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Clara de Frutos: "Concha Méndez quería vivir la vida al máximo"


​Clara de Frutos, ganadora de la beca de la Fundación 'El Arte de Volar' explica su trabajo sobre la poeta, novia de Buñuel, y 'Las sinsombrero'

La dibujante madrileña, ganadora de los 8.000 euros de la beca Fundación 'El Arte de Volar', que editará Norma.
La dibujante madrileña, ganadora de los 8.000 euros de la beca Fundación 'El Arte de Volar' del zaragozano Antonio Altarriba, que editará Norma.
Archivo de Frutos.

¿Por qué ha elegido a la poeta Concha Méndez para la beca de la Fundación Arte de Volar, que supone 8.000 euros y la edición de su cómic en Norma?

Hay algo en ella con lo que conecté desde el primer momento. Creo que es sobre todo esa inquietud que ella tenía por vivir la vida al máximo, convertirse en poeta, subirse en un barco de mercancías para viajar en un momento en que mujer haciendo eso ella sola era impensable. Su espíritu era imparable, y creo que precisamente ese es el enfoque que quiero dar a esta historia, y evitar centrarme solo en las partes más trágicas de las vidas de mis protagonistas.

¿Con qué se queda, con su condición de deportista, de poeta o de exiliada?

Todas esas facetas aparecerán en la historia, por que son distintas piezas que conforman esa personalidad tan especial. Pero desde luego me quiero centrar en su carrera como poeta ya que el objetivo final del libro es recordar a estas mujeres artistas que fueron igual de válidas que sus contemporáneos masculinos. 

Fue novia de Luis Buñuel durante cinco años largos. Decía que Buñuel le regalaba ratones blancos. ¿Qué importancia tiene esa relación en el cómic y cómo valora usted ese vínculo?

Precisamente me sirve como punto de partida en su historia. Creo que su relación con Buñuel define perfectamente cómo estas mujeres tuvieron que enfrentarse a un contexto social que no daba un duro por ellas. Fueron pareja durante los mismos años en los que Luis Buñuel estaba alojado en la Residencia de Estudiantes. Esos años clave de los que tanto se nos han hablado: las fiestas de disfraces en la habitación de Lorca, las juergas nocturnas en los bares…, pero también el acceso a una formación como no la había en ningún otro sitio de España: una biblioteca con publicaciones sobre lo ultimo de arte y ciencia, conferencias internacionales...

¿Qué concluye?

Que ese lugar era el germen de todos los movimientos modernos que conforman la Generación del 27. Y la realidad es que Luis Buñuel le hablaba de todo eso a Concha, y su relación estaba basada en todos esos intereses que tenían en común pero nunca le invitó a participar de ellos. No fue hasta que él se fue a París que ella se pudo asomar a ese mundo, se hizo amiga de Federico García Lorca y a partir de ahí... ¡empieza su verdadera historia! 

Luego fue la compañera y esposa, la musa y la cómplice de Manuel Altolaguirre. ¿Fue una relación de igual a igual?

Creo que es difícil definir qué es una relación de igual a igual, incluso a día de hoy. Así que más aún en los años 30. Por lo que se puede leer en sus memorias, ambos se tenían mucho cariño y respeto. Lo que está claro es que cuando Concha y Manuel se conocen, ella ya es una mujer completamente independizada, ha vivido en muchos sitios, tiene claro quién es y tiene muchos ahorros. Es más, es ella quien pone el dinero para comprar la imprenta y poder montar la editorial que crean juntos. Me encantan todas las historias que ocurren alrededor de esa imprenta.

Eso es muy bonito sí.

A los amigos les gustaba reunirse allí, y a Concha la llamaban «la poeta del mono azul» porque iba siempre con su mono de trabajo ya que se encargaba de la estampación manual. Como ella decía: «No hay mejor manera de leer poesía que dejando caer las letras sobre la plancha».

¿Qué piensa Clara de Frutos de su poesía?

No le puedo dar una opinión académica ya que no tengo formación en literatura. Lo que sí sé es que sus poemas me llegan de forma muy directa. Tiene distintas etapas y distintos estilos, pero en general me resulta menos enigmática y rimbombante que otros poetas. Ella describe los lugares, cómo sus sentidos los perciben... y a través de esas sensaciones nos habla de sus sentimientos. Y me parece una manera poco explícita pero muy efectiva de insertar emociones en las personas que leen.

Una de las páginas del cómic de Clara de Frutos sobre Concha Méndez y 'Las sinsombrero'.
Una de las páginas del cómic de Clara de Frutos sobre Concha Méndez y 'Las sinsombrero'.
Clara de Frutos.

¿Cómo fueron sus últimos años?

En el exilio, ella con Manuel Altolaguirre y su hija pequeña estuvieron un tiempo asentándose en distintos lugares de Latinoamérica. Finalmente crearon una nueva vida en México. En su casa de Coyoacán la familia creció, y tuvieron tres nietos. Se reencontraron con amigos de la juventud, especialmente con Luis Cernuda, que ya en los últimos años convivió con ellos. ‘Memorias armadas, memorias habladas’ es una maravillosa biografía que escribió su nieta a partir de las anécdotas de Concha. Ahí ella cuenta cómo para una persona exiliada, que lo ha perdido todo por el camino, sus recuerdos son su tesoro más valioso.

Usa un procedimiento evocador. Explíquenoslo un poco...

Bueno, respecto a la narrativa dentro del cómic, estoy intentando mantener ese carácter de anécdotas. Creo que en general, cuando hablamos de personajes históricos, tendemos a deshumanizarlos, reducirlos a fechas y eventos concretos. Y creo que es interesante hablar también de su cotidianeidad, ¿qué cosas tenemos en común con estas personas que nacieron 100 años antes que nosotros? Por ello quiero que el dibujo de los personajes posea esa naturalidad y reflejar sus personalidades sin necesidad de ‘teatralizarlos’. Los lugares también son fundamentales para mí. Habiendo trabajado diseñando y dibujando fondos en animación, soy consciente de que son mucho más que un ‘complemento’, que pueden decirnos mucho, y hasta ser protagonistas. Estoy utilizando acuarelas y lápices de colores. Es la técnica en la que tengo más variedad de registros: puedo trabajarla de forma expresiva y meter detalles cuando la historia lo requiera, llevarla a la sencillez o ser un reflejo de los estilos pictóricos de las pintoras de las que hablaremos... En general quiero que la historia condicione al dibujo y no viceversa. 

María Zambrano, Pilar Bayona, Margarita Manso, María Teresa León, Maruja Mallo. ¿Qué lugar ocupa Concha Méndez entre ‘Las sinsombrero’?

A la Generación del 27 también se la conoce como «la Generación de la amistad. Hay muchos círculos y relaciones que conectaban a estos artistas e intelectuales, de los que ellas también formaban parte. Creo que Concha Méndez estuvo muy en el centro de esos círculos, era una persona muy social, y estuvo también muy comprometida en los grupos específicamente de mujeres que se ayudaban entre ellas como el Lyceum Club Femenino. Al ser ella tan risueña, se hacía amiga de todo el mundo. Por eso también la elegí como hilo conductor de mi historia: a través de ella puedo hablar de muchos personajes.

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