conferencia

"Hay que cambiar la mentalidad y redescubrir el patrimonio de Aragón"

Luz Gabás y Manuel Vilas reflexionan sobre el futuro de la Comunidad en el ciclo ‘Puentes de entendimiento’, organizado por HERALDO y la Fundación La Caixa.

Luz Gabás y Manuel Vilas, ayer en el Caixaforum de Zaragoza.
Luz Gabás y Manuel Vilas, ayer en el Caixaforum de Zaragoza.
Oliver Duch

Apenas 18 kilómetros separan Monzón –lugar de nacimiento de Luz Gabás en 1968– y Barbastro –lugar de nacimiento de Manuel Vilas en 1962–. Una distancia mínima para dos escritores de alcance nacional e internacional. La obra de la montisonense ha sido traducida al italiano, holandés, polaco o portugués. Por su parte, el barbastrense ha visto como su ‘Ordesa’ ha sido editado en más de veinte idiomas. Ambos ejercen de embajadores de Aragón con sus palabras y el miércoles compartieron sus reflexiones y pensamientos en la segunda entrega del ciclo de conferencias ‘Puentes de entendimiento’, organizado por HERALDO en colaboración con la Fundación La Caixa en el Caixaforum de Zaragoza.

Bajo el título ‘El Aragón que nos espera’ y moderados por Mikel Iturbe, director de HERALDO, conversaron durante una hora y cuarto sobre el presente y el futuro de la Comunidad.

"Me gustaría ser más optimista, pero creo que estamos en unos tiempos difíciles para ser optimista. Estoy convencida de que saldremos adelante porque históricamente ha habido tiempos terribles siempre. Pero tenemos muchos deberes que afrontar. Estamos anclados en la teoría y debatimos mucho, pero nos falta tomar decisiones concretas sobre temas que afectan a Aragón", arrancó Luz Gabás.

Vilas partió de lo sentimental para comenzar a armar su discurso. "Tengo un enorme amor por esta tierra. Vivo en Madrid, he viajado mucho, pero allá donde voy digo que soy aragonés, una identidad que se impone, al igual que una identidad cada vez más poderosa por ser de Barbastro. Pero, a la hora de la verdad, me hago preguntas. ¿Qué pasaría si una prosperidad desbordante generase industrias de todo tipo? ¿Por qué Zaragoza no puede convertirse en la segunda ciudad de España? Tengo estas imaginaciones. Soy escritor y no tengo certezas. Pero lo cierto es que tenemos un patrimonio social y cultural y se nos sigue resistiendo el crecimiento económico y la relevancia socioeconómica. Somos la quinta comunidad en renta per cápita pero podríamos estar mucho mejor. Nos falta generar ese impulso", planteó.

Un panorama en el que la literatura aragonesa puede ejercer de referente ya que está devorando un momento muy dulce con nombres como Gabás y Vilas, y también Irene Vallejo, Sergio del Molino o Ignacio Martínez de Pisón, entre otros. "En las entrevistas o conferencias suelen preguntarme qué está ocurriendo en Aragón para que haya tantos escritores y tan buenos. Somos el resultado de ese momento de ebullición de los años 80 y encarnamos voces muy diferentes: de ‘thriller’, de novela histórica, de fantasía...", indicó Gabás.

"Por población y cantidad de escritores, somos los números uno en España. ¿Por qué no ocurre lo mismo en otros ámbitos, como el tecnológico o el industrial, y nos convertimos en centro neurálgico también en estos capítulos?", lanzó Vilas a los 150 asistentes. Y él mismo ofreció la respuesta. "Entusiasmo, la clave es el entusiasmo. Viví durante cuatro años en Estados Unidos y allí el entusiasmo es gratis. Es una actitud humana de superación que nos vendría muy bien aquí. Con el entusiasmo se construyen grandes sueños y a Aragón le falta ese entusiasmo", completó.

Una visión crítica que estuvo matizada por razonamientos elogiosos. "En el resto de España, cuando dices que eres aragonés, te miran bien. Nos quieren en todas partes, algo que a día de hoy tiene mucho mérito. Nos consideran gente leal. La lealtad es inhabitual en este país. Somos apreciados por nuestra sinceridad y porque se nos ve de confianza. Ese patrimonio moral tiene su origen en la lealtad", pronunció Vilas.

Apuesta por el territorio

Luz Gabás, que realizó una encendida defensa del desarrollo rural –fue calificada de "heroína" por Vilas por ser escritora de éxito sin vivir en Madrid o Barcelona–, apostó por el territorio. "Comenzando por la carta de presentación de los Pirineos, contamos con una maravillosa naturaleza de norte a sur. Somos una comunidad muy vendible a nivel turístico y cultural. Teruel es la gran desconocida. De hecho, no conocemos ni nuestro propio territorio, muchas veces ni nuestra comarca. Y tenemos que ponerlo en valor, con documentales, con libros... Y no solo Zaragoza, sino todo Aragón", proclamó la autora de ‘Palmeras en la nieve’.

Un argumento que abrochó Vilas: "Tenemos un patrimonio artístico e histórico que, como es nuestro, no vamos ni lo visitamos. En Italia nos deslumbran cosas que tenemos a 20 kilómetros de casa. Hay que cambiar la mentalidad y redescubrir la monumentalidad y el patrimonio de Aragón. No nos han enseñado a valorar nuestra herencia. Tenemos que volver a mirar a Aragón para volver a enamorarnos de una forma más desacomplejada".

Tirando de ese hilo, no tardó en aflorar la problemática de la despoblación, con especial virulencia en el ámbito rural. "Somos un territorio inmenso con solo 1,3 millones de habitantes. Tenemos la misma extensión que Holanda y ellos tienen 18 millones de habitantes. Este es el problema grave: somos poca gente. En la política nacional el peso poblacional es definitivo", argumentó Vilas.

Gabás conminó a tornar las ideas y buenas intenciones en hechos. "Tenemos que hacer algo. Es caro mantener el ámbito rural, pero hay que hacerlo. Antes vivir en los pueblos era barato, pero ahora es caro. Para ello es necesario conocer la idiosincrasia de todas las zonas de Aragón, no es lo mismo lo que sucede en Zaragoza que en Benasque, por ejemplo. Se habla de repoblar el mundo rural, pero no se ven resultados halagüeños. Falta concreción y también eliminar ciertos ‘clichés’ que no están vigentes", adujo.

Ambos literatos no ocultaron cierta desazón con la clase política. Y lo concretaron en la incertidumbre que está lastimando la posible candidatura de los Pirineos a los Juegos Olímpicos de Invierno. "En España perdemos el tiempo en cosas accesorias y no lo dedicamos a asuntos importantes, como la realización de proyectos. Nos pasamos el tiempo discutiendo de quién es el proyecto y eso nos perjudica a nivel exterior. Como decía Ortega, “España es el único país donde se discuten los hechos”. Y eso lo ves cuando vas a Estados Unidos y te preguntan dónde está Madrid. Para ellos, en Europa solo existen el Reino Unido, Francia y Alemania. Del resto, incluida Italia, nada. Que no te vean acaba siendo un problema tuyo", dijo Vilas.

El foco local y nacional se abrió al internacional para abordar la invasión rusa de Ucrania que está removiendo muchos cimientos. "La pandemia nos hizo individualistas y la guerra en Ucrania nos dice lo contrario, que todos juntos podemos vencer. Nos quedará un trauma y nos costará recuperar el entusiasmo. No nos cabía en la cabeza que en Europa un país invadiera a otro con tanques, lo cual produce miedo e inseguridad", aportó Gabás.

"Putin observa el crecimiento económico occidental como una humillación. Tiene delante a una Europa rica, con clases medias y derechos políticos. Ante eso, Rusia es una ruina. Es normal que un ciudadano de Kiev aspire al modelo de vida de un parisino antes que al de un moscovita. Y eso es veneno para Putin. El éxito de las clases medias es el que separa al mundo civilizado del no civilizado", concluyó Vilas.

Al acto acudieron Paloma de Yarza López-Madrazo, presidenta de HERALDO; Ricardo Alfós, director de Caixaforum Zaragoza; los políticos Lola Ranera (PSOE), Mar Vaquero (PP) y Julio Calvo (VOX); Alejandro Aísa, de la Universidad San Jorge, y Yolanda Polo, de la Universidad de Zaragoza. Las próximas citas con el ciclo ‘Puentes del entendimiento’ serán el 27 de abril y el 25 de mayo en el mismo recinto.

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