Seis actores para partirse de risa

El musical 'The Full Monty' estará en el Principal hasta el día 24. El reparto de la obra disfruta estos días (lo que puede) de la capital aragonesa

Veinte minutos antes de cada función del musical ‘The Full Monty’ en el Teatro Principal, Jota, Dani, Jorge, Mario, Alex y Potro repasan con cuidado el vestuario porque la obra les exige muchos cambios, y muy rápidos, y no encontrar lo que necesitan en cada momento lo trastocaría todo. O quizá no. Porque ellos, en realidad los actores Sam Gómez, Falco Cabo, José Navar, Gustavo Rodríguez, Carlos Salgado y Piñaki Gómez, son veteranos del teatro musical, con la espalda curtida en mil escenarios. Y saben resolver todo tipo de contigencias casi sin que el público lo note.

El fin de semana pasado, por ejemplo, Piñaki resbaló y cayó en escena, y sus compañeros lo incorporaron a la obra como si fuera un ‘gag’ más. También han tenido ocasión ya de probar la proverbial inclinación del escenario del Principal, esa que tanto lamentan los bailarines de ballet, y Carlos ha descubierto cómo meter el pie, sin que se note, para evitar que resbale hacia el patio de butacas un ataúd que aparece en un momento de la función.

Los seis, junto con el resto del reparto, son ya una pequeña familia. Empezaron a serlo con los cástines, en mayo del año pasado; se cohesionaron en agosto, cuando se iniciaron los ensayos; y se volvieron indisolubles a partir de octubre, cuando se estrenó la obra en el Rialto de Madrid.

Tras unos meses de éxito en la capital de España, iniciaron una gira por España que les trajo a Zaragoza el jueves pasado. El musical ‘The Full Monty’ ha llegado a la capital aragonesa suficientemente rodado. Y reído.

"Aunque pueda parecer un tópico, cada función es distinta –confiesa Sam Gómez–La risa no está siempre en el mismo lugar del patio de butacas. Tienes que buscarla, coger el hilo que la maneja, como si fuera una cometa. Y no soltarlo".

"El público aragonés es de risa fácil", avanza Gustavo Rodríguez. Aunque Carlos Salgado le matiza: "es agradecido y viene predispuesto, sí. Pero no le vale cualquier cosa".

El amplio reparto del musical se ha distribuido en apartamentos del Barrio Jesús que ha alquilado la productora, Theatre Properties/Planeta Fama. Allí hacen vida normal, como si estuvieran en sus casas: compran en el supermercado, cocinan... Algunos, como Carlos Salgado, que es el más musculoso del sexteto, incluso va al gimnasio para que sus bíceps estén bien definidos; otros, como Gustavo Rodríguez, han encontrado en el Zara de la capital aragonesa dos pares de pantalones que llevaba tiempo buscando.

Dicen que no salen mucho, que no saben dónde está el Tubo. Que apenas conocen el Pilar y poco más. "Es que un musical es muy exigente y prácticamente exige cuidarte al máximo, dormir mucho, no salir jamás –dice Salgado–. Si cometes un exceso al día siguiente lo notas en el escenario, lo pagas". Aunque Sam, del que aseguran que siempre es el primero en llegar cada día al Teatro Principal, se atreve a bromear: "Yo es que no salgo de noche: salgo de día y cuando vuelvo, vuelvo también de día".

Se llevan bien aunque muchos no se conocían previamente. "Los de Madrid quizá sí, porque en el mundo del teatro musical al final nos vamos conociendo todos –apunta José Navar– . Algunos de los que participamos en esta obra, por ejemplo, ya coincidimos en el reparto de ‘Anastasia’".

No es fácil dedicarse al teatro musical porque exige actores que sepan hacerlo todo: cantar, moverse en el escenario, interpretar... ‘The Full Monty’ solo tiene dos coreografías, por lo que los actores, en ese aspecto, están menos exigidos, pero tiene mucho texto y hay que saberlo interpretar. Y hay que hacer reír al público, cada noche distinto y al principio ajeno; aunque con el teatro lleno, reconocen, es más fácil lograrlo. Y, con un argumento que gira en torno a un estriptís grupal masculino, se consigue que la función se desenvuelva con plena elegancia, sin caer en lo burdo. Ese es el principal acierto del libreto de Terrence McNally, al que ha puesto música y letras David Yazbek.

Las coreografías son de Silvia Villaú y la dirección musical ha corrido a cargo de César Belda. El público está respondiendo en el Teatro Principal y al terminar todas las funciones se pone en pie y estalla en ovaciones.

"Es una obra muy respetuosa con la película en la que se ha inspirado –subraya Falco Cabo–. Y, si algo se ha añadido a la historia original, es más humor, más espectacularidad".

"La obra es maravillosa, y nosotros nos queremos mucho y nos lo pasamos bien, dentro y fuera del escenario. Esto es real, no es un tópico", añade Gustavo Rodríguez.

Dicen que esa química se nota en escena. En una convivencia tan larga puede pasar de todo, hasta que uno de los actores de los papeles principales enferme de covid.

"Ya nos ha pasado, sí -revela Sam Gómez–. En ese caso, se suprime un personaje y la función sigue adelante. El teatro, como madre de las artes escénicas, es así. El telón siempre se levanta". Ellos lo van a levantar en el Principal hasta el domingo 24.  

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