema de ser humano que intenta el bien y que se redistribuyan la riqueza, las tierras y los derechos para la mayoría de los ciudadanos. En este caso, para conseguirlo, tiene que recurrir a métodos discutibles. Esto nos lo cuenta Shakespeare, pero también se encuentra en las novelas que estoy escribiendo yo sobre Julio César.

Durante más de 700 páginas da vida a 50 personajes históricos, con nombres y apellidos. ¿Qué otros aspectos destacaría de las diferentes personalidades que ha explorado?

El personaje femenino recibe una especial atención, una atención equilibrada con respecto a los personajes masculinos. La figura de Julio César no se entendería si no se conociera la relación que tiene con las mujeres de su alrededor. Él creó su mito y leyenda en base a las mujeres con las que convivió.

¿Qué hubiera sido Roma sin Julio César?

La expansión del mundo romano por el Occidente Europeo se habría retrasado no sé cuántos decenios. Habría sido una Roma diferente también respecto a la redistribución de derechos. César prestó mucha atención a los provinciales, algo que desde Roma muchos senadores despreciaban. Roma no habría sido tan poderosa.

Pero... ¿considera que se le ha traicionado repetidamente?

Se ha traicionado a su figura en la medida en la que se ha transmitido de algún modo a lo largo de la historia quién era realmente. Era de todo menos dictador, o al menos respecto al que conocemos ahora. La República de la Antigua Roma era una oligarquía donde unas pocas familias senatoriales retenían todo el poder. Estas se enfrentaban al propio César, que intentaba que se atendieran las reclamaciones de reparto de derechos, de riqueza y de tierras. Él se autoproclamó dictador al final de la época romana, pero no sometía a sus contrarios de manera brutal como ahora y perdonó a sus enemigos políticos en la Guerra Civil. No es un dictador como los de ahora, ya que si lo fuera no lo habrían asesinado. Hay que intentar averiguar si realmente el fin justifica a los medios.

¿Se pueden hacer paralelismos con la actualidad?

Sin duda alguna. Hasta cierto punto la política romana era una especie de oligarquía, como la de los oligarcas rusos que controlan la economía del país con un súper líder que se llama Putin. Eso era la república romana. Su líder era Sila y también estaban las familias de sus oligarcas. César es ese individuo que cambia la historia y que podría ser un Zelenski como en Ucrania, una persona que nadie imaginaba. Ni los propios rusos.

Quedan muchos hitos de Julio César por descubrir y desarrollar. ¿Cuándo veremos su próxima obra?

Estoy trabajando activamente en la segunda novela para que salga, o al menos eso voy a intentar, a finales de 2023 y principios de 2024. Allí voy a explicar el ascenso político de los dos bandos y Julio César puede pasar de ser un joven patricio a exiliarse por sus ideas políticas. También se aborda el momento en el que vuelve a Roma, quiere estar en el Senado y llega a conseguirlo. 

  

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