LITERATURA. OCIO Y CULTURA

Clara Mendívil cuenta la historia de la pirata Ching Shih

La escritora publica 'Loto rojo' (La Esfera), una aventurera china del siglo XIX.

Clara Mendivil da el salto a La Esfera de los libros.
Clara Mendivil da el salto a La Esfera de los libros.
Francisco Jiménez

A Clara Mendívil, una pamplonesa afincada en Zaragoza, le atraían desde niña los piratas. "No tanto el mar, que me atraía y me atrae, por supuesto, como los piratas: sus aventuras, sus abordajes, sus barcos, sus tesoros", dice. Emilio Salgari, el autor de 'Sandokán' y de muchos cuentos marinos, era su dios. Estudió Historia, aunque no ejerce: trabaja de masajista. 

Un día decidió dar rienda suelta a su imaginación y contó en la novela ‘De viento y sal’ (Pregunta, 2019) la historia de la pirata Anne Bonny. Y ahora, apenas tres años después, aparece ‘Loto rojo’ en La Esfera de los Libros, que lleva el subtítulo ‘La novela de Ching Shih, la pirata más poderosa de la historia’, un personaje del que había escrito Jorge Luis Borges en ‘Historia universal de la infamia’.

"No me llegó de ahí en primer término el personaje, sino de mis investigaciones sobre Anne Bonny y las mujeres piratas. Ella, y así lo dicen los manuales, es el pirata, hombre o mujer, más poderoso y ambicioso de todas las épocas. Llegó a tener una flota que según los estudios oscila entre 1.000 y 2.000. Mucha oscilación es esa, lo sé, pero nadie ha tenido nunca tantos navíos con tantos hombres", dice Clara. Lo más curioso es que llegó a esa posesión desde un burdel flotante de Cantón.

La propia pirata cuenta su iniciación, su relación con una preceptora, Madame Yeng, de alma dura y justa, que le enseñará a leer en cantonés y mandarín. Explica aquel mundo, a finales del siglo XVIII, "donde las niñas eran vendidas al prostíbulo y tardaban años en poder recuperar su libertad mediante compra". Allí conoció al capitán Cheng Yi, "era una persona cultivada y poseía una amplia biblioteca en su camarote", y a la vez "un tigre en el amor"; con él se sumará a vivir peligrosamente en el Mar del Sur de China o Mar Meridional de China. Se integró en su Bandera de la Armada Roja, lucharon en varios frentes, especialmente contra Vietnam, y adoptaron un hijo. "Se cree que Cheng Yi, murió pronto, no se sabe bien si por un tifón o envenenado con un plato de orugas. La realidad es muy imaginativa. Y parece claro que Chango Pao Tsai, que así se llamaba el hijo, que además era lugarteniente, fue clave en la existencia de Loto Rojo. Acabarían casándose y tuvieron cuatro hijos", dice Clara.

Ida y vuelta: del mar al burdel

"Solo dejo la creatividad que irrumpa cuando no se conocen los datos y los detalles. He trabajado mucho la documentación. Aprovecho todo lo que se sabe con seguridad, cuando hay dos puntos de vista elijo uno, y cuando no se sabe intento imaginar o fabular -matiza-. Por eso sugiero que la boda entre ellos pudo ser un pacto inicialmente, pero luego hubo auténtico amor. No era fácil que los marineros asimilaran el mando de la mujer, como se ve en el libro. Él asumió el mando de los hombres y ella otras cuestiones de la flota, ataques, estrategia de diplomacia. Era brillante, inteligente y tenía mucha determinación".

Vivían en los barcos y se enfrentaron a las huestes del emperador de China. "Le vencieron hasta tres veces y acabarían diciendo sus hombres: '¡No queremos aguantar más humillaciones!'". Hay una batalla que está bien documentada y que Loto Rojo y Chango Pao Tsai estuvieron a punto de perder. Cayó la noche y todo era adverso; al alba, los navíos se habían reagrupado y lograron vencer. De ese modo, la pirata aumentaba su flota. Por eso ha sido más poderosa que Barbarroja o Francis Drake, u otros. Se movió siempre por las costas orientales, y acabó sus días primero en Cantón y luego en Macao, donde regentó un burdel.

"'Loto rojo' es la reivindicación de una mujer, es un canto a la vida pirata, es un viaje y a la vez es un libro de aventuras. Yo lo que hago es vivir todo ello y comparto eso con mis lectores: la aventura de buscar el poder y la gloria, la aventura del mar", concluye. 

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