teatro

Juan Echanove: "El mal vive entre nosotros, se camufla en gente como nosotros"

El actor ha vuelto al escenario en Barcelona con 'La fiesta del chivo' bajo la dirección del aragonés Carlos Saura, a quien considera "un genio".

Juan Echanove:"El mal vive entre nosotros, se camufla en gente como nosotros"
Juan Echanove 
Marta Pérez

En cuanto se levantar el telón para representar "La Fiesta del Chivo", el actor Juan Echanove deja de transpirar e igual que el sátrapa Rafael Leónidas Trujillo, que tan bien retrata Mario Vargas Llosa en la novela homónima, lo hace para convertirse durante 95 minutos en un ser abominable.

Con una larga trayectoria, en la que también ha sido Francisco Franco en el cine, lleva desde el año 2019, solo parando por el virus, pisando las tablas de los teatros españoles, metido en la piel de un tirano que gobernó más de tres décadas la República Dominicana, encarnando el "poder absoluto", disponiendo de "las almas y los cuerpos" de todos sus conciudadanos.

En una entrevista con Efe, el madrileño muestra su alegría por poder volver a recalar en Barcelona, después de varios años de no hacerlo, en un teatro como el Poliorama, que le encanta y en el que debutará, para ofrecer todos los viernes, sábados y domingos, entre el 17 de septiembre y el 3 de octubre, una obra que califica de "lección de historia viva".

Una pieza que dirige el aragonés Carlos Saura y que cree contribuye a que todo aquel que asista desde la platea al espectáculo vea que lo que sucede en escena "no es un invento de un autor ni una peripecia lingüística para provocar un efecto en la platea".

A su juicio, lo que se muestra en las tablas, donde está acompañado por Lucía Quintana, Eduardo Velasco, Gabriel Garbisu, Eugenio Villota y David Pinilla, es algo relacionado con el presente. Ha recordado que en España "la tercera fuerza política parlamentaria es la ultraderecha y en Brasil está gobernando un tipo que antes de ganar las elecciones era considerado por toda la sociedad como un imbécil".

También Donald Trump "era un cantamañanas, un capullo como la copa de un pino, y gracias a un programa de televisión, 'El aprendiz', empezó a ganar cuotas de popularidad que le llevaron a ser presidente de los Estados Unidos, un fenómeno del que no sé si nos recuperaremos nunca".

Remarca el actor que "no vivimos en un mundo infantil, aunque desde pequeños nos eduquen diciéndonos que el peligro y las fuerzas malas, el mal, son visibles y se pueden sortear, que si ves al lobo, tienes que huir".

"No, no, no -prosigue-, el mal vive entre nosotros, se camufla en gente como nosotros, nunca tiene una apariencia distinta a la que nosotros tenemos. Y cuando el mal ejecuta es cuando ya no hay tiempo de reaccionar, cuando ya estás a expensas de alguien o de algo que te quiere buscar la ruina".

A su juicio, nada evita pensar que "mañana podríamos estar dominados" por alguien como Trujillo.

"Trabajar con Saura ha sido como trabajar con un genio"

Apunta el actor que "somos tan infantiles que creemos que porque tenemos microondas, un automóvil o un patinete, la sociedad no va a involucionar", pero eso es "una manera de pensar infinitamente infantil".

A medida que contabiliza funciones, Juan Echanove va teniendo más clara "la implicación social de lo que decimos en el escenario y, claro, ahí te explicas -señala- por qué la gente al terminar te dice que ha quedado impactada. Y no es por las últimas escenas, que son muy violentas, sino por lo que se dice".

A modo de ejemplo, cita el hecho de que resulta impactante ver cómo un padre puede ofrecer en sacrificio sexual a su hija de trece años a "un cerdo", en referencia al dictador, solo para mantener su relevancia social, pero también para "mantener la integridad física o incluso la vida".

Feliz de formar parte de un sexteto de actores que ya son una familia y con los que está trabajando en un nuevo proyecto, "Ser o no ser", de aires "lubitschianos", que dirigirá, y al que se sumarán Nicolás Illoro y Ángel Burgos, Echanove solo tiene buenas palabras para Carlos Saura, "el hombre tranquilo", alguien que, igual que el fallecido Luis Eduardo Aute, "no ha dejado de tocar una rama de la creatividad".

Entiende que de él no se pueden esperar dramaturgias arriesgadas, pero es "un tipo que da su punto de vista y pone los medios al alcance del actor para que pueda hacer su trabajo".

Juan Echanove sostiene que tiene "una intuición y un gusto sobre el tiempo, sobre lo que duran las cosas muy interesante" y confiesa que desde que lo descubrió en la película "Deprisa, deprisa", en los años setenta, tras comprar su padre un magnetoscopio, pensó que quería ser un actor como los que allí aparecían, a pesar de que sus progenitores no disfrutaron nada de aquella cinta.

Por todo ello, remata, "trabajar con Saura ha sido como trabajar con un genio". 

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