Por
  • Gonzalo de la Figuera

Tres músicos en estado de gracia

Luis Delgado, María José Hernández y Joaquín Pardinilla.
Luis Delgado, María José Hernández y Joaquín Pardinilla.
Guillermo Mestre.

A ver cómo lo decimos desde la subjetividad más objetiva (si es que tal cosa es posible): el concierto con el que el trío Vivere Memento presentó el viernes su segundo álbum, ‘La puerta de la memoria’, fue una absoluta maravilla. Tres músicos de una calidad superlativa y en estado de gracia, que reinterpretan a su manera músicas antiguas y tradicionales cuyo origen se remonta a siglos atrás; y lo hacen desde una visión contemporánea, en un alarde de libertad creativa e imaginación, insuflándoles nueva vida sin caer en el mero rescate arqueológico. Ocurre que entre el madrileño Luis Delgado, la zaragozana María José Hernández y el ainsetano Joaquín Pardinilla existe una gran complicidad y entendimiento artístico, fruto de otros diversos proyectos compartidos desde hace años.

vivere memento *****
Componentes:María José Hernández, voz y piano; Joaquín Pardinilla, guitaras acústica y eléctrica, laúd y voces; Luis Delgado, guitarra eléctrica, mandolineto, slapstick, zanfona, panderos, voces.

El resultado, pues, es de una belleza deslumbrante. El repertorio comenzó recurriendo al cancionero turolense de Arnaudas, prosigue entre aromas sefardíes, romances medievales, ecos renacentistas, alguna pieza tradicional aragonesa del cancionero de Mingote e incluso una revisión de ‘The cruel sister’, de los británicos Pentangle. La audacia de Vivere Memento alcanza sus mayores cotas en ‘María, si fueras mía’, donde se lanzan abiertamente a la experimentación a través de la guitarra eléctrica con efectos de Pardinilla y el arsenal de instrumentos de Delgado, como ese extraño artilugio llamado slapstick. Este caballero, que posee conocimientos enciclopédicos de todo tipo de músicas, toca durante el concierto muy diversos instrumentos: zanfona, panderos, mandolineto o una guitarra sintetizada que lo mismo suena a un sitar que hace el papel de bajo.

Respecto a María José Hernández, un servidor –que la ha escuchado en innumerables conciertos– solo puede quitarse el sombrero: el suyo fue un prodigio de afinación exquisita, insuperable. Y Pardinilla en su línea: sobrio, brillante, detallista, siempre en su sitio, ejerciendo de pegamento armónico del trío, tanto con la guitarra acústica como con el laúd. Un trío de ases, vaya. Este domingo aún están a tiempo de verlos en el Teatro del Mercado: Acuérdense de vivir. 

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